lunes, 30 de diciembre de 2013

Una navidad distinta

Ainí Martin Valero
navidad1Cuba actualidad, Filadelfia, EEUU, (PD) Por estos días, en los que la nostalgia agita la memoria, me resulta inevitable dejar de pensar en la época navideña en que los cubanos no tienen, ni tendrán, la alegría, la motivación y el entusiasmo que se vive en este país.
 Para los habitantes de muchos lugares del mundo la Navidad es la época más linda del año. El entusiasmo por las fiestas, por la familia, que viaja miles de kilómetros para estar juntas, los regalos tan esperados por niños, jóvenes y adultos. La pasión por decorar el árbol de Navidad, la casa y las afueras de la misma, es una tradición y un regocijo para muchos. Es todo tan hermoso, tan impactante, que duele hasta en los huesos pensar cómo es en realidad la Navidad en Cuba.
En Cuba no existe la Navidad, sino la Nochebuena, palabra que empleaban mis abuelos y que llegó para quedarse. Pero cuando triunfó la revolución, se prohibió la navidad.
La navidad es pura fantasía en Cuba: pocos pueden tener un árbol para decorar sus casas, el 95% de los cubanos no se regalan en esa época y reunirse con la familia para una cena navideña es un sueño difícil de lograr.
Muchas veces las familias cubanas no tienen ni qué comer ese día. Es toda una odisea poder tener un plato de comida decente la noche del 24 de diciembre. Aquellos que son invitados a pasarla en casa de un amigo o un familiar se sienten "salvados" de los gastos que implica la comida de ese día.
Pocos pueden comprar turrones en las tiendas recaudadoras de divisas, ya que sus precios son altos y la moneda que se les paga no es pesos convertibles (CUC). Las manzanas que por esta época se pueden encontrar en la isla son pocas y algo caras para los bolsillos del cubano.
En fin, la fecha pasa sin penas ni glorias.
En cambio, aquí en los Estados Unidos, todo es alegría y entusiasmo. Me hace pensar en aquellos que en este día, no saben lo que es una verdadera navidad. No tienen el privilegio de sentarse en una mesa con manjares que se compran en un mercado, donde todos pueden pagar sus precios y no hay discriminación. Donde no hay esta o aquella moneda, donde todos trabajan y adquieren los mismos productos, porque el trabajo se valora y se paga bien.
Muchos cubanos que vivimos por acá duplicamos nuestros esfuerzos en esta época, tratamos de separar un dinerito para que nuestra familia tenga una cena digna ese día, para que puedan pasar una feliz noche buena y un buen fin de año.
Pero también pensamos en aquellos que no reciben remesas ni tienen de dónde sacarlas. En fin, la nostalgia se apodera y los recuerdos te abruman. Entre tanto, pides para el próximo año que los tuyos gocen de salud y que las cosas cambien para los cubanos en la isla.
Para Cuba actualidad: martinvaleroaini@gmail.com
Fotos: Ainí Martin

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