martes, 15 de octubre de 2024

China cancela acuerdos comerciales con Cuba por falta de Reformas de Mer...

Un dia como hoy, octubre 15, en nuestra lucha contra el castrismo.

Un dia como hoy, octubre 15, en nuestra lucha contra el castrismo.

Dedicado a aquellos que dicen que en Cuba no se combatió el comunismo.

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PROHIBIDO OLVIDAR.

1959

Intervenido el periódico "Prensa Mundial", de Santiago de Cuba, propiedad del señior Raúl López Lacau.

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José Lorenzo Chamace, ex militar del ejército de Cuba, es fusilado en la fortaleza de La Cabaña. 

1960

Las guerrillas comandadas por Evelio Duque que operaban en el Escambray reciben por vía marítima un cargamento de armas que de inmediato es distribuído entre todas las fuerzas que operaban en la zona.

[Fuente: Pedro Corzo. Cronología de la lucha contra el totalitarísmo. Página 48

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Una avioneta no identificada vuela sobre el central Niágara, en Consolación del Norte, provincia de Pinar del Río, dejando caer dos bombas. 

1961

Esteban Valiente del Pino es asesinado durante los interrogatorios en la sede de la seguridad del estado en Pinar del Río.

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Una fuerza del régimen de unos ocho mil milicianos rodean en las lomas de Soroa , provincia de Pinar del Río a la guerrilla de 21 hombres.  comandada por el capitán Luis Batista. Durante varias horas combatieron heroicamente rompiendo varios cercos pero en la tarde se ven obligados a rendirse al acabárseles las municiones. Dora Delgado “La Japonesa” formó parte de esa guerrilla, en esta ocasión logró escapar pero fue apresada mas tarde y condenada a prisión. 

1962

Baudilio Milián es fusilado en el Central "Ciro Redondo", Camagüey. (Algunas fuentes dicen fue en 1967).

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Una lancha comando de Alpha 66 ataca una lancha patrullera del régimen que se encontraba a la altura de Cayo Blanco, cerca de la ciudad de Cárdenas.

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Una lancha procedente del exterior ataca instalaciones del gobierno cerca de la ciudad de Nueva Gerona, Isla de Pinos.

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Catalino Armenteros, José Badías y Ramón Menéndez son fusilados en Trinidad. LV. Estaban alzados en las guerrillas que operaban en El Escambray.

1963

Luis Argüelles muere en combate contra las milicias comunistas en Palma Soriano, Oriente. 

1969

 Indalecio Ramírez es fusilado en Santa Clara. 

1996

La labor desarrollada dentro de la isla por los periodístas independientes a pesar del constante acoso de las autoridades, determina que la Sociedad Interamericana de Prensa les conceda un premio. 

2018

 El preso político cubano Tomás Núñez Madariaga miembro de la UNPACU, después de 62 días en Huelga de Hambre asistida exigiendo ser liberado, fue excarcelado en vísperas del lanzamiento por parte de Estados Unidos en el Consejo Económico y Social de la ONU de la campaña "Jailed for What" en denuncia del Presidio Político cubano y demandando el cese de las condenas y condenados por delitos políticos.

Tomás Nuñez Madariaga.jpg
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NOTA DE DOLOR.

 Acaba de informarme nuestro hermano de lucha y presidio Neil Núñez que en  la ciudad de Miami en la mañana del día 14 falleció nuestro hermano del Presidio Político Cubano Nelson García Moreno. Nelson fue condenado a 5 años de prisión política en la causa número 257/63 en los tribunales de Santiago de Cuba por luchar contra la dictadura castrista en busca de la libertad de la patria. Descansa en Paz hermano. Llegue a sus familiares y amigos nuestros ma sentido pésame.

 Sus restos serán expuestos en la Funeraria Nacional Auxiliadora, 6871 de la 40 calle SW el jueves 17 de 8 a 12 PM.

En Paz Descanse

Nelson García Moreno.jpg

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La pesadilla de 3 años en las cárceles de Cuba que vivió un periodista condenado por "propaganda enemiga"

Autor            Atahualpa Amerise

Título del autor,BBC News Mundo       26 junio 2024

Setecientas octavillas de papel vuelan desde un balcón en un concurrido cruce del popular barrio de Centro Habana.

Son las 11 de la mañana del lunes 14 de junio de 2021.

Muchos transeúntes circulan indiferentes y otros recogen los panfletos para leer su contenido.

"El pueblo exige elecciones libres”, “Libertad para los presos políticos”, "Pensar diferente no es delito”, “Abajo el comunismo” o “Llegó la hora” son algunos de los lemas impresos junto con citas de los próceres cubanos José Martí y Antonio Maceo.

Menos de 24 horas después arrestan al periodista y disidente Lázaro Yuri Valle Roca, que había coorganizado y filmado este acto de protesta.

Es el inicio de su paso de tres años por prisiones cubanas que califica como un "infierno".

Lanzamiento de octavillas en La HabanaFuente de la imagen,Delibera

Valle Roca recibió la libertad a cambio de exiliarse a Estados Unidos, donde llegó a principios de junio junto a su esposa, la también activista Eralidis Frómeta.

Desde la casa de un familiar en Filadelfia, donde se han instalado provisionalmente, relata en diálogo con BBC Mundo las precarias condiciones de las cárceles, el trato degradante y las agresiones sufridas.

BBC contactó por teléfono y email a representantes del gobierno cubano para obtener su postura sobre los supuestos abusos en el sistema penitenciario y el caso específico de Valle Roca, pero no obtuvo respuesta.

La Habana, en todo caso, siempre ha negado que en sus prisiones se cometan violaciones de derechos humanos.

El calabozo

Valle Roca, de 63 años, es un conocido activista con una larga trayectoria de oposición al sistema comunista vigente en Cuba desde la Revolución de 1959 que llevó a Fidel Castro al poder.

Como periodista colaboró con varios medios, entre ellos el opositor Radio y TV Martí con sede en Miami, y junto a su esposa fundó en 2018 “Delibera”, una pequeña plataforma con contenidos contra el gobierno cubano y pro democracia.

Pese a sus críticas por casi tres décadas al régimen, hasta 2021 el tiempo más largo que había pasado encerrado, afirma, fueron 15 días en un calabozo de la policía en La Habana.

Pero en junio de ese año decidió pasar de las palabras a la acción: “Ya nosotros habíamos preparado las octavillas. Yo me encargaba de filmar lo que se hacía mientras que mi compañero iba lanzando los papeles”, recuerda.

Delibera publicó la grabación del lanzamiento de panfletos en un video de Youtube.

Al día siguiente arrestaron a Valle Roca y lo llevaron al cuartel de Villa Marista, sede del aparato de Seguridad del Estado (contrainteligencia) del Ministerio del Interior, donde, según su relato, le dieron una paliza y lo recluyeron en un calabozo.

Allí pasó los primeros 50 días de su encierro "sin medicamentos y comiendo mal, ya que los policías incautaban todos los alimentos que me traía mi esposa", asegura.

