lunes, 1 de julio de 2013

Aduana humilla a opositores que regresan


Aduana humilla a opositores que regresan

 | Por Leonardo Calvo Cardenas
Juan A. Madrazo sale de la terminal 2 despues de recoger sus pertenencias
Juan A. Madrazo sale de la terminal 2 despues de recoger sus pertenencias
LA HABANA, Cuba, julio, www.cubanet.org -Activistas del Comité de Ciudadanos por la Integración Racial (CIR) y el Proyecto Nuevo País, que recorrieron ciudades de los Estados Unidos, en visita de trabajo, fueron víctimas –tanto a la salida como a la entrada de Cuba– de la arbitrariedad de la Aduana General de la República.
Por orientación expresa de la policía política, los opositores Manuel Cuesta Morúa, Juan Antonio Madrazo Luna y quien escribe recibimos un trato humillante, que incluyó la retención  ilegal de objetos personales.
En Cuba solo se pueden escuchar referencias negativas y testimonios casi increíbles sobre los desmanes y atropellos que estos funcionarios públicos cometen contra los ciudadanos. Una larga saga de corrupción descarnada, latrocinios y abusos contra pasajeros y clientes han hecho rodar por el piso el prestigio y la imagen de esta institución, encargada de salvaguardar valores importantes para el Estado y la sociedad en las fronteras de la nación.
Cada cubano que debe enfrentarse a esto está consciente de que puede ser objeto del maltrato o escamoteo de los funcionarios. Casi al borde del infarto quedó un señor cuando se enteró de que con solo el diez por ciento de los ochocientos dólares que pagó “por detrás” hubiera logrado evitado la incómoda revisión .
Muchos cubanos que han regresado pueden dar cuenta de las prácticas abusivas de estos funcionarios, que por otro lado tratan a los visitantes foráneos con respeto y normalidad.
Con nosotros se ensañan con decomisos arbitrarios, o, en su defecto, la petición descarada de regalos (léase extorsión).
Son muchos los oficiales que, a lo largo de muchos años, han pasado directamente a la prisión, pero la corrupción y el abuso continúan.  La supuesta justicia no elimina las causas del problema.
Los trabajadores de la Aduana, al igual que todos los cubanos, son muy mal pagados.
También, como es de esperar, los oficiales de frontera funcionan como instrumento de la policía política.
Activistas del CIR y Nuevo País debieron interponer recursos de reclamación por  pertenencias retenidas, por orden de la policía política. Después de varias muestras de inconsecuencia profesional, las fuertes denuncias aconsejaron a las autoridades devolver objetos personales.
Los demás activistas que nos acompañaron a recoger nuestras pertenencias, fueron testigos del malestar generalizado de muchos otros pasajeros, que se quejaban abiertamente por la manera en que habían sido despojados de sus propiedades .
Ese día,  varios oficiales de la policía política, disfrazados de aduaneros, entraron al aeropuerto, supuestamente para dirigir otra operación encubierta de violación de derechos universales.
Solo la recomposición estructural y ética de la nación hará posible que nos sintamos protegidos. Mientras tanto, la Aduana seguirá siendo un reflejo del país.

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