miércoles, 6 de febrero de 2013


Una propuesta acertadísima

 | Por René Gómez Manzano
LA HABANA, Cuba, febrero, www.cubanet.org -Ya desde el pasado domingo, gracias a un mensaje de texto que divulgó el destacado intelectual pinareño Dagoberto Valdés, muchos demócratas cubanos habíamos conocido de una acertada iniciativa que estaba circulando. El director de la acreditada revistaConvivencia proclamó: “Las Damas de Blanco se merecen el Nobel de la Paz. Su dignidad y valentía son camino para Cuba”.
El lunes, la prensa nos dio la excelente noticia: Esas aguerridas mujeres cubanas han sido nominadas al prestigioso galardón por un representativo grupo de senadores y representantes federales estadounidenses, pertenecientes a los dos grandes partidos políticos de ese país. Entre los firmantes de la iniciativa se encuentra la mayoría de los legisladores cubanoamericanos.
En el documento surgido del Congreso de Washington se señala que “las valientes miembros de las Damas de Blanco… han dedicado sus vidas a promover el cambio a través de la acción social no violenta y la resistencia”. También se recuerda que, en respuesta, el régimen castrista ha usado la intimidación y el encarcelamiento contra esas dignas mujeres.
En el escrito no falta el recuerdo a los oprimidos habitantes del Archipiélago. Según los firmantes, con ese importante galardón “la comunidad internacional tiene la oportunidad de llamar la atención mundial sobre la difícil situación del pueblo cubano y promover las libertades fundamentales que se les han negado a los ciudadanos de la Isla durante tanto tiempo”. Esto último resulta tanto más importante ahora, cuando los países latinoamericanos y caribeños no han vacilado en reconocer como Presidente de su nueva organización —la CELAC— al jefe del único régimen dictatorial de la región.
Una vez más los cubanos de talante democrático tenemos que expresar agradecimiento a nuestros vecinos norteños. En esta ocasión, debemos hacerlo gracias al acierto de sus congresistas, que por encima de discrepancias partidistas, han sabido nominar para el importante premio a la organización que, sin duda alguna, más se lo merece.
Las propuestas formales que se han hecho con el mismo fin las he respaldado en más de una ocasión. Como se sabe, la importantísima agrupación femenina surgió a raíz de la feroz oleada represiva de la Primavera Negra de 2003, cuando las esposas, madres y otras parientas de los nuevos presos de conciencia se unieron para rezar y desfilar juntas en reclamo de la libertad de sus seres queridos injustamente encarcelados.
Por aquellas fechas, el movimiento era encabezado por Laura Pollán, fallecida hace ya un año y meses, en circunstancias turbias que más temprano que tarde se esclarecerán. Desde octubre de 2011 la conducción del grupo femenino recayó en la mano derecha de la desaparecida: en la destacada líder Berta Soler, que continúa dirigiéndolas hoy.
Bajo esta nueva guía, la agrupación de mujeres experimentó una metamorfosis trascendental, al eliminarse la diferenciación que por años existió entre las damas de blanco propiamente dichas (esposas y parientas cercanas de los miembros del Grupo de los 75) y las conocidas como “de apoyo”.
También es digno de señalarse el cambio experimentado en los propósitos de las participantes: Si en un inicio sus reivindicaciones se centraban en los reclamos concernientes a sus seres queridos presos, desde hace un par de años —tras recibir licencia extrapenal los últimos miembros del Grupo de los 75— la agenda del grupo de mujeres se basa ya no en ese reclamo personal e inmediato, sino en la excarcelación de los presos políticos en general.
Es ésta una razón más para que crezca nuestra admiración por la acción realizada durante años por ese movimiento femenino, que —resulta conveniente repetirlo— es, con mucho, la organización que más ha bregado, con mayor regularidad y durante más largo tiempo, por la democratización de nuestra Patria. Y que, por añadidura, lo ha hecho sin sectarismos de clase alguna, concitando el respaldo de todas las fuerzas antitotalitarias cubanas.
Por eso no nos queda más que expresar agradecimiento y nuestro entusiástico apoyo a la acertada propuesta que acaban de hacer los miembros del honorable Congreso de los Estados Unidos de América.

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