sábado, 30 de enero de 2016

Trabajos simultáneos de varias empresas mantienen zonas de La Habana en un caos de huecos, fango y ruido

MARÍA MATIENZO PUERTO | La Habana | 30 Ene 2016 - 8:08 am. | 2


Trabajos en Obispo y Zulueta. (M. M. PUERTO)
Una de las zonas más céntricas de la capital es por estos días un caos de huecos, fango y ruido. Aguas de La Habana, la Unión Eléctrica y la Empresa del Gas perforan de manera simultánea en busca de averías y sustituciones de tuberías. El tráfico está desviado en varias calles, la electricidad se ha visto afectada en algunos lugares y los choferes se preguntan quién cerrará los huecos después.
Aguas de La Habana repara roturas en la tuberías encargadas de abastecer a los hoteles Inglaterra y El telégrafo, al Pain de París y a los vecinos de la misma acera frente al Parque Central.
Las reparaciones abarcan la calle Prado desde Neptuno hasta la esquina del Gran Teatro de La Habana.
Una dependienta del Pain de Paris comenta que durante años el agua les llegó en camiones pipas. "Era una tragedia porque todas las tuberías de entrada estaban llenas de huecos".
Y habla del ambiente cada vez que entraba el camión cisterna. "Cuando venía no solo era el reguero que se armaba, sino el ruido y las restricciones para hacer las cosas". El baño era una de las áreas más afectadas, asegura.
Las amas de llaves del hotel Inglaterra nunca sintieron "el problema". Una de ellas asegura que el agua, aunque les entraba por pipa, nunca faltaba.
La tragedia mayor la vivían los vecinos que tenían que esperar a que los  establecimientos estatales que los rodean cubrieran sus necesidades para que les llegara su turno.
Se preveía que las obras de Aguas de La Habana no duraran más de una semana, sin embargo, se han visto afectados por la falta de piezas.
Reparaciones de la Unión Eléctrica
Entretanto, la Unión Eléctrica rompe de manera aleatoria, según la necesidad de reparación. Tiene varias perforaciones sobre la acera frente al cine Payret, la sala polivalente Kid Chocolate, y en una esquina del Tribunal Provincial donde un cortocircuito provocó fuego.
Los trabajadores de la Empresa Eléctrica que estaban en el momento del accidente aseguraron que no habría mayores consecuencias. "Deben ser los cables del alumbrado público, que están muy viejos ya", dijo uno que parecía estar a cargo de la obra, el único que se brindó a dar explicaciones a la Policía y al púbico expectante, en lo que llegaban los bomberos.
Algunos de los testigos dijeron que podía ser un escape de gas también. Una mujer bromeó con amargura: "Es un volcán, lo que nos faltaba. A ver si nos acabamos de hundir pal carajo".
El alumbrado público no sufrió ninguna afectación. Pero coincidentemente, a cuatro cuadras, en dirección a Centro Habana, las casas alrededor del Parque El Curita tenían una fase caída.
En el restaurante El Levant no funcionaba el aire acondicionado ni el televisor. En el resto de la cuadra había casas iluminadas a medias y otras en penumbras.
"Llamamos a la empresa y nos dicen que es una rotura, pero no nos dicen dónde", comentó un nombre que cree saber dónde está el problema. Señaló el poste que tiene en frente, desde donde se ve salir del sistema de soterrado los cables de alta tensión.
Otro vecino predijo nuevos huecos en la calle. "No hace un mes que se hicieron estas reparaciones", recordó y engoló la voz para burlarse: "y tuvimos que vivir en más cochiná de la que ya vivimos con los boteros de enfrente y la calle sucísima que tenemos. Ahora lo que toca es que vengan y rompan de nuevo para ver qué es".
A un costado del Parque Central la Empresa Eléctrica rompe también para sustituir cables; en la esquina Obrapía y Aguacate, una de las entrecalles más transitada para llegar al Casco Histórico, se reventó una caja de electricidad soterrada y la empresa trabaja para independizar el cableado de los vecinos del alumbrado público.
"Lo peor es que para llegar a los cables de baja tensión tenemos que tratar de no tocar los de alta que a alguien se le ocurrió poner encima de los de baja. Así que tenemos que romper lo más que podamos para sustituir la caja y para no crear más afectaciones", dice un trabajador en esa esquina.
En la calle Zulueta, a la entrada del bulevar de Obispo, trabajan para reparar una avería en el bar del Floridita.
"Esto se llama contaminación ambiental", se queja una mujer que apenas tolera el ruido de los martillos de aire, el sonido que sale de la Manzana de Gómez aún en restauración y el claxon de los ómnibus, los almendrones y los bicitaxistas que apremian en el paso peatonal a quien quiera que se retrase.
Tuberías nuevas de la Empresa del Gas
En Zulueta no es usual que el tráfico sea tan agresivo, pero el ala derecha del Paseo del Prado está cerrada por reparaciones de la Empresa del Gas de La Habana y los ómnibus que usualmente bajan a Malecón por esa senda están desviados.
La Empresa del Gas está cambiando en Prado las tuberías por unas de un diámetro mayor. Centro Habana y Habana Vieja reciben el servicio de gas licuado por la vía del soterrado también.
Carlos, un vecino de Prado 264, se alegra de las reparaciones. "En las horas pico la llama de la cocina es muy baja, y para fin de año es imposible cocinar, así que yo espero que esto nos sirva de algo".
"No sé por qué la gente se queja si esto es para beneficiarnos a ellos", comenta uno de los porteros del Centro Asturiano, situado en Prado y Virtudes, pero no deja de quejarse él mismo de sus zapatos enfangados cada vez que llueve y tiene que cruzar la calle.
Y Sergio, como otros boteros, comparte la misma preocupación: ¿quién cierra los huecos después?
"Cada bache que ellos dejen más los que ya hay, que son históricos, me afectan todo el carro. No estoy exagerando. Las puertas caídas no son porque la gente las tire sino por los baches, que no importa a la velocidad que les entre, el caso es que me desbaratan el carro. Entonces, ¿para qué pago tanto impuesto?", dice.

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