viernes, 31 de enero de 2020
jueves, 30 de enero de 2020
Presos con falsos procesos (II)
El proceso abierto contra el líder de UNPACU y otros tres miembros de la organización tiene varias deficiencias técnicas
JUEVES, 30 DE ENERO, 2020 | 3:00 AM
LA HABANA, Cuba. – El proceso abierto contra José Daniel Ferrer García y otros tres miembros de la organización que dirige (Unión Patriótica de Cuba), tiene algunas deficiencias, entre ellas técnicas, las cuales no estoy capacitada para discutir. Es un problema de abogados; pero hay otras que se detectan solo leyendo y estudiando los documentos que se han hecho públicos.
A las alturas del 7 de octubre de 2019 se les entregó a los acusados un Auto de Imposición de Medida Cautelar. Se podía constatar, sin temor a equivocarse que, según lo relatado, no se estaba en presencia de un delito de lesiones graves. Aunque, como bien se sabe, no cometieron ningún delito, todo se ha resumido a una de las muchas implicaciones falsas que acostumbra a hacer la dictadura para involucrar a los disidentes en fechorías comunes y después encarcelarlos, y así dar la oportunidad a Raúl Castro de decir: “preséntenme una lista de presos políticos”.
Como una forma de colocar a José Daniel y los otros tres acusados en un estado de indefensión, en el Auto antes mencionado, no se puntualizó el artículo del Código Penal, por el cual se les pedía la prisión provisional, solo se dijo: Lesiones, lo que vulnera las normas del proceso, porque no se les informó con precisión de lo que se les imputaba.
Sin embargo, en la Petición Fiscal queda claro que las lesiones recibidas por el acusador no son graves, ni pusieron en peligro su vida, ni siquiera le dejaron secuelas, como ellos dijeron de forma inicial para complicar la situación de José Daniel, y cito: “Como consecuencia de los golpes recibidos, el ciudadano Sergio García González recibió lesiones graves con peligro para la vida consistente en traumatismo taraco abdominal, hematoma en parte superior de riñón derecho y fractura costal derecha.”
Pero también vuelven a caer en el error de considerar en esta Causa 12 de 2020 antecedentes penales de los años 90, del siglo pasado, que no fueron tomados en cuenta cuando José Daniel Ferrer obtuvo su sentencia en la causa del Grupo de los 75. En el documento oficial de esa sanción queda claro y probado como un hecho que no le constan antecedentes penales.
Se trata de algo premeditado. El objetivo es convertirlo en multirreincidente y poderle aumentar la petición fiscal.
No se sostiene tampoco el relato del denunciante, porque según ha escrito la propia Fiscal, existen incongruencias, por ejemplo: Se afirma que Sergio García González perdió el conocimiento tras recibir una patada en la cabeza que le propinó José Daniel, y fue atado con una tira de tela de color gris por los brazos y pies a una litera, por sus indicaciones. Así permaneció hasta la mañana siguiente y al parecer estaba lejos de la “kryptonita”, porque, como Superman, pudo quitarse las ataduras y marcharse libremente, aunque estaba cautivo. Nadie le puso obstáculos y se dirigió a su casa en el municipio de Mayarí, provincia de Holguín.
Entonces, no estaba “tan” privado de libertad. Si se compara, cuando un disidente cae preso no puede salir caminando e irse del lugar, tiene que esperar a que los “jefes” den la orden para que lo liberen. Todo parece indicar que este delito se incorpora para poder aumentar el marco sancionador, porque quieren de todas formas sacar a José Daniel Ferrer de circulación y desaparecer la organización que creó y que ha tomado tanta fuerza en el oriente de Cuba.
Hay que destacar que, como si este eufemismo fuera poco, en las Conclusiones la Fiscal se contradice y afirma que José Daniel mandó a los otros tres acusados a que pusieran de pie al denunciante y cuando lo pararon le propinó un piñazo que lo desmayó. Habría que preguntarse: ¿fue una patada o un piñazo? Llama de forma poderosa la atención el hecho de que este traumatismo no aparece en la descripción de todas las lesiones que se plantea “sufrió Sergio”.
