Una burla al Código de Tránsito
Cuba actualidad, El Vedado, La Habana, (PD) Al recorrer las calles de la ciudad, uno se percata de que en la actualidad la obediencia hacia las normas del Código de Tránsito y las autoridades que corresponden a esa instancia, solo está centralizada mayormente en las inspecciones de autos que ¨botean¨, bici-taxis o a alguna que otra violación que coincida con la supervisión que se realice en alguna avenida o arteria principal.
Ya se ha hecho normal que vehículos de carga pesada, como por ejemplo, rastras, o camiones de gran capacidad, transiten por zonas no compatibles, incluso en áreas del Vedado. Esto contribuye en gran medida al deterioro de las calles y a la contaminación ambiental de zonas urbanas muy pobladas.
Los toques de claxon son constantes, a cualquier hora del día, la noche o la madrugada. Es conocido que esos toques solo deben ocurrir cuando pasa una caravana, o se solicita vía libre por un caso de urgencia. Pero esta acción, al no ser corregida por los policías de recorrido o las autoridades del Tránsito, ya se ha convertido en algo normal, que puede ser para un simple saludo.
Un notorio ejemplo de esa anomalía que disgusta y afecta a los vecinos se puede confirmar con más frecuencia en el perímetro que rodean las calles 23, K, Línea, y O. Continuamente se escucha el sonido de cláxones, con activación continua por varios segundos sin motivo alguno. Los carros antiguos de alquiler que se dedican a pasear turistas, aunque no realicen el recorrido en caravana, los agasajan con un toque continuo de la potente bocina.
Antes, como algo tradicional, estas ruidosas demostraciones solo sucedían para demostrar solo por escasos minutos, la alegría, cuando se trataba de una boda, o una quinceañera, a la que se le proporcionaba un extenso paseo.
Mucho se ha resquebrajado la atención a las indisciplinas de los que burlan el código vial.
Sobre el indebido estacionamiento, el regateo de carros por pasajeros, ha habido numerosas cartas y quejas a la Dirección Nacional de Tránsito, sin que se les haya dado solución.
Personas que viven en áreas rodeadas de instalaciones turísticas, cafeterías, tiendas y restaurantes de lujo, conocen de esas violaciones, que lo mismo interrumpen una clase en una escuela, que perturban a los enfermos o despiertan a las personas que duermen.
Al parecer, es una moda esto de los ruidos ambientales. Existen carros pequeños que tienen instaladas potentes bocinas, de cuyo sonido presumen ruidosamente.
Las autoridades competentes deberían tomar medidas al respecto y no mostrarse indiferentes ante tales acontecimientos protagonizados por choferes indolentes y transgresores de las normas de circulación vial.
Para Cuba actualidad: susana.mas24@yahoo.com
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