El hambre contra la tala, caza y pesca furtivas
PUERTO PADRE, Cuba, noviembre, www.cubanet.org -El venado se había lanzado al agua desde Cayo Puerco, tratando de ganar tierra firme, según dijeron vecinos de Cayo Juan Claro a este corresponsal. Los pescadores lo detectaron nadando a contracorriente y, acorralándolo, entre sus botes, lo mataron.
Mientras los pescadores daban muerte al venado, también aquí celebraban el XVI Fórum Municipal de Ciencias, Técnicas y Medio Ambiente. Los investigadores, desde estudiantes de primaria hasta profesionales con maestrías, presentaron 240 ponencias, de las cuales, 75 recibieron evaluación de Relevantes.
En la Mesa Redonda de la televisión, del pasado 10 de abril, el ingeniero Marcos Crespo Acebal, jefe del cuerpo de guardabosques de Pinar del Río, dijo al periodista Randy Alonso que “no existe formación profesional para el guardabosques cubano”, ésta es comunicada de forma empírica de una generación a otra.
Aunque no se refirió a la caza furtiva, donde no resulta raro que integrantes de la nomenclatura y el generalato practiquen la caza mayor, prohibida en Cuba para el cazador de a pie, aun para los poseedores de licencias de armas de fuego que integran la Federación Cubana de Caza Deportiva, en su discurso de la primera sesión ordinaria de la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, el general Raúl Castro reconoció:
“Así, una parte de la sociedad ha pasado a ver normal (…) la captura de especies marinas en peligro de extinción, el uso de artes masivas de pesca, la tala de recursos forestales, incluyendo el magnífico Jardín Botánico de La Habana…”.
Días antes de celebrarse el Fórum de Ciencias, y poco antes de ser liquidado el venado en aguas de Cayo Puerco, sesionó en la vecina ciudad de Bayamo la novena edición del evento internacional de Turismo de Naturaleza Turnat 2013, donde participaron más de un centenar de operadores de turismo, representantes de agencias de viajes, especialistas y periodistas extranjeros. La doctora Maritza García, directora del Centro Nacional de Áreas Protegidas, dijo a la prensa acreditada al evento que trabajar en el manejo adecuado de los recursos naturales es hoy una prioridad del país, no sólo para el disfrute del turismo, sino para la vigilancia y protección de nuestra biodiversidad.
Con un cuerpo de guardabosques basado en el empirismo, y habiendo algunas autoridades de máximo nivel que practican la caza y la pesca ilegales, unas veces de forma furtiva, otras, amparados en licencias especiales, cabe preguntarse: ¿acaso no es la sociedad segregacionista la que ha legitimado la tala, la caza y la pesca furtiva en Cuba?
El 20% de la población cubana reside en el campo, donde no pocos talan porque cocinan con leña. La caza y la pesca de subsistencia forman parte del folclor, proporcionando estas actividades el único medio para la adquisición de proteínas de origen animal con que cuentan los habitantes del campo, quienes, obligados por necesidades materiales, han desarrollado métodos peligrosos para sus propias vidas: energizar cables para diezmar bandos de palomas, envenenar granos de arroz con insecticidas para capturar patos y yaguazas en los arrozales, entre otros.
La protección de la biodiversidad para nada cuenta en Cuba a la hora de juntar leña para cocinar cuando no existe otro combustible. La flora y la fauna de las áreas protegidas no están legitimadas ante los estómagos vacíos. El turismo de naturaleza moralmente es impracticable ante la pesca y la caza de subsistencia. Mientras seres humanos excluidos no tengan otros medios de subsistencia, es legítima la captura de especies protegidas, aunque duela decirlo.
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