Desde su celda se enteró de las casi inéditas protestas del 11 de julio de 2021 -las mayores en seis décadas en Cuba- "por lo que hablaban mis carceleros, que estaban muy nerviosos y comentaban lo que estaba pasando".

“Saber que el pueblo había salido a la calle me dio fuerza, sentí que tenía que estar vivo, que no podía morirme”, relata.

Tras 50 días en Villa Marista lo trasladaron a la cárcel de máxima seguridad del Combinado del Este, en la periferia oriental de La Habana, y le comunicaron los cargos que se le imputaban: “propaganda enemiga” y “resistencia”, este último por supuestamente oponerse al arresto, algo que él niega.

La cárcel

El Combinado del Este, que alberga a parte de los reclusos encarcelados por motivos políticos, es una de las prisiones más temidas de Cuba.

Ocupó el primer lugar en la lista de reportes de violaciones de derechos en centros penitenciarios compilada este mes por el Centro de Documentación de Prisiones Cubanas.

La ONG denunció la “crítica situación sanitaria, falta de medicamentos y pésima atención médica” de esta y otras cárceles de la isla, así como el hambre y el hostigamiento que sufren los reos.

Testimonios recientes apuntan a que la grave crisis económica que sufre Cuba -con una acuciante escasez de alimentos y medicinas- estaría reduciendo las raciones que se suministran a la población reclusa al mínimo imprescindible para sobrevivir.

Exterior de la prisión de máxima seguridad Combinado del EsteFuente de la imagen,Getty Images

“Esto es la ración de arroz que te dan en el Combinado del Este, junto a una especie de picadillo que es todo agua y huele mal. En el arroz te puedes encontrar desde insectos hasta partes de ratones o lagartijas”, afirma.

El disidente explica que le daban de comer raciones ínfimas dos veces al día, además de un vaso de jugo en el desayuno.

Lázaro Yuri Valle Roca se ve hoy más delgado y demacrado en comparación con las fotografías previas a su etapa en la cárcel, en la que pasó de pesar unos 80 kilos a solo 53, según afirma.

“No tenía asistencia médica de ningún tipo. Yo tenía mi tratamiento para la hipertensión pero no me lo suministraban, ni siquiera me daban aspirinas”, lamenta.

Asegura que, además de la hipertensión, en la cárcel contrajo esclerosis en la aorta, neumonía crónica y un quiste en la vesícula, así como una desviación en el tabique por la golpiza de un guardia.

“Nos trataba de forma degradante. Un día le contesté y me fue para arriba a darme golpes”, asevera.

El juicio

Tras un año entre rejas, en junio de 2022 se celebró el juicio a Valle Roca en un tribunal de La Habana, donde los fiscales pedían para él 6 años de prisión.

“Todo fue irregular. Hubo diplomáticos y prensa que quisieron ir y no se lo permitieron. Yo había puesto testigos y no los citaron”, asegura el periodista.

Instituciones y organizaciones internacionales han puesto en duda en varias ocasiones la legitimidad de los procesos judiciales en Cuba.

La ONU emitió recientemente una carta a partir de un informe de la ONG Prisoners Defenders en la que denuncia, entre otras irregularidades, la privación de libertad sin tutela judicial, la inexistencia de abogados independientes, la subordinación de la justicia al poder político y el uso indebido de tribunales militares y procesos sumarios.

Esto condiciona todas las causas penales en el país y, más específicamente, el destino de los reclusos sentenciados por actos de disidencia, la mayoría de ellos detenidos a raíz de las históricas protestas del 11 de julio de 2021.

A aquellas manifestaciones siguió una campaña de citaciones policiales, arrestos, juicios y encarcelamientos a ciudadanos críticos con el gobierno que dura hasta hoy, según denuncian organizaciones.

Prisoners Defenders contabilizó en mayo más de 1.100 presos políticos en las cárceles de la isla, entre ellos decenas de menores, cumpliendo condenas bajo duras condiciones por delitos como “sedición”, “desacato”, “propaganda enemiga” o “sabotaje”.

El gobierno cubano niega que existan irregularidades y asegura que su sistema judicial es limpio e imparcial.

En julio de 2022, Lázaro Yuri Valle Roca recibió su sentencia: 5 años de cárcel, de los que ya había completado uno.

El exilio

Cumplidos casi tres de sus cinco años de su condena, la Embajada de Estados Unidos en La Habana le concedió un visado humanitario y las autoridades cubanas aceptaron liberarlo a cambio de que abandonara el país.

“Desde que lo apresaron a mí me decían que, si él aceptaba salir de Cuba, no llegaría a ser enjuiciado. Tanto él como yo nos negamos a salir y él eligió que lo enjuiciaran. Pero tres años después, su salud llegó al límite y la mejor opción fue salvar la vida de Lázaro y aceptar la propuesta”, explica a BBC Mundo su esposa, Eralidis Frómeta.

El pasado 6 de junio la pareja llegó al aeropuerto de Miami, y poco después se dirigieron a Filadelfia.

Aunque se encuentran a salvo en el exilio, les preocupan las posibles represalias contra su familia en la isla.

“Sabemos a lo que está expuesta nuestra familia, porque una de las cosas que nos dijo la policía es que nos acordáramos que dejábamos a mi hija y a los nietos atrás, que viéramos qué íbamos a hacer acá en Estados Unidos”, afirma Frómeta.

Preguntado por su nuevo proyecto de vida en el país norteamericano, Lázaro Yuri Valle Roca responde que por ahora necesitará someterse a tratamiento médico y psicológico para curar las secuelas de sus tres años en prisión.

Más adelante, no descarta retomar su lucha política.

“A ver cómo hacemos, porque de todas formas yo voy a seguir peleando, tendré algo en mente. Buscaré algo para yo poder hacer para contribuir a acabar con la dictadura esa", proclama.

Lázaro Yuri Valle Roca en una detención anterior, en 2015..webp

LA IGLESIA ANTE EL RETO CASTRO-COMUNISTA

LA IGLESIA ANTE EL RETO CASTRO-COMUNISTA

por Néstor Carbonell Cortina

Nota: Artículo basado en la conferencia que pronuncié en Nueva York, en julio  del año 2000 bajo el título “Reflexiones sobre la Iglesia en Cuba”, a petición y en  presencia de los Monseñores Eduardo Boza Masvidal, Agustín Román, Octavio Cisneros  y otros dignatarios de la Iglesia en el exilio.

En julio del año 2000 distinguidos prelados cubanos en el destierro me invitaron a dar una conferencia sobre la trayectoria de la Iglesia Católica en Cuba tras la caída de la  República. Me pidieron que analizara objetivamente el impacto y consecuencias de decisiones relevantes de la Iglesia y el Vaticano bajo el régimen comunista de Castro, que  ofreciera un contexto histórico, y que procurara extraer enseñanzas edificantes para el  futuro del traumático proceso que hemos vivido. 

