La “bronca” del delegado con sus electores
Le cortaron su árbol destinado a ritos religiosos. En venganza, quitó los bancos del parque. Un penoso espectáculo, sin rastros de civismo, es parte de la realidad cubana en los barrios.
miércoles, noviembre 5, 2014 | Anddy Sierra Alvarez | 1 Comentario
LA HABANA, Cuba. – Un lugar sin ley ni conciencia cívica. El reparto el Rosario del municipio capitalino de Arroyo Naranjo, ha vivido en los últimos días un penoso espectáculo, que involucra a vecinos y al delegado de circunscripción.
Guillermo Guerra, delegado del vecindario ante el Poder Poular, acostumbraba a usar la ceiba del parque local para sus prácticas yorubas. Tal parque había sido gestionado por él, para adornar el entorno y en el mismo colocaron tres bancos para que las personas pudiesen sentarse y disfrutar de la sombra. Sin embargo, los vecinos, pasado el tiempo, decidieron cortar la ceiba que allí se encontraba, ante la acumulación de comida y la pestilencia de los animales muertos que formaban parte de las ofrendas que el delegado hacía en el lugar.
Suyi Gutiérrez, vecina de 33 años, cuenta: “Todo ha sucedido después de que le cortaran la Ceiba que sembró en el parque. Imagínese usted ese rincón lleno de brujería y además ese árbol crece que da miedo”.
En resumidas cuentas, que el delegado, en venganza, arrancó los tres bancos del parque y dejó que se formara un bote de basura acumulada en el lugar, sin gestionar su recogida. Parecería todo un sketch humorístico. Mas es real.
Otro residente, Miguel López, de 43 años dice, “Es un falta de respeto. Arrancó los bancos y se llevó uno para su casa. Nadie hace nada”.
Randy Torres, de 45 años, asegura que ayer en la noche vio como recogían la basura que está a dos cuadras del parque. “Venía del trabajo y me encontré a los trabajadores de Comunales recogiendo la basura en un camión, pensé que iban a recoger la del parque pero hoy me levanté y vi que todo estaba igual”.
Frank Domínguez, de 48 años, vecino del lugar, comenta que antes de lo sucedido, el mismo delegado anunciaba que “si alguien tenía basura para votar que lo hiciera en el parque pues el carro de la basura venia el fin de semana a recogerlo”.
Pero el reparto no cuenta tampoco con tanques para arrojar la basura, el más cercano está a un kilómetro y medio de la zona.
“Además de que el delegado no da respuesta al problema, también estamos obligados a arrojar la basura ahí, no me la voy a comer, y caminar casi 2 kilómetros”, habló indignado Hilario Giménez, un residente.
Cubanet intentó contactar con Guilermo Guerra, el delegado de el Rosario, pero fue imposible.
Los vecinos del reparto el Rosario están sufriendo en la actualidad por haberle cortado un árbol a su delegado. Además de no poder disfrutar del parque pequeño construido por el gobierno que servía para refrescarse en las noches con altas temperaturas.
¿Surreal? No, real. En Cuba.
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