Sin lugar a dudas abogados competentes echarían abajo todas estas mentiras que han sido inventadas solo para complacer a los que lo encarcelaron; pero José Daniel no quiere abogados, porque conoce el Sistema Judicial cubano y sabe que nada puede hacer un letrado contra lo que ya está decidido.
La situación para la dictadura es bien diferente en estos momentos, porque muchas personas están al tanto de sus métodos, no solo en Cuba, también en muchos otros países del mundo. Por eso, cuando tratan de desprestigiar a un disidente, como en este caso, tienen los resultados contrarios: le sacan brillo y le dan más prestigio.
Y es que todo parece indicar que el régimen dictatorial cubano piensa que los únicos inteligentes son ellos y el resto de las personas son subnormales, incapaces de asimilar una “jugada” como la que le están haciendo al líder de la UNPACU.
Viviendas dañadas
Un derrumbe total y 300 viviendas dañadas en Granma por sismo 7.7
En el municipio de Niquero es donde más se evalúan los daños por ser el uno de los lugares más cercanos al epicentro del sismo de este martes
JUEVES, 30 DE ENERO, 2020 | 7:46 PM
MIAMI, Estados Unidos.- El sismo magnitud 7.7 en la escala de Richter que se sintió este martes en Cuba, dejó al menos 300 viviendas afectadas y un derrumbe total en la provincia de Granma, según informó el periodista oficialista Cusco Tarradell.
La televisión estatal cubana informó que solo en el municipio de Río Cauto no se reporta ninguna afectación a viviendas u otras edificaciones.
La prensa oficialista agregó que además de las grietas en las paredes y placas de esas 300 viviendas, y el derrumbe total, también se presentaron daños en escuelas, círculos infantiles y otras instalaciones.
A pesar de que el terremoto se sintió en casi toda la Isla, en el municipio de Niquero es donde más se evalúan los daños por ser el uno de los lugares más cercanos al epicentro del terremoto.
En la provincia de Santiago de Cuba no se reportaron pérdidas materiales ni humanas, aunque algunos vecinos habían tomado los parques de la ciudad por temor a las réplicas del sismo.
Así mismo, especialistas cubanos aseguraron que, aunque se hayan reportado varias réplicas del sismo, no existe peligro de tsunami para las costas del sur de Cuba.
Un fuerte temblor de tierra ocurrió en la tarde de este martes 28 de enero, al suroeste de Granma, y según los reportes oficiales se llegó a sentir hasta en La Habana.
Según el Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (Cenais), organismo oficial en Cuba, el sismo ocurrió 145 kilómetros al suroeste de Niquero, Granma.
Cerca del 70 % de los eventos telúricos reportados en la Isla se concentran en la falla Oriente, ubicada a lo largo de la costa sureste del país.
De los siete sismos perceptibles en Cuba durante 2019, seis ocurrieron en la región oriental, la más propensa a sufrir este tipo de fenómenos debido a su ubicación en la frontera de las placas tectónicas de Norteamérica y el Caribe.
Cuba se cae en pedazos
El Capitolio y una Habana que se cae a pedazos
Hay dinero para acomodar a los diputados y divertir al turista pero el pueblo debe arreglárselas como pueda
JUEVES, 30 DE ENERO, 2020 | 8:29 AM
LA HABANA, Cuba. – El espectacular Capitolio de La Habana, en cuya reparación total el gobierno cubano ha invertido alrededor de 6 millones de dólares, pareciera mostrar desprecio por una ciudad que se cae a pedazos.
Es el mensaje que cualquiera percibe al observar lo que ha sucedido con la triple arcada de la entrada posterior, la que da a la calle Industria, y tras la cual transcurren los recibimientos oficiales a las delegaciones y personalidades extranjeras que visitan la nueva sede de la Asamblea Nacional.
El hecho es que el majestuoso zaguán ha sido tapiado con tabiques de yeso que bloquean la visión desde el exterior.
Lo que siempre estuvo a la vista de todos, y que debió continuar así por tratarse de un edificio que (al menos teóricamente) cumple funciones públicas, ahora se ha puesto a resguardo de las “molestas” miradas de esa inmensa mayoría de cubanos a la que el Partido Comunista no considera “la vanguardia de Cuba”, de acuerdo con las mismas categorizaciones impuestas por el régimen, basadas en el grado de “lealtad” a las principales figuras en el poder.