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www.cubastrategicstudies.com

lunes, 14 de octubre de 2024

Cuba socialista se derrumba en pedazos

Mira socialista. ¿Has pensado que eso que ves en la foto pudiera sucederle a la casa donde vives? Ese derrumbe fue en Unión de Reyes, Matanzas. Por suerte nadie resultó herido. Sería bueno que intentaras - si te lo permiten- dar una vuelta por donde viven los barrigones y ver si alguna de sus mansiones se ha derrumbado.





HIJO DE FIDEL CASTRO RELACIONADO CON ACTIVIDADES ILEGALES

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Un día como hoy, octubre 14, en nuestra lucha contra el castrismo.

Un día como hoy, octubre 14, en nuestra lucha contra el castrismo.

Dedicado a aquellos que dicen que en Cuba no se combatió el comunismo.

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PROHIBIDO OLVIDAR.

1959

Una avioneta con sus luces apagadas voló sobre San Gabriel, en Guanajay dejando caer propaganda antigubernamental. Las fuerzas del ejército rebelde Ie abrieron fuego y un avión B-26 despegó para tratar de darle alcance. La persecución fue inútil.

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Detenidos en el Mariel, provincia de Pinar del Rio, por conspirar contra el gobierno: Isidoro López, Alberto Estévez, Eugenio Cruz, Venancio Muñioz, José del Amo, Vicente Real y otros. Todos eran vecinos del municipio de Marianao. 

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Pedro Bravo Arias y Raúl Oquendo son fusilados en Santa Clara, Las Villas. Ambos eran exmilitares del régimen de Fulgencio Batista.

1960

El opositor Roberto Malverti es asesinado en el G2 de La Habana. 

1963

Carlos Zuco, alzado en armas en la Sierra del Escambray contra el régimen comunista es fusilado en Condado, LV. 

1964

El guerrillero Rolando Suárez es fusilado en la provincia de Las Villas.

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Un avión espía de los EU fotografía la construcción de rampas de lanzamiento de cohetes tipo intemedio R-12 capaces de llevar cargas atómicas, que amenazaban directamente al territorio de los EU.

1967 

Santiago Maldonado es fusilado en La Cabaña.

1974

Andrés Ruíz Cristo es fusilado en La Cabaña. 

2011

Muere en el hospital "Calixto García de La Habana la portavoz de Las Damas de Blanco, Laura Pollán Toledo. 

La líder del reconocido movimiento de oposición Damas de Blanco, murió de una enfermedad repentina e inexplicable. Disfrutaba de buena salud y se mantenía activa a pesar de padecer de una diabetes controlada. Se enfermó repentinamente con escalofríos, vómitos, dolor en las articulaciones y fiebre veinte días después de haber sido mordida, pellizcada y arañada por una turba dirigida por el gobierno. Numerosas pruebas médicas no lograron diagnosticar la causa y su condición empeoraba. Fue hospitalizada bajo el control de la Seguridad del Estado, muriendo una semana después. Los agentes de la Seguridad del Estado se rieron en voz alta frente a la familia al anunciarse su muerte. El cadáver fue cremado casi de inmediato y el certificado de defunción reportaba condiciones no mortales como causa de muerte. Se sospecha que Laura fue envenenada o inoculada con un agente biológico. En 2009, viajaba en un automóvil en una carretera cerca de La Habana cuando se le estrelló otro vehículo, obligándolo a salir de la carretera, que se alejó a toda velocidad. 

[Fuente: Numerous telephone interviews with Berta Soler, founding member and now spokeswoman of the Ladies in White who was with Pollán during her illness and last hospital visits before her death, October 2010. Telephone testimony of Yolanda Huerga, former Lady in White and International Spokesperson, exiled in Miami, October 2010. / Archivo Cuba]

Laura Pollán.jpg
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La historia absuelve al primer presidente de Cuba

Patria de Martí Artículos y Ensayos

Enlace directo: https://patriademarti.com/pwa.html

Havana Times                   Publicado: 12 octubre 2024

La historia absuelve al primer presidente de CubaLa historia absuelve al primer presidente de Cuba

Por Roland Armando Alum*

HAVANA TIMES – Este 10 de octubre de 2024, los cubanos de todas partes conmemoran el 156º aniversario del inicio de lo que se conoce en la historia cubana como la “Guerra de los Diez Años”. Este ensayo se inspira en el excelente libro de Margarita García: ANTES DE CUBA LIBRE–LA CREACIÓN DEL PRIMER PRESIDENTE DE CUBA: TOMÁS ESTRADA PALMA (Outskirts Press, 1916; también en español por Editorial Betania).

García, una profesora de psicología cubanoamericana radicada en Nueva Jersey que se convirtió en historiadora, refuta los intentos de distorsionar el legado del primer presidente electo de Cuba, Tomás Estrada Palma (en la tradición española, Estrada era su apellido paterno y Palma el materno).

Es habitual en los estados-nación modernos honrar la memoria de sus primeros presidentes (por ejemplo, George Washington en EE. UU.); pero Cuba socialista es una notable excepción. Como hacen todas las dictaduras, el gobierno de los hermanos Castro ha intentado reescribir la historia, despreciando a sus predecesores para justificar su autocracia, pero Estrada Palma [TEP de aquí en adelante] ha sido un objetivo particular.

TEP renunció a su estilo de vida “burgués”, uniéndose a los insurrectos independentistas poco después de la rebelión de octubre de 1868 en su ciudad natal, Bayamo, ascendiendo finalmente a la presidencia de la República en Armas (1876-1877). Sin embargo, fue capturado y encarcelado en España; aunque fue liberado tras el armisticio de 1878, no se le permitió regresar a Cuba. 

Luego se trasladó a Honduras, invitado por su primo, el poeta Joaquín Palma (autor de la letra del himno nacional guatemalteco), quien se había convertido en asistente del presidente reformista-liberal hondureño Marco Soto. TEP se destacó en la organización del servicio postal hondureño, el sistema de hospitales públicos y la escuela de formación docente, mientras se casaba con

Genoveva Guardiola, hija de un expresidente hondureño (en 1902 se convirtió en la primera Primera Dama de Cuba).

Cuando el gobierno de Soto colapsó en 1883 bajo la presión militar, TEP se trasladó al Valle Central, una pequeña aldea a unos 50 km al norte de Nueva York, donde dirigió una célebre escuela privada bilingüe y multirracial.

Para 1892, los independentistas exiliados estaban unidos bajo el carismático liderazgo de José Martí, quien en abril de 1895 navegó clandestinamente a Cuba para unirse a los guerrilleros (“mambises”) que habían tomado las armas en febrero de ese año. Tras la muerte de Martí en combate en mayo de 1895, TEP le sucedió al frente del Partido Revolucionario Cubano, que se había fundado en Nueva York para la independencia de Cuba y Puerto Rico.

