La Administración del presidente estadounidense
Donald Trump tomará nuevas medidas encaminadas a privar al Gobierno cubano de ingresos y mantendrá su política de "máxima presión" a las autoridades de la Isla, dijo un funcionario estadounidense de alto rango entrevistado por los periódicos
El Nuevo Herald y el
Miami Herald.
"Estén atentos, habrá más acciones enfocadas a restringir los ingresos" del régimen cubano, dijo Michael Kozak, subsecretario en funciones para América Latina del Departamento de Estado de
EEUU.
El funcionario también dijo que su Gobierno estaba buscando nuevas formas de restringir aún más "la libertad de acción" del régimen de La Habana "hasta que cambie sus formas", aunque sea una tarea difícil después de "61 años de represión y declive", reconoció.
Los anuncios de Washington llegan a finales de un año que marca el agravamiento de las tensiones entre los gobiernos de Cuba y EEUU, en su punto más alto tras el restablecimiento de relaciones diplomáticas encabezado por el expresidente estadounidense
Barack Obama en 2016.
En 2019, Washington aplicó una serie de sanciones inéditas que, según los observadores, dieron al traste con prácticamente todo el proceso de "deshielo".
Una de las medidas más importantes fue la activación por vez primera del Título III de la Ley Helms-Burton, que ha generado hasta la fecha más de una decena de demandas a compañías que operan en hoteles, puertos, destilerías y otras propiedades que el Gobierno de Fidel Castro confiscó.
Este año la Administración de Donald Trump también restringió los viajes culturales y educativos de sus ciudadanos a la Isla, prohibió a cruceros, embarcaciones de recreo y aeronaves privadas tocar puertos cubanos, y
suspendió los vuelos comerciales a todos los destinos de la Isla menos a la capital.
Asimismo, redujo la suma de dinero permitida en los envíos a la Isla y prohibió las transacciones bancarias a través de terceros países, entre otras medidas.
Por su parte, el Departamento del Tesoro incluyó nuevos negocios en su "lista negra" de empresas administradas por los militares cubanos del conglomerado empresarial
GAESA.
La presión del Gobierno estadounidense sobre el régimen de La Habana se debe, según declaraciones oficiales del propio Donald Trump y de algunos de sus voceros, al apoyo militar y logístico de las autoridades cubanas al régimen "fallido" de Nicolás Maduro en Venezuela.
Sin embargo, hasta ahora el Gobierno de La Habana no ha retirado su apoyo al régimen venezolano y ha mantenido sus acusaciones habituales contra Washington por, presuntamente, intentar intervenir en los asuntos internos de la Isla.
Mientras tanto, este año EEUU también dificultó las ventas de petróleo del régimen de Maduro ―uno de cuyos destinos preferenciales es Cuba― mediante las sanciones a buques y aseguradoras que trasladan combustible a la Isla.
Además de todas las medidas encaminadas a cortar los ingresos del Gobierno cubano, EEUU también sancionó a Raúl Castro, a sus familiares inmediatos y a otros funcionarios de la Isla.
A mediados de noviembre, por último, el Departamento de Estado también anunció
sanciones contra el ministro cubano del Interior, Julio César Gandarilla Bermejo, a quien Washington considera implicado en "flagrantes violaciones de derechos humanos en Venezuela".
Junto a Gandarilla Bermejo, también fueron sancionados sus dos hijos: Julio Cesar y Alejandro Gandarilla Sarmiento.
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