Cuba actualidad, El Vedado, La Habana, (PD) Como mismo el médico, antes de emitir un diagnóstico clínico , observa los síntomas de un paciente, realiza un chequeo anatómico-fisiológico y realiza un estudio, para lograr un buen diagnóstico espiritual, la clave es revisarnos a través de la palabra de Jehová y poder conocer así nuestro estado de salud espiritual.
¿Acaso el que hizo los oídos no oye? ¿Acaso porque no escuchamos la palabra del Señor podemos concluir que Él no nos habla?
¿Será que de deleitarnos al oír chismes, murmuraciones, indecencias, obscenidades, politiquerías, etc., hemos atrofiado el sentido de oír la palabra santa de Jehová?
El Señor quiere que inclinemos nuestros oídos a sus razones para que seamos sensibles a su Palabra y esta sea medicina para nuestro cuerpo. Estate atento a sus palabras, que no se aparten de tus ojos, guárdalas en lo profundo de tu corazón porque "son vida para los que las hallan y medicina para su cuerpo (Juan 15:3).
La longitud de onda del Señor es la santidad; si nuestra longitud de onda no coincide con la suya, nuestras oraciones son necia palabrería que nunca alcanzará la altura del trono de la Gracia del Señor.
Como se advierte en Sofonías 3:9, "cuando desechemos la perversidad podremos pronunciar limpiamente el nombre de nuestro Padre Celestial".
Dice en Proverbios 4.24: "Aparta de ti la perversidad de la boca, aleja de ti la iniquidad de los labios".
Los ojos son para mirar y para mirar bien, para ver con claridad lo que Jehová quiere hacer en nosotros y poder ver el mundo a través de sus ojos; pero este discernimiento espiritual puede ser fácilmente opacado por miradas lascivas, codiciosas y visiones egoístas o por mirar con segundas intenciones. Si tu mirada es maligna, todo tu cuerpo estará en tinieblas.
Servir a Jehová es la mejor manera de mirar bien y hacia el lado que él quiere que miremos.
Servir a Jehová es la mejor manera de mirar bien y hacia el lado que él quiere que miremos.
"Que tus ojos miren lo recto y que tus párpados se abran a lo que tienes delante". (Proverbios 4:25).
Un corazón alegre embellece nuestro rostro. Debemos asegurar que nuestro corazón nos lleve siempre en la dirección correcta. Nuestros sentimientos de amor y deseos dictan en gran manera cómo vivimos. Corazones sanos dan vida y embellecen la nación, porque de él mana la vida.
Para Cuba actualidad: alianzacristiana777@gmail.com
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