Represión, atropellos y maltratos.
Por Iván Hernández Carrillo.
Por Iván Hernández Carrillo.
La Policía Nacional Revolucionaria (PNR) del territorio de Colón eleva de manera progresiva, la represión hacia el pueblo, con la demagoga consigna, de combatir las ilegalidades. Dicho proceso genera, que se haga imposible el transito urbano, sin que exista un atropello excesivo al chequear y revisar los bolsos, paquetes y me-dios particulares de los transeúntes. Se suman a estos actos de inmo-ralidades otros funcionarios del Ministerio del Interior (MININT).
Esta otra cara de la dictadu-ra, emplea sus arbitrarieda-des violando todo derecho humano y paso a paso acre-cienta su grado de corrupción política, en términos genera-les, por el mal uso público (gubernamental) del poder para conseguir una ventaja ilegítima, secreta y privada.
Las formas de corrupción varían, pero las más comu-nes en la llanura colombina son: el uso de información privilegiada, el tráfico de in-fluencias, el pucherazo, el patrocinio, el sobornos, el fraudes, la malversación, la prevaricación, el caciquismo, el compadrazgo, la cooptación, el nepotismo y la impunidad.
Y todo ello se ejemplifica en actos como: la apropiación de los deco-misos, utilización de sus uniformes para intimidar y ser sobornados, visitan paladares para calmar su hambre insaciable, respaldan a fami-liares vinculados directamente a la delincuencia y el delito, reprimen por envidia y odio, declaración abierta de racismo, entre muchos otros.
Esta otra cara de la dictadu-ra, emplea sus arbitrarieda-des violando todo derecho humano y paso a paso acre-cienta su grado de corrupción política, en términos genera-les, por el mal uso público (gubernamental) del poder para conseguir una ventaja ilegítima, secreta y privada.
Las formas de corrupción varían, pero las más comu-nes en la llanura colombina son: el uso de información privilegiada, el tráfico de in-fluencias, el pucherazo, el patrocinio, el sobornos, el fraudes, la malversación, la prevaricación, el caciquismo, el compadrazgo, la cooptación, el nepotismo y la impunidad.
Y todo ello se ejemplifica en actos como: la apropiación de los deco-misos, utilización de sus uniformes para intimidar y ser sobornados, visitan paladares para calmar su hambre insaciable, respaldan a fami-liares vinculados directamente a la delincuencia y el delito, reprimen por envidia y odio, declaración abierta de racismo, entre muchos otros.
Los atropellos, sin distinción de edad, sexo o conducta arremeten contra cualquier ciudadano, sin que dicho proceso haya logrado men-guar, el hurto en viviendas habitadas, el sacrificio de ganado mayor, malversaciones, desvíos de recursos, estos últimos vinculados a los delitos de cuello blanco, que mantienen involucrados de manera di-recta a dirigentes, cuadros, miembros del partido y directivos.
Es muy común, ser interrumpido en el traslado hacia los centros labo-rares, en horas tempranas y por un periodo de tiempo, que señale al trabajador, con llegadas tardes a sus puestos de trabajos, sin justifica-ción. Padres, que de la mano de sus hijos, son sometidos a vergüen-zas similares. Maestros, obreros, médicos, estudiantes, ancianos y personas que subsisten, según la legislación, son colocados en igual balanza de ladrones, delincuentes y antisociales, sin que medie la distinción de hombres y mujeres según sus valores.
La represión policial, en manos de elementos sin nivel intelectual, está generando que cientos de personas se conviertan en víctimas, al ser sometidas sin escrúpulos a detenciones, castigos y condenas, sin fundamentos reales de actuaciones sociales en contra de lo legisla-do y negando e impidiendo el ejercicio de los derechos y libertades que suelen considerarse propios de los sistemas democráticos.
El escenario, se ve acompañado por violencia tanto legal como infor-mal. La fuerza del ejemplo de quien sufre esa violencia, hace que por temor el resto de los ciudadanos, se repriman a sí mismos en el ejer-cicio de la libertad, que queda así, anulada para todos, excepto para el poder, para aquellos a cuyo beneficio se realiza la represión, para las dignas Damas de Blanco y los opositores, que pese a todo maltra-to, atropello y violencia exigen se respeten los derechos ciudadanos.