Después de la explosión del acorazado Maine en La Habana, EE.UU. intervino militarmente en abril de 1898. Las tropas estadounidenses encontraron un país devastado por la guerra, asolado por el hambre y epidemias, exacerbadas por la notoria crueldad de las tropas españolas. En el léxico marxista actual, los soldados coloniales que reprimían a los cubanos eran en su mayoría “lumpen-proletarios” españoles, un grupo que incluía al propio padre de los Castro.

La (primera) ocupación estadounidense saneó la isla, construyeron hospitales, acueductos, carreteras y puentes, crearon un sistema educativo público y convocaron elecciones para diciembre de 1901. A regañadientes, TEP accedió a postularse para la presidencia. Oponiéndose a él estaba el veterano general Bartolomé Masó, quien se retiró en el último minuto alegando una conspiración electoral en su contra, presumiblemente respaldada por los estadounidenses. Pero en mi propia investigación, aprendí que, curiosamente, Masó había estado en la nómina del Gobierno de Intervención en su ciudad natal de Manzanillo.

De hecho, TEP fue elegido en ausencia mientras todavía estaba en el Valle Central y realizó un viaje tortuoso hacia la patria que no había visto en un cuarto de siglo. Curiosamente, Masó hospedó al presidente electo cuando TEP pasó por Manzanillo en su camino hacia su inauguración en La Habana, que tuvo lugar el martes 20 de mayo de 1902. Fue un gesto caballeroso, todo lo contrario del divisivo y odioso modus operandi de los Castro. Dado el temprano historial de militarismo de las repúblicas latinoamericanas y la propia experiencia de TEP con el ejército hondureño, el abrazo TEP-Masó simbolizaba un exitoso y esperanzador triunfo para el gobierno civil en la naciente república antillana.

Sin embargo, es cierto que durante la era republicana de Cuba (1902-58) los militares interfirieron repetidamente en la política. De hecho, un objetivo clave de la rebelión política inspirada por los liberales en la década de 1950 contra el general afro-cubano Fulgencio Batista (y no lo llamen “revolución”) fue finalmente devolver a las tropas a los cuarteles. Irónicamente, bajo los hermanos Castro, Cuba ha sido en gran parte gobernada por “generales” autoproclamados, que ahora en su vejez todavía cantan lemas marxistas-leninistas pasados de moda.

Asimismo, durante los últimos 65 años, la familia Castro —una dinastía de facto no elegida— ha acusado persistentemente a TEP de convertir a Cuba en un “estado vasallo yanqui”. Poco después de 1959, las turbas de estilo fascista patrocinadas por el gobierno vandalizaron un monumento en La Habana erigido en honor a TEP. Paradójicamente, los Castro convirtieron a Cuba en un estado vasallo subordinado al distante y fallido Bloque Comunista Soviético.

Entre los logros de TEP están; él: 1) lanzó la primera campaña nacional de alfabetización (y sin objetivos de adoctrinamiento partidista); 2) limitó el número de bases navales estadounidenses de las siete solicitadas por la incipiente república a una: Guantánamo; y 3) logró que EE. UU. reconociera la soberanía de Cuba sobre la adyacente Isla de Pinos, que muchos en EE. UU. codiciaban.

Desafortunadamente, TEP violó su propia promesa de no buscar un segundo mandato. Este fue su final downfall, que precipitó una agitación que desencadenó la segunda intervención de EE. UU. (1906-1909) bajo la invocación de la polémica Enmienda Platt (más tarde abrogada a través de negociaciones diplomáticas).

Sin embargo, en contraste con la Cuba socialista, se respetaba la libertad de expresión y la economía comenzó a mejorar después de casi 30 años de guerra. No había culto a la personalidad; no había odio oficial contra los cubanos disidentes o países extranjeros; no había pelotones de fusilamiento ni campos de concentración para supuestos opositores; no había política oficial homofóbica; y no hubo emigración masiva; al contrario, miles de inmigrantes llegaron para ayudar en los esfuerzos de reconstrucción nacional.

Los hechos históricos del legado de TEP, que la máquina de propaganda de la tiranía cubana y sus fervientes apologistas extranjeros en círculos intelectuales (pero que viven cómodamente en el extranjero) han menospreciado, me recuerdan la máxima de Orwell: “quien controla el presente… controla el pasado”. Pero nos debemos a nosotros mismos desmentir todo tipo de discurso falso y propagandístico de dictaduras en relación con figuras históricas patrióticas. Al final, en términos generales, la historia está absolviendo a Tomás Estrada Palma, pero no a los Castro, que convirtieron a Cuba en un triste y colosal estado fallido.

 

*Autor: ROLAND ARMANDO ALUM es investigador externo asociado senior en Antropología Sociocultural (Etnología) con el Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Pittsburgh y vicepresidente del Comité de Psicoanalistas Certificados del Estado de Nueva Jersey.

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CANDELA en CUBA⭕Díaz CANEL SE MANDÓ con TODO contra los MILITARES🔴¿Qué v...

Relatos Encantados

domingo, 13 de octubre de 2024

Un día como hoy, octubre 13, en nuestra lucha contra el castrismo.

Un día como hoy, octubre 13, en nuestra lucha contra el castrismo.

Dedicado a aquellos que dicen que en Cuba no se combatió el comunismo.

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PROHIBIDO OLVIDAR.

1960

Entre el 12 y 13 de octubre son fusilados diez expedicionarios: Alan Dale Thompson, Robert Otis Fuller, Anthony Zarba, Arturo Álvarez Fernández, Andrés Capote Medina, Desiderio Fontela Ruíz, Adolfo Reyes de la Cruz, Luís Felipe Rivero Pérez,  Fulgencio Rodríguez Paladón y y Nelson Trujillo Correa  integrantes de un grupo de 23 exilados cubanos y tres ciudadanos estadounidenses que desembarcaron el 4 de octubre por la ensenada de Navas, Oriente dirigidos por Armentino "el indio" Feria (muerto en combate el 6 de Octubre, 1960) con el fin de luchar  contra  el régimen comunista cubano. Capturados, diez son fusilados en el campo de Tiro de San Juan en Santiago de Cuba, Oriente, los restantes condenados a 30 años de prisión política. 

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Imeldo Recaño Aguilar y Ricardo Ríos Olivera son ejecutados por un pelotón de fusilamiento en La Campana, Las Villas.

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El régimen cubano emite el Decreto 890 por el cual se confiscan sin compensación las propiedades a compañías estadounidenses que operan en la isla así como a cubanos propietarios de grandes empresas, el proceso fue denominado con la "ley del robo". 

1962

 El opositor Manuel Frontela es asesinado en Ciego de Ávila, provincia de Camagüey.

1964

Juan Palacios Barroso y José Barrios son fusilados en Los Palacios, Pinar del Río. 

1965

Ramón Rivero es asesinado en el G-2 de La Habana.

*****

Un comando coloca un artefacto explosivo sobre la línea de flotación del barco español Satrústegui, anclado en el puerto de San Juan, Puerto Rico. 

