lunes, 31 de diciembre de 2012


Gladys Linares
Cuba actualidad, Lawton, La Habana, (PD) Estamos en diciembre, el último mes del año 2012. Para los cubanos de a pie este ha sido un año difícil, no solo por la escasez y el alza de los precios de los alimentos y los artículos de aseo personal, sino también por el desempleo que azota a muchas familias.
Sin embargo, a pesar de todas estas dificultades, los cubanos más viejos se empeñan en no perder la tradición de celebrar las Navidades y se esfuerzan para reunir a la familia en la Nochebuena. Pero la forma que utiliza la vendedora de hortalizas es única. Esta mujer, de unos sesenta años, quien aún conserva mucho de la bella mulata que fue, solo en el mes de diciembre transita por nuestras calles pregonando sus frescas lechugas, rábanos y perejil.
Cuando le celebran la calidad de sus hortalizas, ella responde que las cosecha en su patio con ayuda de la familia, que las ganancias de su venta las utilizan para celebrar la Nochebuena, y comprarles algún regalito a los nietos por el Día de Reyes.
Afirma que los turrones son muy caros, y solo los venden el la shopping, pero a pesar de esto compra tres: uno de alicante, uno de jijona, y otro de yema. A los mayores les toca un pedacito simbólico, y a los niños, algo más. "Mis nietos se desesperan por el momento de la repartición.", dice.
Hace unos días, un inspector le pidió su licencia, y aunque se puso muy nerviosa, le explicó al joven que ella no sacaba licencia porque solo vendía en el mes de diciembre las hortalizas que cosecha en su patio. Le dijo, además, por qué lo hacía. Al parecer, el hombre la entendió, no sabemos si por la explicación de ella o por la presión de los vecinos.
Aunque dice no estar en contra de los festejos en plazas y espacios públicos, esta mujer sabe que las Navidades son días para compartir en familia, y así estrechar lazos afectivos, y ella, de forma muy especial, ha logrado mantener en su hogar esta tradición navideña.
Para Cuba actualidad, gladyslinares42@yahoo.com

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