El término represión, terror y otras palabras de fuerte contenido son representaciones normales utilizadas en la policía del territorio refle-jando el hecho de que la dictadura de los Castro debe aplicar la fuer-za de forma despiadada, para eliminar la resistencia de un pueblo que añora libertad y es de hecho antagónico al gobierno imperante.
El pueblo reprimido, no logra poner en práctica, su conciencia de derechos y deberes dentro del ordenamiento jurídico y de acuerdo con las normas vigentes, pese a estar diseñado en contra de autono-mías y democracias. Sin ella, en Cuba, es imposible que las normas no pasen de ser frases en un papel. Fenómeno que hace necesario, con carácter urgente, la existencia de movimientos sociales sostenidos en el tiempo, que exijan la im-plantación de normas so-ciales, a tono con el desa-rrollo benéfico.
Pese a la realidad que sufre día a día el cubano de a pie, al dobles de las páginas grises de la isla, se coloca Cuba como: signa-taria de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la cual contiene una cláusula que denota los derechos fundamenta-les, deberes y garantías de los cubanos. Firmó, aunque no ha ratifica-do los Pactos Internacionales de Derechos Civiles , Políticos; Econó-micos, Sociales y Culturales y es miembro fundador del flamante Con-sejo de Derechos Humanos (CDH) de la Organización de Naciones Unidas (ONU). ¡Para qué continuar escribiendo sobre la oscuridad de la noche! Otra palabra tormentosa no descubrirá más estrellas.
Es muy común, ser interrumpido en el traslado hacia los centros labo-rares, en horas tempranas y por un periodo de tiempo, que señale al trabajador, con llegadas tardes a sus puestos de trabajos, sin justifica-ción. Padres, que de la mano de sus hijos, son sometidos a vergüen-zas similares. Maestros, obreros, médicos, estudiantes, ancianos y personas que subsisten, según la legislación, son colocados en igual balanza de ladrones, delincuentes y antisociales, sin que medie la distinción de hombres y mujeres según sus valores.
La represión policial, en manos de elementos sin nivel intelectual, está generando que cientos de personas se conviertan en víctimas, al ser sometidas sin escrúpulos a detenciones, castigos y condenas, sin fundamentos reales de actuaciones sociales en contra de lo legisla-do y negando e impidiendo el ejercicio de los derechos y libertades que suelen considerarse propios de los sistemas democráticos.
El escenario, se ve acompañado por violencia tanto legal como infor-mal. La fuerza del ejemplo de quien sufre esa violencia, hace que por temor el resto de los ciudadanos, se repriman a sí mismos en el ejer-cicio de la libertad, que queda así, anulada para todos, excepto para el poder, para aquellos a cuyo beneficio se realiza la represión, para las dignas Damas de Blanco y los opositores, que pese a todo maltra-to, atropello y violencia exigen se respeten los derechos ciudadanos.
El término represión, terror y otras palabras de fuerte contenido son representaciones normales utilizadas en la policía del territorio refle-jando el hecho de que la dictadura de los Castro debe aplicar la fuer-za de forma despiadada, para eliminar la resistencia de un pueblo que añora libertad y es de hecho antagónico al gobierno imperante.
El pueblo reprimido, no logra poner en práctica, su conciencia de derechos y deberes dentro del ordenamiento jurídico y de acuerdo con las normas vigentes, pese a estar diseñado en contra de autono-mías y democracias. Sin ella, en Cuba, es imposible que las normas no pasen de ser frases en un papel. Fenómeno que hace necesario, con carácter urgente, la existencia de movimientos sociales sostenidos en el tiempo, que exijan la im-plantación de normas so-ciales, a tono con el desa-rrollo benéfico.
Pese a la realidad que sufre día a día el cubano de a pie, al dobles de las páginas grises de la isla, se coloca Cuba como: signa-taria de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas, la cual contiene una cláusula que denota los derechos fundamenta-les, deberes y garantías de los cubanos. Firmó, aunque no ha ratifica-do los Pactos Internacionales de Derechos Civiles , Políticos; Econó-micos, Sociales y Culturales y es miembro fundador del flamante Con-sejo de Derechos Humanos (CDH) de la Organización de Naciones Unidas (ONU). ¡Para qué continuar escribiendo sobre la oscuridad de la noche! Otra palabra tormentosa no descubrirá más estrellas.
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Colón municipio con mayor índice de hechos delictivos
Por Iván Hernández Carrillo
Sindical - Press
Por Iván Hernández Carrillo
Sindical - Press
Colón, Matanzas. Colón, continúa a la cabeza de los municipio de mayor índice de hechos delictivos en la provincia de Matanzas. Mien-tras, los órganos represivos del Estado, se po-nen en función de reprimir al pueblo trabajador y a los opositores; dejando a un lado las fecho-rías y los fenómenos sociales que afectan la tranquilidad ciudadana.
Los dos primeros meses del año 2013, al igual que mayo y septiembre, promediaron 2,2 he-chos delictivos diarios. La mayoría ocurridos en el horario nocturno. Se cometieron un total de 313 hurtos y 85 robos con fuerza en viviendas habitadas; muchos de los cuales aún sin esclarecer.
El sector de Comercio y Gastronomía, uno de los tantos involucrados, fue afectado con 17 actos contra la legalidad. Situación detonante para que varios cuadros y administradores del territorio fueran sustituidos. Pues, una cosa condujo a la otra, al detectarse hurtos y faltan-tes en las entidades estatales.
En la agricultura y AZCUBA, se incrementó el hurto y sacrificio de ganado mayor, sobre todo, contra los propietarios privados. Estos últimos, víctimas directas, fueron incriminados por falta de vigilancia. Ante la incompetencia policial frente a los verdaderos culpables, le aplicaron medidas forzosas, por las cuales, tuvieron que vender sus animales a precios irrisorios.
El sector de Comercio y Gastronomía, uno de los tantos involucrados, fue afectado con 17 actos contra la legalidad. Situación detonante para que varios cuadros y administradores del territorio fueran sustituidos. Pues, una cosa condujo a la otra, al detectarse hurtos y faltan-tes en las entidades estatales.
En la agricultura y AZCUBA, se incrementó el hurto y sacrificio de ganado mayor, sobre todo, contra los propietarios privados. Estos últimos, víctimas directas, fueron incriminados por falta de vigilancia. Ante la incompetencia policial frente a los verdaderos culpables, le aplicaron medidas forzosas, por las cuales, tuvieron que vender sus animales a precios irrisorios.
También, la Industria Láctea, mostró fisuras. Seis infracciones afectaron este sector. Una de ellas: la utilización de un camión, perteneciente a la unidad, para la comercialización ilícita de queso y bolsas de yogurt.
Caso significativo y recurrente son las activida-des ilegales en el matadero de res. Estos inde-bidos provocaron detenciones, despidos, medi-das administrativas y privativas de libertad.
Sin embargo, lo contradictorio resulta de cómo el grueso de las sanciones, estuvieron centra-das en delitos menores. Alteraciones como: violaciones del ordenamiento urbanístico. Crian-za de cerdos en los apartamentos del Reparto Frank País. Estancia de coches en lugares no aptos. Paladares con venta de productos deri-vados de la leche y trabajadores sin contrato. Motoristas sin casco de protección. Personas sin camisa en la vía pública e infracciones en la telefonía .
Entre tanto, los colombinos, continúan indefen-sos frente a la creciente delincuencia. La locali-dad, convertida en escenario inseguro, es cada vez más proclive al vandalismo.
Caso significativo y recurrente son las activida-des ilegales en el matadero de res. Estos inde-bidos provocaron detenciones, despidos, medi-das administrativas y privativas de libertad.
Sin embargo, lo contradictorio resulta de cómo el grueso de las sanciones, estuvieron centra-das en delitos menores. Alteraciones como: violaciones del ordenamiento urbanístico. Crian-za de cerdos en los apartamentos del Reparto Frank País. Estancia de coches en lugares no aptos. Paladares con venta de productos deri-vados de la leche y trabajadores sin contrato. Motoristas sin casco de protección. Personas sin camisa en la vía pública e infracciones en la telefonía .
Entre tanto, los colombinos, continúan indefen-sos frente a la creciente delincuencia. La locali-dad, convertida en escenario inseguro, es cada vez más proclive al vandalismo.
Iván Hernández Carrillo
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