Lo que parecía un recurso circunstancial mientras duraron las labores de restauración, ahora ha pasado a ser una decisión permanente, con la cual quizás pretenden resolver esa “incomodidad” de tener que soportar la presencia de esa “chusma” que se resiste a abandonar los únicos cuatro edificios de vivienda que quedan en ese tramo de calle, a pesar de estar todos en peligro de derrumbe.
Pero el gobierno recién en septiembre de 2019 eliminó los subsidios a la vivienda y no piensa ofrecer opciones justas a quienes han quedado fuera de la planificación del presupuesto estatal.
Hay dinero para acomodar a los diputados y divertir al turista pero el pueblo debe arreglárselas como pueda.
“Están esperando a que se caigan para hacer parqueos y oficinas”, es lo que en resumen opinan algunos de los habitantes del lugar, renuentes a trocar sus casas de toda la vida por albergues de tránsito o apartamentos mal terminados alejados del centro de la ciudad, una estrategia que, para beneficio propio, le ha funcionado al gobierno en otras ocasiones, sobre todo en la Habana Vieja, tanto así que algunos consideran que se trata de una “habilitación” para el turismo más que una “restauración”, teniendo en cuenta la política de desplazamientos aplicada en los sitios y edificaciones más significativos.
De hecho, el centro de la ciudad, más allá de la zona más antigua, hace ya tiempo fue divido en parcelas con el objetivo de ofertarlas al mejor postor, según se advierte en la propia Cartera de Oportunidades publicada y ampliada todos los años por el Ministerio de Comercio Exterior y la Inversión Extranjera de Cuba.
Los tabiques en el zaguán del Capitolio no solo son una expresión o extensión materializada de ese secretismo y voluntad de ocultamiento que practica el gobierno cubano en casi todos los ámbitos de la realidad cubana sino, además, del desdén con que asume aquellos asuntos relacionados con el bienestar de los ciudadanos, donde el déficit y la precariedad de la vivienda parecieran ocupar el lugar más importante pero que, en la práctica, se constata que no existe una voluntad real, creíble, para encontrar soluciones.
Hace días, en una de las tantas reuniones de Miguel Díaz-Canel con funcionarios de la vivienda, se escuchó de manera excepcional la crítica de uno de ellos a los planes de reparación de inmuebles.
Señalaba esta persona que el presupuesto asignado a las localidades para la rehabilitación de edificios multifamiliares era insuficiente, y favorecía apenas el 0,5 por ciento de las necesidades reales.
Hacía referencia a situaciones absurdas como la de planificar la reparación anual de uno o dos edificios en repartos y barriadas que cuentan con más de doscientos bloques residenciales, de modo que el cumplimiento (y hasta sobrecumplimiento) de planes jamás pudiera constituir una noticia para regocijarse sino más bien para crear la ilusión de que las cosas marchan bien cuando en realidad la situación empeora y las soluciones se limitan al ajuste por defecto de las cantidades planificadas.
No hay que hacer muchos cálculos para comprender que, a ese ritmo, al gobierno le tomaría más de un siglo reparar los edificios de una comunidad como Alamar donde existe más de un centenar.
No obstante la prensa oficialista habla de “cumplimiento” en los titulares y hasta los organismos ejecutores se alzan con la distinción de “Proeza Laboral”. Una verdadera tomadura de pelo que se torna más burlesca cuando descubrimos que por “reparación” en la mayoría de los casos se entiende apenas la renovación de la pintura exterior de los inmuebles, algo que contrasta con el derroche de recursos empleados en acondicionar ese gran elefante blanco de la economía cubana llamado Capitolio.
Un ejemplar que ni es único ni excepcional sino que es tan solo un ejemplo de cuáles son las verdaderas prioridades en estos tiempos de sálvese el que pueda.
Pero volviendo a la queja del funcionario de vivienda a la que me refería, lejos de suscitar una refriega de Díaz-Canel contra los responsables de tanto “ilusionismo económico”, fue respondida por este con el usual desplazamiento “simulado” de la culpa hacia quienes sufren las consecuencias de ese maremoto de falta de compasión y bandidaje (más que ineptitudes) que ha destrozado Cuba durante más de seis décadas.
