Gato por liebre
Café con chícharos, espaguetis de cáscara de plátano, turrón de maní hecho con frijoles, puré de tomate hecho con calabaza y dulce de guayaba de no se sabe qué.
jueves, octubre 9, 2014 | Iris Lourdes Gómez García | 4 Comentarios
LA HABANA, Cuba -A veces escucho a algún vecino hablar de la década de los 90, pasados ya 20 años, como “El período especial” y me da gracia. En período especial estamos todavía, así que yo prefiero referirme a esos años como “el período crudo”. Si bien es cierto que nos encontramos en la misma crisis que no se acaba, hoy día al menos no se siente la misma hambre que en aquella época en la que mi padre, que ya era flaco, perdió 20 libras y cuando yo le agarraba el brazo me parecía estar sujetada de una cabilla.
En aquellos tiempos empezaron a aparecer los productos adulterados. Un compañero de trabajo le compró un jabón a un traficante por la calle y solo se pudo lavar las manos, pues estando desnudo al bañarse notó que el jabón no hacía espuma. Lo miró más detenidamente y advirtió que le habían vendido un pedazo de madera vestido con un poco de jabón por fuera. Yo compré a alguien un shampoo que me dejó el pelo seco y enredado como una soga, a duras penas pude salvarlo de tener que cortármelo.
En casa de mi esposo en Manzanillo, allá en el oriente de Cuba, su abuela salcochaba plátanos. Los pasaba por la máquina de moler carne para que salieran unas tiras que acomodaba en los platos, les echaba una salsa roja y ya estaban todos comiendo espaguetis. En otra ocasión me aventuré a hacer “coquitos” de rábano chino. Seguí la receta como me la indicaron. Ciertamente el resultado parecía ser coquitos legítimos, pero la erupción que me salió en los brazos a causa del rayado del rábano, no la proporciona el coco.
Veinte años después pensé que todo esto se había superado, sin embargo aún existen los turrones de maní que son de frijoles, el puré de tomate que, investigando, conocí se trata de puré de calabaza con colorante para tortas (de ahí que las tortas de cumpleaños que les “asignan” a los niños cubanos anualmente, sean casi siempre blancas o amarillas, pues el colorante rojo tiene otras funciones). Lo que aún no he podido averiguar pues nadie me da el secreto, sonlos ingredientes de ciertas barras de dulce de guayaba. No tengo la menor idea, pero sí la certeza de que la guayaba no está entre esos ingredientes.
El Estado no ha querido quedarse atrás y vende productos adulterados también.
Las masas de los dulces que ofrecen las panaderías en ocasiones parecen ser de harina de boniato en vez de trigo, los rellenos de los mismos en vez de guayaba (el más barato siempre) suelen ser de cualquier cosa indescifrable.
Hasta las latas de salsa Taoro para pizzas, dudo mucho que contengan puré de tomate, más bien creo que contienen otra cosa.
Es tanta la costumbre de querer pasar gato por liebre, que hasta mi esposo dice que es incapaz de serme infiel, no solo por lo mucho que me quiere sino porque la calle está llena de mujeres que son hombres operados…
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