lunes, 30 de junio de 2014

Los científicos de “la bolita”


Los científicos de “la bolita”

De antenas parabólicas y canales de televisión de Miami salen los números agraciados. Se están jugando tres bolitas diarias


Partorita Núeñez, guerrillera castrista, dirigió planes de vivienda en los primeros años de la llamada Revolución cubana_archivo
Partorita Núeñez, guerrillera castrista, dirigió planes de vivienda en los primeros años de la llamada Revolución cubana_archivo
LA HABANA, Cuba -En 1959 fue creado en Cuba el ya desaparecido Instituto Nacional de Ahorro y Vivienda (INAV), con el objetivo de liquidar los juegos de azar y por otra parte de recaudar para la construcción de viviendas. En su primer año de vida, el INAV construyó, con los fondos ahorrados, el Reparto Camilo Cienfuegos, en la Habana del Este, donde se levantaron 1 360 viviendas. También edificó numerosas casas en el Wajay y otros lugares de la capital.
La presidenta del INAV fue Pastorita Núñez, una guerrillera de la Sierra Maestra. Los apartamentos eran conocidos como “edificios de Pastorita”, y realmente estaban bien construidos y eran prácticos.
Pero a partir de marzo de 1968, cuando se produjo la llamada “Ofensiva Revolucionaria”, tales sorteos empezaron a ser considerados prohibidos. No obstante, siempre el cubano se las ha ingeniado para apuntar a la “bolita”, que es como una variante de la lotería para las nuevas generaciones.
En tiempos atrás, se jugaba una ronda diaria, en particular se tomaban los resultados de la lotería del Táchira, en Venezuela, que se oía por la radio. Ahora, con la incursión de las antenas parabólicas y la posibilidad de ver algunos canales de televisión de Miami, es de ahí de donde se sacan los números agraciados. En estos momentos se están jugando 3 bolitas diarias.
Al primer premio se le llama “el número fijo”, y la persona que juega tiene derecho, por un peso en moneda nacional, a ganar 75 pesos. A los dos siguientes se les conoce como “corridos” y dan una utilidad de 25 pesos por cada uno invertido.
Otras variantes del juego son “la centena”, que tiene un beneficio de 400 pesos por cada uno invertido, y “el parlé”, que son dos números combinados y se paga a 900 pesos. Otra variante es “el candado”, que permite jugar seis números, de los cuales pueden salir dos o tres, y se paga como “parlé”.
El “Banco”, que es la persona que pone el dinero, limita en ocasiones algunos números, por fechas específicas o porque llevan tiempo sin salir. Cuando esto ocurre, el pago no es el mismo, siempre está por debajo. Hay quien lleva una estadística de todas las tiradas y hace cuentas. Casi se puede decir que son los científicos de la bolita.
Al Banco nunca se le ve la cara, tiene varias personas que se encargan de recoger las apuestas en los barrios. En estos momentos es muy normal ver un recogedor de bolita en el medio de la calle, anotando los números de cualquier persona, con un total relajamiento y sin ningún miedo por que lo estén mirando. Aunque no está permitido, el juego de la bolita sí está tolerado.
"La bolita" está en las calles, sin miedo_archivo
“La bolita” está en las calles, sin miedo_archivo
¿Por qué? La respuesta tiene matices políticos:
“Es una de las formas que usa el régimen para mantener a la gente entretenida”. El que juega, se pasa el día pensando que se va a sacar un dinerito y va a progresar, al menos en algo, quizás podrá comer mejor, la primera preocupación del cubano promedio. Queda claro entonces que en Cuba la política es más fuerte que las leyes.

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