1979

El preso político Eugenio Julián Jam Sao muere sin asistencia médica estando en libertad condicional por motivos de salud. Fue acusado de pertenecer a organizaciones contrarevolucionarias y organizar la oposición entre la comunidad china en Cuba. La petición fiscal fue de pena de muerte, pero finalmente lo condenaron a 30 años de prisión. La causa fue la 408/62 de los tribunales castristas de La Habana.

 [Fuente: Written testimony of niece, July 9, 2011, followed by telephone testimony 8/10/2011. / Archivo Cuba]

2013

 Fallece en Caracas el expreso político cubano Dr. Joaquín Meso Llada 'Biquín" una de las figuras más emblemáticas y solidarias del exilio cubano en Venezuela.


CHANTAJE Y REPRESION, DOS ARMAS FAVORITAS DE LA DICTADURA CASTRISTA

Tomado de la página de FB de Angel Bueno Montero.

La dictadura castrista, desde su mismo nacimiento se ha caracterizado por el uso de los incautos para cometer sus crímenes. 

En los primeros días del triunfo de la revolución se asesinaron MILES de cubanos en el paredón de fusilamiento, la mayoría sin haber tenido la oportunidad de tener un juicio justo donde pudiesen demostrar su inocencia o haber sido hallado culpable. 

Para este trabajo sucio, usaron a los “nuevos soldados de la revolución”, en su mayoría cegados por la euforia del triunfo y obediente a las órdenes de la cúpula que los manejaba a su antojo.

 Muchos de los que tiraron del gatillo en aquel momento no tenían la menor idea de quienes eran aquellos a quienes ellos les estaban arrancando las vidas ni la verdadera razón del porque eran asesinados. No quiero decir que todos los reos eran inocentes, muchos de ellos habían cometido crímenes atroces, merecedores de ser castigados, pero con el pleno derecho de haber sido enjuiciados, (no por los improvisados “tribunales revolucionarios” donde por supuesto, la imparcialidad no existía), sino, por verdaderos jueces y abogados que ejercieran las leyes constitucionales, en vez del odio vengativo acumulado en la mente de un resentido e inmoral y su pandilla de traidores.

Muchos verdaderos revolucionarios se negaron a participar en este tipo de crímenes y defraudados al ver el camino torcido que había tomado la causa por la que habían luchado, abandonaron las filas del ejército rebelde para no convertirse en asesinos en vez de libertadores. 

En la conciencia de todos y cada uno de aquellos que pertenecieron a los famosos “pelotones de fusilamiento”, estaban marcadas sus culpas y la misma dictadura se lo recordaba y señalaba en forma de chantaje para seguirlos usando en sus crímenes y fechorías; es decir ya “estaban sucios”. 

Miles fueron enviados a otras tierras a seguir ensangrentándose las manos en guerras y paises para ellos desconocidos, desde donde muchos nunca regresaron a su patria, solo para complacer el ego de los hermanos Castro. Las historias de las atrocidades cometidas en países como Angola Etiopía y otros, parecen sacada de un libro de ficción. 

Esa misma práctica las han usado a través de los años hasta el día de hoy, cuando usan a jóvenes reclutas a quienes obligan, so pena de ser encarcelados, a golpear inocentes manifestantes que pacíficamente salen a las calles a reclamar sus derechos. En cada grupo de 10 recluta, por lo menos 3 son oficiales de la seguridad quienes les presionan e instigan a cada momento para que hagan el trabajo sucio a que son enviados.

No siempre todos son culpables, muchos son tan victimas como los mismos que ellos reprimen. Tambien son víctimas quienes la dictadura tiene que mancharles las manos para seguir usándolos. El miedo que sienten estos reclutas a sus superiores, les llevan a convertirse en feroces esbirros que golpean y asesinan al pueblo indefenso sin piedad ni miramientos.

Andrés Capote Medina 284-60 Ote 30 Desemb Navas (2).jpgFulgencio Rodríguez Paladón 284-60 Ote. 30 Desemb Navas. (3).jpgNelson Trujillo Conesa 284-60 Ote (2)-517Ppyes.jpgRobert Otis Fuller. Desembarco de Navas. Fusilado.jpg

QUE VEO EN JENIFFER QUE NO VEO EN DALMAO

Carlos Rivera con su canción Grito de Guerra del álbum Guerra en Festiva...




Lo voy a compartir, tremendo, falto la bandera cubana, bandera que representa más de 65 años abatido por el comunismo… E.E.R.C.

VAN A IR POR TI Y SERÁS OBLIGADO HACERLO: las NUEVAS LEYES para los JÓVE...