Según el presidente cubano serían los vecinos de esos edificios multifamiliares quien deberían ellos mismos asumir las reparaciones acudiendo a colectas entre los propios inquilinos para adquirir los materiales y pagar a las brigadas de albañiles, plomeros y pintores puesto que es necesario despojarse de esa “vieja mentalidad” para la cual el Estado debe ser el encargado de tales asuntos.
No es necesario llamar la atención sobre lo sarcástico de tal respuesta.
Quien conozca nuestra realidad de bajos salarios y carestías perpetuas, de voluntarismos, obstaculización y criminalización de las iniciativas individuales, no necesitará de explicaciones sobre por qué, en nuestra circunstancia, le corresponde al gobierno asumir esos gastos.
Y por carambola también intuirá lo que significan esos tabiques en las arcadas del zaguán del Capitolio: son algo mucho más terrible que cortinas para cubrir la suciedad.
El paseante no tendrá modo de saber qué sucede en ese lugar del edificio, así tampoco los invitados extranjeros que sean recibidos allí podrán detenerse a apreciar el fuerte contraste entre la fastuosidad del “Parlamento comunista de Cuba” y las ruinosas ciudadelas que, en las inmediaciones, milagrosamente resisten la indiferencia de los diputados más que el paso del tiempo.
La vida bajo el comunismo vale 15 dólares
Con 15 dólares indemnizó el gobierno cubano a familias de las niñas fallecidas en un derrumbe
Vecinos donde ocurrió el colapso señalan que hubo negligencia por parte del gobierno
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Publicado el 30 enero, 2020
Por el fallecimiento de tres niñas cubanas en un derrumbe ocurrido en la Habana Vieja, las familias solo recibieron 350 pesos cubanos, unos 15 dólares, de indemnización de parte del gobierno de la Isla.
Univisión 23 reportó que este tipo de pagos es común en el territorio cubano, pero no es lo que esperan las familias agravadas por los colapsos de sus viviendas, una situación que cada vez es más común en la capital.
Lo que realmente desean es la demolición de los edificios y que las autoridades les garanticen un nuevo hogar donde vivir sin el temor a ser víctimas mortales de un derrumbe en cualquier momento.
En el caso mencionado, los familiares no solo están indignados por la cantidad de dinero, también por los datos falsos que se publicaron en el diario Granma con respecto al incidente.
La nota en el rotativo oficialista dice de la existencia de una cinta de advertencia, sin embargo los allegados a las víctimas niegan que hubiera estado puesta para delimitar el acceso al balcón colapsado.
“Dijeron que tenía 12 años y la niña tenía 11. Es una cartera de mentiras lo que pusieron en el periódico Granma, por favor, tuvieron que haber venido, haber indagado para después sacar la columna en el periódico, sino no hablen”, comentó una de las madres.
Univisión 23 también entrevistó a Leonardo Guevara, familiar de unas de las fallecidas, quien lamentó que el gobierno cubano haya continuado con su agenda política como si no hubiera pasado algo grave.
El hecho ocurrió el pasado lunes, alrededor de las 4:00 PM, cuando el balcón, situado en la intersección de Águila y Revillagigedo, se vino a bajo sobre las niñas que estaba yendo a sus casas tras salir de la primaria Quintín Banderas.
Una de las víctimas perdió la vida en el lugar y las otras dos fallecieron cuando eran atendidas en un hospital. Las niñas fueron identificadas con los nombres de Lisnavy Valdés, María Carla Fuentes y Rocío García.
“Sacamos primero a una que estaba vestida de uniforme. La madre se le echó a llorar encima, se la quitamos y la montamos en un carro, para el hospital. Cuando fui a cargar a la segunda se le cayó el cerebro para el piso, y también la montamos en un carro. A la tercera ya no pude aguantar más, porque empecé a sentirme mal y a vomitar”, explicó un hombre que ayudó en el rescate.
Tras el accidente, los vecinos señalan que éste ocurrió por la negligencia del gobierno de no acordonar el edificio para evitar que las personas pasen por debajo de él, además recordaron que este inmueble tiene más de un año que está en proceso de demolición.
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