martes, 1 de diciembre de 2015


Guantánamo se quema

Caminar de día por la ciudad es un martirio. Tal incordio es una consecuencia de la tala o poda indiscriminada de árboles
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Calles Pedro A. Pérez y Emilio Giro a las 10 a.m. La sombra la dan los portales (foto del autor)
Calles Pedro A. Pérez y Emilio Giro a las 10 a.m. La sombra la dan los portales (foto del autor)
GUANTÁNAMO, Cuba.- Guantánamo es una de las ciudades más tórridas de Cuba. A pesar de esa característica tiene calles como Ahogados, Bartolomé Masó, Calixto García y Pedro A. Pérez en las que no existe un solo árbol, a veces en varios kilómetros.
Caminar en tales condiciones entre las once y la una de la tarde es  un martirio. Tal incordio es una consecuencia de la deforestación y de la tala o poda indiscriminada de los árboles, un mal que no es exclusivo de la ciudad del Guaso y que ha sido reflejado en varias ocasiones en  la sección Cartas a la Dirección, del periódico Granma.
Otras calles que tuvieron árboles han quedado desprovistas de ellos. En el 2001 fue talado, para consternación de los vecinos y de  no pocos guantanameros, el emblemático jagüey que estaba ante el Club Piccolo. Era un árbol majestuoso que cobijó a muchos enamorados y transeúntes pero un día a alguien con poder le molestó que las garzas descansaran en sus ramas y eso fue suficiente para dictaminar su muerte.
Después fueron talados los aerolitos de las calles Carlos Manuel de Céspedes  y Paseo así como las majaguas de esta última  con la justificación de que estaban destruyendo las aceras. Por esa misma fecha tumbaron la ceiba centenaria que estaba en la calle Martí y la avenida Camilo Cienfuegos y otro jagüey enorme que estaba en la misma avenida y la calle Máximo Gómez. Esta vez alegaron que ambos servían de cobija a las auras tiñosas.
Restos de un aerolito en Carlos Manuel de Céspedes entre N. López y Paseo (foto del autor)
Restos de un aerolito en Carlos Manuel de Céspedes entre N. López y Paseo (foto del autor)
Ni siquiera el parque José Martí se libró en esa fecha de la furia de los depredadores y sus árboles fueron podados de forma tal que la indignación de los guantanameros fue expuesta sin tapujos en el primer número de  la revista  independiente de cultura y sociedad Arabescos de Guantánamo y hasta en la prensa oficialista, que ya es mucho decir.
Las consecuencias y las soluciones
Paseo se extiende en sentido este-oeste (y viceversa), aproximadamente unos 2.5 km. Después del paso  del huracán  Sandy fueron eliminados los aerolitos y  las majaguas  que  proveían de sombra y belleza a esta calle, una de las principales de la ciudad. Ahora es un martirio caminar por Paseo, sobre todo en horas cercanas al mediodía.
Tanto en dicha calle como  en  Carlos Manuel de Céspedes, los aerolitos fueron sustituidos por ficus. En la calle Martí se sembraron palmas. Pero las plantas resultan todavía insuficientes ante la inclemencia de la canícula. Incluso se aprecia que algunas de las palmas  amenazan con sus penachos el  tendido eléctrico.
El pasado jueves 12 de noviembre este  reportero sorprendió en plena labor a Ángel Luís Martínez y a Elpidio Ilizástigui, trabajadores de la Empresa Municipal de Servicios Comunales, quienes estaban podando los ficus en la calle Paseo entre Pedro A. Pérez y Martí.
Ángel Luís Martínez y Elpidio Ilizástigui, trabajadores de Comunales (foto del autor)
Ángel Luís Martínez y Elpidio Ilizástigui, trabajadores de Comunales (foto del autor)
Ambos coincidieron en que fue necesario eliminar los aerolitos y las majaguas porque estaban destruyendo las aceras. Estiman que haberlos sustituidos por  ficus fue otra buena decisión pues estos árboles son majestuosos y pueden alcanzar hasta los 20 metros de altura sin que sus raíces destruyan las aceras. Sin embargo, según Ángel Luís, lo planificado es que nunca lleguen hasta la altura de los cables del tendido eléctrico ni  obstaculicen la lectura de las señales de tránsito, algo que impedirá que los árboles apenas rebasen los dos metros de altura.
Ante una observación nuestra acerca de que los ficus ya tenían alrededor de tres años de haber sido sembrados y no se apreciaban resultados favorables los trabajadores reconocieron que en ocasiones las podas no se habían hecho correctamente y que también incidían las indisciplinas sociales pues no existe en la ciudad una cultura de respeto al entorno.
Alrededor del parque
El parque José Martí, desde su construcción, es uno de los mayores puntos de confluencia de la ciudad. Situado en el centro del casco histórico es un lugar  donde el caminante puede escapar del calor y echar alguna parrafada con otros lugareños.
Estos son los restos del jagüey de La Avenida C. Cienfuegos y M. Gómez (foto del autor)
Estos son los restos del jagüey de La Avenida C. Cienfuegos y M. Gómez (foto del autor)
Ni siquiera él se libró a finales del 2013 de una de las podas más despiadadas hasta ahora presenciadas por los guantanameros. Muchos aseguran que ésta fue  la causa de que se secara la ceiba sembrada por los veteranos de la guerra de independencia y los estudiantes el 20 de mayo de 1950, la cual sustituyó a la que se sembró en el mismo lugar a las 12 del día del 20 de mayo de 1902.
Los culpables de esta poda, según las autoridades de Comunales, fueron los  miles de pájaros que en esta zona del país se conocen como choncholíes y en  otras  como negritos o totíes y que todas las tardes buscan refugio en los árboles del parque. Pero los orígenes de esa historia y la tenacidad de estos animalitos ya tuvieron su reportaje.

ACERCA DEL AUTOR

Roberto Jesús Quiñones Haces

Roberto Jesús Quiñones Haces

Nació en la ciudad de Cienfuegos el 20 de septiembre de 1957. Es Licenciado en Derecho. En 1999 fue sancionado de forma injusta e ilegal a ocho años de privación de libertad y desde entonces se le prohíbe ejercer como abogado. Ha publicado los poemarios “La fuga del ciervo” (1995, Editorial Oriente), “Escrito desde la cárcel” (2001, Ediciones Vitral), “Los apriscos del alba” (2008, Editorial Oriente) y “El agua de la vida” (2008, Editorial El mar y la montaña). Obtuvo el Gran Premio Vitral de Poesía en el 2001 con su libro “Escrito desde la cárcel” así como Mención y Reconocimiento Especial del Jurado del Concurso Internacional Nósside de Poesía en 2006 y 2008 respectivamente. Poemas suyos aparecen en la Antología de la UNEAC de 1994, en la Antología del Concurso Nósside del 2006 y en la selección de décimas “Esta cárcel de aire puro”, realizada por Waldo González en el 2009.

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