sábado, 12 de octubre de 2024

LA IGLESIA ANTE EL RETO CASTRO-COMUNISTA

LA IGLESIA ANTE EL RETO CASTRO-COMUNISTA
Por Néstor Carbonell Cortina
 
Nota:  Artículo basado en la conferencia que pronuncié en Nueva York, en julio del año 2000 bajo el título “Reflexiones sobre la Iglesia en Cuba”, a petición y en presencia de los Monseñores Eduardo Boza Masvidal, Agustín Román, Octavio Cisneros y otros dignatarios de la Iglesia en el exilio.
En julio del año 2000 distinguidos prelados cubanos en el destierro me invitaron a dar una conferencia sobre la trayectoria de la Iglesia Católica en Cuba tras la caída de la República.  Me pidieron que analizara objetivamente el impacto y consecuencias de decisiones relevantes de la Iglesia y el Vaticano bajo el régimen comunista de Castro, que ofreciera un contexto histórico, y que procurara extraer enseñanzas edificantes para el futuro del traumático proceso que hemos vivido.
Acepté la delicada y honrosa encomienda, anticipándoles que mi exposición no sería una insípida conferencia académica con ínfulas eclesiales. Hablaría respetuosamente, pero sin subterfugios, con la perspectiva laica de un católico que aboga por Cuba y su libertad; de un católico que desea fervientemente que nuestra Iglesia salga de toda esta lucha más fuerte y prestigiosa que como lamentablemente emergió de nuestras guerras emancipadoras. No hubo necesidad de mayor explicación. Los distinguidos prelados sabían cuál era mi posición, y aplaudieron cuando al comienzo de la conferencia la definí en estos términos:
“Para que la Iglesia alcance en Cuba la excelsitud de su grandeza no debe, a mi juicio, comprometer su autonomía y dignidad sometiéndose a un régimen tiránico que la margina y desdeña. Este régimen, clavado en la ignominia, será visto como un aborto monstruoso de nuestra historia, y la Iglesia podrá resurgir con plena autoridad moral y nuevos bríos, si en el proceso se mantiene firme al lado de la verdad y no de quienes la falsifican; al lado de la libertad y no de quienes la conculcan; al lado del pueblo cubano y no de quienes lo oprimen”.
A continuación, les ofrezco un artículo actualizado y basado en mi conferencia.
EL EJEMPLO DE VARELA
Sería inconcebible analizar la posición de la Iglesia en estos tiempos angustiosos y convulsos, sin evocar primero el ejemplo inmarcesible de valentía, abnegación y grandeza de nuestro inolvidable Padre Félix Varela.  Frente al silencio cómplice en la era colonial, el ínclito presbítero se irguió diciendo: “Debo a mi patria la manifestación de estas verdades, y acaso no es el menor sacrificio que puedo hacer por ella el hablar cuando todos callan, unos por temor y otros porque creen que el silencio puede, si no curar los males, por lo menos disminuirlos…”.
En defensa de los derechos naturales, aplastados por gobiernos absolutistas sin escrúpulos, Varela aseveró: “Tenemos derecho por naturaleza, y lo exige el orden eterno de la justicia…; sí, tenemos derecho para mejorar nuestro estado físico, político y moral; queremos que nuestro país sea todo lo que pueda ser, y no lo que quieren que sea unos amos tiránicos que no pueden conservarlo sino mientras puedan oprimirlo…”.
Y al condenar a los que apoyaban la tiranía, Varela empleó los más duros calificativos: “Traidores son a la patria, traidores a la humanidad, traidores a las luchas, traidores a su misma conciencia los auxiliares de los déspotas y opresores de los pueblos”.  
LA MORAL CRISTIANA EN LA CONSTITUYENTE DE 1940
Antes de adentrarnos en los retos del presente y los que nos depara el futuro, interesa repasar someramente las relaciones Estado-Iglesia en Cuba, partiendo de las bases establecidas en la Constitución de 1940.  Esta Carta Magna de la República no ha sido abrogada por el pueblo sino suplantada por los que usurpan el poder.   En el seno de la Convención Constituyente de 1940, en donde estuvieron representados todos los partidos y sectores del país, se suscitaron debates memorables en torno a las tradiciones cristianas de nuestro pueblo y a las relaciones entre la Iglesia y el Estado.  Sólo voy a citar algunos párrafos relevantes de unos de esos debates para que se vea qué es lo que desde entonces tenían en mente los líderes comunistas (los mismos que redactaron la Constitución de Castro de 1976), y cómo fueron derrotados en el foro democrático de la Constituyente del 40. 
El debate a que voy a referirme se originó al discutirse el artículo 35 de la Constitución, que dispone que la Iglesia estará separada del Estado, y declara que “es libre la profesión de todas las religiones, así como el ejercicio de todos los cultos, sin otra limitación que el respeto a la moral cristiana y al orden público”.  Los delegados del partido comunista presentaron una enmienda sustitutiva que eliminaba toda referencia a la moral cristiana y oficializaba el ateísmo al establecer que “ningún funcionario público ni sus representantes podrán, como tales, participar oficialmente en ceremonias religiosas”.
En su defensa, Blas Roca plantea lo siguiente sobre la moral cristiana: “[Si ponemos en la Constitución] una limitación de orden religioso –porque la cristiandad es una religión, […] – estamos impidiendo a los adeptos de otras religiones a profesar su culto, aun cuando […] se haga de acuerdo con la Constitución y las leyes de la República…”.
Aclara Jorge Mañach: “Yo creo que [el Sr. Roca le está] dando a la frase moral cristiana un contenido religioso, un sentido confesional y dogmático [que no tiene].  Lo que estamos tratando de establecer en la Constitución es la necesidad de que los cultos religiosos que en el país haya, sean normados por un sentido moral.   Pero la palabra moral es muy vaga, tiene un sentido muy alto.  Hay muchas morales.  Tenemos que elegir alguna, y la moral que elegimos es la moral tradicional cubana, la que informa nuestras costumbres.  Esa moral está representada por la figura de Jesucristo.  Y hasta aquellos autores que, como Renán, Strauss o Papini, han escrito los libros más negativos acerca de Cristo, como divinidad, no han podido menos que ponderar y situar en su lugar histórico la significación moral, la alta ejemplaridad moral de Cristo.  Ahí están los preceptos cristianos: ‘Amaos los unos a los otros’; ‘No hagas a otro lo que no quieras que te hagan a ti’.   Son normas de convivencia social que en todas partes pueden ser aceptadas…”.
Contraataca Salvador García Agüero diciendo que “han pasado veinte siglos… afirmándose que los infelices, los menesterosos, tendrán consolación infinita más allá de la vida terrena.  Se pretende [así] garantizar la sumisión del humilde [con] resignación cristiana, […] [y perpetuar] las prebendas de quienes predican esa doctrina… [para mantener] una ventaja.
José Manuel Cortina, al explicar su voto a favor de la moral cristiana, interpretó el sentir de la mayoría de los convencionales:
“[…] La moral de Cristo, separada de todo fanatismo religioso…, fue una ola de espiritualismo trascendente que impulsó toda la civilización europea, de la cual somos [nosotros] una representación”.
“La moral cristiana […] levanta el espíritu humano sobre la bestia, refrena los apetitos inferiores, impulsa la fraternidad, la piedad y el perdón, y constituye una defensa permanente contra los venenos que segrega el egoísmo humano…”.
“Por eso, al mantenerla nosotros en la Constitución como norma de las religiones que puedan convivir [aquí], ponemos un guardián de suprema aristocracia espiritual para que cuide las evoluciones de la conciencia moral cubana a través de los siglos.  La moral cristiana, en lo que tiene de fundamental para ennoblecer la conducta de los seres humanos, es inexpugnable a toda crítica.  La civilización contemporánea, que tiene aún tanta oscuridad, abismos y retrocesos, quedará herida de muerte el día que esos principios espirituales sean abandonados para siempre y caigamos en un materialismo infecundo, que hace de la vida una tragedia de apetitos rudamente materiales, extinguidos en la tumba”.
