viernes, 31 de mayo de 2013


Rogelio Fabio Hurtado
274 igle-textoCuba Actualidad, Marianao, La Habana (PD) Los redactores del editorial "Senderos que se bifurcan", de la revista Espacio Laical, están muy preocupados por las acciones que puedan desestabilizar al Gobierno cubano. Admiran y aplauden la continuidad perpetua del mando, no su demostrada inutilidad.
Tampoco interrumpe las oraciones de estos ilustres pensadores la supresión sistemática de los más elementales derechos políticos.
Se dicen muy preocupados por "medidas que puedan dañar fundamentalmente al pueblo de la Isla", según ellos tan feliz y beneficiado al cabo de más de medio siglo de ser gobernado por una misma familia. Dicen estos predilectos del Espíritu Santo que la inmensa mayoría no pretende que el país se enrumbe hacia el destino del otrora campo socialista.

Me gustaría saber si en 1961 alguien fue consultado para encaminar al país hacia la más servil imitación del stalinismo soviético. No ignoran estos brillantes redactores las viriles protestas formuladas por aquellos obispos ni la mucha sangre generosa vertida por la Juventud Católica de entonces.
Estos dudosos herederos creen hablar en nombre de la "mayoría del pueblo cubano" para solicitar la solidaridad a favor del régimen. Parece que no les bastó con la ilimitada solidaridad de la hermana Unión Soviética.
Me gustaría también saber como van a definir esa "voluntad expresa del pueblo". ¿Será acaso mediante el voto público y siempre unánime de los delegados del Poder Popular o estarán llevando a cabo algunas novedosas encuestas a boca de confesionario para establecer los anhelos del pueblo?
No obstante su disposición a defender la estabilidad del mando único, piden una impensable "evolución política capaz de ampliar el proceso de apertura entre cubanos con pensamientos patrióticos disímiles".
Esto último es un aporte a la retórica que el propio George Orwell hubiese subrayado. Sin embargo, quieren que esto suceda "con una intensa participación del pueblo". No aclaran si esta participación se concretará caminando por el Malecón, agitando banderitas o entrechocando ambas manos a brevísimos intervalos.
Les preocupa a estos teólogos de la conservación que algunos enemigos "hasta puedan pretender secuestrar al país". ¿Se refieren por ejemplo a que otra familia de superdotados pueda imponerle a la isla otra dominación irrevocable a lo largo de más de cinco décadas? De ser así comparto la preocupación de estos patrióticos laicos.
Para finalizar, recomiendan que "la política oficial debe continuar evitando rigideces", pero enseguida se enmiendan la plana, y declaran que lo que se debe evitar es "la hipertrofia de las rigideces". Supongo que los infalibles camaradas ateos sepan a lo que se están refieren.
¿Para quién escriben estos patriotas? No creo que sea para los viejos creyentes. Tampoco me suena a Teología de la Liberación. No parece tratarse de gente poseída de fervor espiritual pues el mundo y la política parecen interesarles mucho. Observo como cuidan su lenguaje. Ni siquiera hablan de "cambiar todo lo que deba ser cambiado". Ellos se refieren a cincelar el presente modelo social. Esto me hace suponer que están preparándose para incorporarse al coro que se reúne dos o tres veces al año para aplaudir como es debido al invariable general en jefe. Una vez satisfecho este objetivo, podrán salir a cumplir nuevas misiones asignadas por el alto mando.
Recuerdo la frase final de la película Arrepentimiento, del georgiano Tamaz Abuladze: "¿De qué vale un camino que no conduce al templo?
Para Cuba Actualidadrhur46@yahoo.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario