Cuba actualidad, Lawton, La Habana, (PD) Hace unos días escuché por los medios que había comenzado la cosecha de la papa, que como otros muchos, esperaba con ansiedad que apareciera en los mercados de Lawton, barrio donde vivo en el municipio más poblado de Cuba, Diez de Octubre.
Desde hace algunos años la papa fue liberada de la libreta de racionamiento. Entonces comenzaron las largas colas para comprarla, y mientras antes de 1959 se ofertaba todo el año, ahora los cubanos debemos esperar la época de la cosecha, y como dice mi vecina, ripiarnos para adquirirla. Esta vez hasta a la Policía le cuesta trabajo organizar las colas.
Este año, su comercialización en Lawton ha sido limitada a los pocos agromercados estatales, por lo que las colas son multitudinarias y las broncas, muchas veces entre vecinos, bastante desagradables. Que la papa no alcanza para todos, no hace falta que lo digan los medios, está más claro que el agua. Sin embargo, este año han aumentado su venta de 10 libras que se ofertaban en años anteriores a 20 por persona. Con este arbitrario aumento, también ha aumentado el caos en las colas.
Hoy la papa, que por los variados usos que tiene en la gastronomía cubana era llamada la reina de la cocina, está desterrada de nuestra mesa. Se culpa a la crisis económica que ha provocado el aumento de los costos de los insumos en el mercado mundial, a las dificultades con las semillas guardadas en los frigoríficos, que después de largos meses no pueden ser utilizadas, al clima y al factor humano. Pero lo cierto es que este año la cosecha ha sido la más pobre de su historia.
Juan Antonio, un jubilado residente en Centro Habana, dice que él trató de hacer la cola, pero era mucho el gentío y los empujones. Entonces decidió comprarla en bolsa negra (1 CUC por 5 libras), y afirma: "Me salió más barata que una fractura de cadera, porque si tengo que hacer la cola para la operación, a lo mejor no salgo del hospital".
Con la papa ha sucedido como con otros productos, que una vez eliminados de la libreta de racionamiento el gobierno no garantiza su distribución y venta. Como siempre, se toma como chivo expiatorio de estas dificultades a los revendedores clandestinos, cuando el responsable es el Estado, que sí garantiza el suministro al único mercado que le interesa en este caso: el turismo y la industria, que vende la papa prefrita en CUC.
Según un artículo del periódico Trabajadores del 17 de marzo de 2014, "La producción ha ido menguando y no ha sido posible guardar cantidades suficientes en frigoríficos para vender pasada la etapa de recolección, ni distribuir a la totalidad de las provincias".
Y termina el artículo diciendo: "Quienes ya no pueden cultivarla (...) sienten, como los consumidores, añoranza por la papa".
Para Cuba actualidad, gladyslinares42@yahoo.com
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