Los comunistas fueron derrotados en éste y otros debates de la Constituyente de 1940. Mas la derrota que allí sufrieron devino en victoria para ellos en 1959 con el advenimiento del régimen castro-comunista.  Contribuyó a esa desgracia para el pueblo de Cuba el desquiciamiento constitucional que produjo el golpe militar de Batista el 10 de marzo de 1952.
BATISTA Y LA MEDIACIÓN DE LA IGLESIA
En lo que respecta a las relaciones Estado-Iglesia durante el régimen de Batista, los derechos de la Iglesia, como tales, fueron respetados.  Pero considerando los desafueros de la dictadura y las pugnas sangrientas que desencadenaron, la Iglesia no podía mantenerse marginada diciendo “al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.”  El país se había convulsionado, y militantes católicos y sacerdotes, en número creciente, cooperaban con el movimiento insurreccional.
Ante esa crisis alarmante, el Episcopado decidió actuar como mediador a principios de 1958 y trató infructuosamente de romper el impasse que impedía una solución democrática y pacífica.  Podrá decirse que el fallido intento del Episcopado fue tibio y tardío, pero no puede negarse que la iniciativa fue noble y que el esfuerzo, aunque vano, fue sincero.
LA COMUNIZACIÓN DE CUBA
Una confluencia de factores produjo el desenlace de 1959: la fuga de Batista, precipitada por el ultimátum de Washington; la rendición incondicional de un ejército acéfalo y desmoralizado; la división y ceguera de múltiples organizaciones cívicas y partidos de oposición; la impresionabilidad de un pueblo proclive al mesianismo político y, sobre todo, la monumental estafa de un diabólico simulador ensalzado por los medios de publicidad nacionales y extranjeros. En particular, sobresalió la nefasta influencia internacional que ejerció Herbert Mathews del New York Times.
Castro inició su revolución con el apoyo entusiasta de gran parte del pueblo y de la Iglesia.  Uno de sus más altos prelados afirmó, con lenguaje hiperbólico: La Divina Providencia “ha escrito en el cielo de Cuba la palabra TRIUNFO”.  La Iglesia estimó que el programa revolucionario que comenzaba a implementarse seguía los lineamientos cristianos.  Los obispos reconocieron públicamente el derecho del gobierno a decretar la pena de muerte, pero hicieron un llamado a la clemencia. Consideraron que la reforma agraria se inspiraba en los principios de la justicia social cristiana, mas anotaron los posibles peligros de una “excesiva dependencia del Estado”.
En los primeros meses de la revolución, los representantes de la Iglesia creyeron, en su mayoría, que las extralimitaciones o abusos de poder eran el producto de la improvisación y no de un plan siniestro, y que el radicalismo que se manifestaba en los decretos revolucionarios no provenía de Castro, sino de algunos de sus cofrades comunistas.
Prominentes escritores y periodistas (no muchos al inicio del régimen), dieron la voz de alerta. Yo, por mi parte, muy joven y a otro nivel, escribí un trabajo titulado “Hacia Dónde Vamos”, que circuló clandestinamente en La Habana a mediados de 1959, y que fue citado por el Diario de la Marina sin mencionar mi nombre. Traté de demostrar que no estábamos frente a un gobierno revolucionario con meras infiltraciones o tendencias comunistas.  Sostuve que estábamos en presencia de un régimen de corte totalitario que aplicaba sistemáticamente las medidas recomendadas por Marx y Lenin para implantar el marxismo-leninismo:  concentración del poder político absoluto y rechazo del pluralismo;  negación del principio de legalidad para arrasar las instituciones y cercenar todo vínculo con el pasado;  lucha de clases para dividir a la población y vencer la resistencia;  anulación del derecho de propiedad privada so pretexto de eliminar el latifundio;  control progresivo de los medios de producción;  tiranía ideológica mediante el lavado cerebral de las masas, e intimidación y cierre posterior de los medios independientes de comunicación y los centros de enseñanza privada y religiosa.
En un entorno de histeria colectiva y terror difuso, se celebró el 28 de noviembre de 1959, en la Plaza Cívica de La Habana, el Primer Congreso Católico Nacional.  Los organizadores trataron de restarle matiz político al homenaje a la Virgen de la Caridad del Cobre, pero resultó imposible.  Cerca de un millón de personas de todas las capas sociales y regiones del país, ávidas de orientación y de fe, allí se congregaron para reafirmar sus tradiciones cristianas frente al avance comunista que ya se palpaba.  El grito a coro de ¡Caridad!  ¡Caridad! no fue más que un repudio masivo a la consigna revolucionaria de! ¡Paredón!  ¡Paredón!
Al día siguiente, en la Asamblea del Apostolado Seglar, el Obispo de Matanzas, Mons. Alberto Martín Villaverde, planteó la siguiente disyuntiva:
“Que escojan, pues, los pueblos: o el reino de Dios y ser hermanos en justicia y amor, o el reino del materialismo y unos contra otros en la ley del más fuerte. O con Dios en el amor, o contra Dios en el odio. No hay término medio…Hay que definirse totalmente”.
Así lo hizo la Iglesia a los pocos meses. No había otra alternativa digna. Para no ser molestada por el régimen, según la advertencia de Juan Marinello, la Iglesia tenía que “permanecer dentro de los templos adorando sus imágenes”.  La humillante postración intramuros implicaba no oír, no ver, no sentir lo que afuera acontecía. Esto era moralmente inaceptable.
LA INTERNACIONALIZACIÓN DE LA LUCHA Y BAHÍA DE COCHINOS
 Polarizado el país por la visita de Mikoyan, Vice Premier de la Unión Soviética a La Habana en febrero de 1960, la valiente protesta de estudiantes católicos y la clausura posterior de la prensa independiente, el gobierno acelera el proceso de comunización e intensifica los actos de hostigamiento contra la Iglesia.
Mons. Pérez Serantes denuncia en una pastoral que el enemigo no está en las puertas, porque en realidad está dentro. Y le sigue el Episcopado con su Circular Colectiva de 6 de agosto de 1960, en la que confirma el creciente avance del comunismo en Cuba y que sólo por el engaño o la coacción podría ser conducido a un régimen comunista.
La suerte estaba echada. Comienza la llegada a Cuba de armas y de técnicos del bloque soviético. Castro coloca su primer pedido de aviones Migs y acuerda un programa de entrenamiento para sus pilotos en Checoslovaquia.  Kruschef anuncia que protegería a Cuba con misiles en caso de ataque. Estados Unidos, por su parte, promueve la resistencia interna, que va cobrando fuerza, y organiza una brigada de asalto de cubanos anticomunistas en Guatemala.
Lo que ocurrió después, el 17 de abril de 1961, si no fue un crimen, fue una infamia. La Casa Blanca decidió, ante una nueva amenaza de Kruschev, no respaldar la operación de Bahía de Cochinos con la cobertura aérea prometida, condenándola de antemano al fracaso. Caen en la contienda más de un centenar de valerosos brigadistas, y 1200 fueron encarcelados por Castro. Los alzados en el Escambray son acorralados y exterminados. La resistencia interna, abandonada, se derrumba, y sus líderes, muchos de ellos católicos militantes, son fusilados. Con sus gritos de ¡Viva Cristo Rey! y ¡Viva Cuba Libre!, murieron abrasados a los dos símbolos de la Cuba eterna: la cruz y la bandera.
Castro, envalentonado por los acontecimientos, se quita la careta. Le restriega a los Yankees que está haciendo en sus narices una revolución socialista, y declara posteriormente que es, y será siempre, marxista-leninista. Sólo quedaba, para consolidar su poder omnímodo, neutralizar y purgar a la única organización independiente que, aunque debilitada, quedaba en pie con amplia representación nacional: la Iglesia Católica.
