Guantánamo se quema
Caminar de día por la ciudad es un martirio. Tal incordio es una consecuencia de la tala o poda indiscriminada de árboles
GUANTÁNAMO, Cuba.- Guantánamo es una de las ciudades más tórridas de Cuba. A pesar de esa característica tiene calles como Ahogados, Bartolomé Masó, Calixto García y Pedro A. Pérez en las que no existe un solo árbol, a veces en varios kilómetros.
Caminar en tales condiciones entre las once y la una de la tarde es un martirio. Tal incordio es una consecuencia de la deforestación y de la tala o poda indiscriminada de los árboles, un mal que no es exclusivo de la ciudad del Guaso y que ha sido reflejado en varias ocasiones en la sección Cartas a la Dirección, del periódico Granma.
Otras calles que tuvieron árboles han quedado desprovistas de ellos. En el 2001 fue talado, para consternación de los vecinos y de no pocos guantanameros, el emblemático jagüey que estaba ante el Club Piccolo. Era un árbol majestuoso que cobijó a muchos enamorados y transeúntes pero un día a alguien con poder le molestó que las garzas descansaran en sus ramas y eso fue suficiente para dictaminar su muerte.
Después fueron talados los aerolitos de las calles Carlos Manuel de Céspedes y Paseo así como las majaguas de esta última con la justificación de que estaban destruyendo las aceras. Por esa misma fecha tumbaron la ceiba centenaria que estaba en la calle Martí y la avenida Camilo Cienfuegos y otro jagüey enorme que estaba en la misma avenida y la calle Máximo Gómez. Esta vez alegaron que ambos servían de cobija a las auras tiñosas.
Ni siquiera el parque José Martí se libró en esa fecha de la furia de los depredadores y sus árboles fueron podados de forma tal que la indignación de los guantanameros fue expuesta sin tapujos en el primer número de la revista independiente de cultura y sociedad Arabescos de Guantánamo y hasta en la prensa oficialista, que ya es mucho decir.
Las consecuencias y las soluciones
Paseo se extiende en sentido este-oeste (y viceversa), aproximadamente unos 2.5 km. Después del paso del huracán Sandy fueron eliminados los aerolitos y las majaguas que proveían de sombra y belleza a esta calle, una de las principales de la ciudad. Ahora es un martirio caminar por Paseo, sobre todo en horas cercanas al mediodía.
Tanto en dicha calle como en Carlos Manuel de Céspedes, los aerolitos fueron sustituidos por ficus. En la calle Martí se sembraron palmas. Pero las plantas resultan todavía insuficientes ante la inclemencia de la canícula. Incluso se aprecia que algunas de las palmas amenazan con sus penachos el tendido eléctrico.
El pasado jueves 12 de noviembre este reportero sorprendió en plena labor a Ángel Luís Martínez y a Elpidio Ilizástigui, trabajadores de la Empresa Municipal de Servicios Comunales, quienes estaban podando los ficus en la calle Paseo entre Pedro A. Pérez y Martí.
Ambos coincidieron en que fue necesario eliminar los aerolitos y las majaguas porque estaban destruyendo las aceras. Estiman que haberlos sustituidos por ficus fue otra buena decisión pues estos árboles son majestuosos y pueden alcanzar hasta los 20 metros de altura sin que sus raíces destruyan las aceras. Sin embargo, según Ángel Luís, lo planificado es que nunca lleguen hasta la altura de los cables del tendido eléctrico ni obstaculicen la lectura de las señales de tránsito, algo que impedirá que los árboles apenas rebasen los dos metros de altura.
Ante una observación nuestra acerca de que los ficus ya tenían alrededor de tres años de haber sido sembrados y no se apreciaban resultados favorables los trabajadores reconocieron que en ocasiones las podas no se habían hecho correctamente y que también incidían las indisciplinas sociales pues no existe en la ciudad una cultura de respeto al entorno.
Alrededor del parque
El parque José Martí, desde su construcción, es uno de los mayores puntos de confluencia de la ciudad. Situado en el centro del casco histórico es un lugar donde el caminante puede escapar del calor y echar alguna parrafada con otros lugareños.
Ni siquiera él se libró a finales del 2013 de una de las podas más despiadadas hasta ahora presenciadas por los guantanameros. Muchos aseguran que ésta fue la causa de que se secara la ceiba sembrada por los veteranos de la guerra de independencia y los estudiantes el 20 de mayo de 1950, la cual sustituyó a la que se sembró en el mismo lugar a las 12 del día del 20 de mayo de 1902.
Los culpables de esta poda, según las autoridades de Comunales, fueron los miles de pájaros que en esta zona del país se conocen como choncholíes y en otras como negritos o totíes y que todas las tardes buscan refugio en los árboles del parque. Pero los orígenes de esa historia y la tenacidad de estos animalitos ya tuvieron su reportaje.
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