Incita el tirano a las turbas amaestradas para hostigar y agredir al clero y a los feligreses; fuerza el asilo del Cardenal Arteaga en la Embajada de la Argentina; provoca la violenta confrontación durante la procesión de la Caridad el 8 de septiembre de 1961, y ordena la expulsión de 131 sacerdotes en el “Covadonga”, encabezados por un ilustre prelado que honra a la Iglesia y a la Cuba democrática del destierro: Mons. Eduardo Boza Masvidal.
LA CRISIS DE LOS MISILES, LA IGLESIA DEL SILENCIO Y LA POLÍTICA DE ZACCHI
Muchos pensaron que el acuerdo Kennedy-Kruschef, que  le puso fin a la Crisis de los Misiles en 1962 sin desatar una guerra nuclear, había sido  una gran victoria para Occidente. Ese sueño o ilusión duró poco, al menos en Cuba.  Si bien Moscú tuvo que desmantelar y retirar los misiles ofensivos instalados en la isla, Kruschef recibió a cambio de Estados Unidos un protectorado en el Caribe con garantía norteamericana de no invasión, que sirvió de base para mantener sojuzgado al pueblo cubano y subvertir  impunemente a Latinoamérica, África y otras regiones.
La expansión galopante del imperialismo soviético en las décadas de los 60 y 70 le dio ímpetu y arraigo al mito de la inevitabilidad del triunfo comunista.  Washington y sus aliados trataron de aplacar a Moscú con una política de coexistencia pacífica, distensión y acomodo.  Y la Iglesia, sumergida por un tiempo en el silencio, aconsejó después del Concilio Vaticano II, insertarse en el contexto social de los pueblos en desarrollo, evitando la marginación y las divisiones dañinas.
A raíz de las conferencias episcopales latinoamericanas de Medellín y de Puebla, toman auge los abanderados de la llamada teología de la liberación, así como los partidarios de encontrar puntos de coincidencia con el marxismo.  En Cuba, Mons. César Zacchi, Encargado de Negocios de la Nunciatura Apostólica, auspicia y promueve el diálogo con el régimen, logrando varias concesiones: liberación de algunos presos; permisos para que entrara en el país un grupo limitado de sacerdotes, e importación de biblias.  Pero estas exiguas concesiones tuvieron un alto precio: la convergencia con el régimen, que a veces se tradujo en connivencia.
En una entrevista concedida al diario Excélsior de México y citada por el P. Ismael Testé en su libro Historia Eclesiástica de Cuba, Mons. Zacchi declara que por su situación diplomática él se había transformado “en una especie de voz de la Iglesia ante el gobierno”.  Después añade que, debido a “los gusanos que vivían en Cuba”, el clero tenía “una visión deformada de los procesos revolucionarios”.  Asimismo, Zacchi puntualiza que el Partido Comunista en Cuba y sus cuadros “desempeñan una función importante en las tareas concretas del campo social.  No veo inconveniente en que un católico adopte la teoría económica marxista, a los efectos prácticos de una conducta, como cuadro de una revolución”.   Y con respecto a Castro, afirma que “ideológicamente se ha declarado marxista-leninista; pero yo lo considero éticamente cristiano”.
Esta política de contemporización, por no llamarla de sumisión, que preconizó Zacchi no impidió que el régimen de Castro creara las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP) – verdaderos campos de concentración en los que rindieron jornadas de trabajo forzoso un número considerable de homosexuales, intelectuales disidentes, Testigos de Jehová, y destacados sacerdotes.
Tampoco el diálogo y la convergencia evitaron el éxodo conmovedor del Mariel y la intensificación de las actividades militares y subversivas del régimen de Castro, desde el Cuerno de África hasta la Cuenca del Caribe y Tierra del Fuego, al sur de Argentina.
Frente a esos estériles intentos de entendimiento con  Castro, que sólo lo envalentonaron, fue cobrando fuerza la disidencia en Cuba como movimiento pacífico, pero enérgico, de denuncia y protesta de la sociedad civil emergente. El objetivo común que galvanizó a los disidentes fue la defensa de los derechos humanos.
LA CONTRAOFENSIVA DE REAGAN Y DE JUAN PABLO II
Durante  la Guerra Fría, el apaciguamiento del comunismo cesa con la llegada a Washington en 1981 de Ronald Reagan.  Este presidente revive la fe de su país, desmoralizado tras la derrota en Vietnam, el escándalo de Nixon, y la ineptitud de Carter, e impulsa el rearme material y moral de Estados Unidos para hacerle frente a lo que él llamó “el imperio del mal”.
Convencido de la vulnerabilidad del sistema comunista, Reagan decide estimular las fuerzas latentes de cambio en los países satélites para que dieran al traste con la Cortina de Hierro.  A ese efecto, descarta la tradicional política de contención, que le dejaba la iniciativa a Moscú, y toma la ofensiva con una estrategia multidimensional para finiquitar sin guerra la funesta hegemonía soviética y viabilizar la liberación de los satélites. Esta estrategia consistió en presiones económicas y comerciales al bloque soviético, cese de ayuda tecnológica, guerra psicológica, carrera armamentista y subversión de los regímenes comunistas con apoyo técnico y financiero clandestino a los movimientos de resistencia cívica, comenzando con Solidaridad en Polonia.   Washington coordinó esta estrategia con la cruzada emprendida por Su Santidad Juan Pablo II. Varios historiadores estadounidenses ensalzaron esta histórica coalición, llamándola una nueva y democrática Santa Alianza (Holy Alliance).
Tras recibir su sagrada investidura en 1978, Juan Pablo II hace suya la consigna de Cristo “No tengáis miedo”, y se apresta a inspirar la lucha cívica, no bélica, contra el comunismo en Europa del Este.  No acepta, como inevitable, la perpetuación de la arbitraria división territorial acordada en Yalta, que cubrió de sombras a los países que cayeron en la zona de influencia de Moscú.  Los recios paladines no se resignan a los determinismos históricos; los soslayan o los vencen.
Consciente de que el totalitarismo es un sistema brutal de vasallaje y que la libertad es consustancial a la dignidad humana, el Santo Padre decide emprender su jornada liberadora.  Se concentra inicialmente en Polonia, su país de origen y el eslabón más vulnerable de la cadena soviética.  Estremece al país durante su peregrinaje en junio de 1979.  A los gobernantes les advierte en el Palacio Belvedere que la paz sólo puede edificarse sobre la base del respeto a los derechos humanos fundamentales, que incluye el derecho de la nación a ser libre y a crear su propia cultura.
CRUZADA EN POLONIA CONTRA EL CONFORMISMO
Sabía el Santo Padre que sin una fuerte y sostenida presión popular no se producirían los cambios necesarios.  Había, pues, que sacudir y vencer el conformismo reinante en el pueblo con la terapia de la verdad y el electroshock espiritual de la fe.
Los regímenes totalitarios, al controlarlo todo, crean en el pueblo un estado de dependencia absoluta. Este es el clima soporífero del conformismo, que es más nocivo que el miedo, porque el miedo es una reacción defensiva que paraliza temporalmente, pero no derrumba.  Mientras que el conformismo, que se traduce en inercia y profunda depresión, es la atonía del espíritu y el desplome de la voluntad.  Las tiranías totalitarias se sostienen mientras los pueblos cautivos se creen impotentes para rescatar su libertad, y caen cuando los pueblos despiertan de su letargo, se sobreponen a la apatía, y recobran la fe en su capacidad para regir su propio destino.
Inyección de fe fue la que el Santo Padre les impartió a sus compatriotas.  A los jóvenes en Dublín les dijo: “El mayor peligro […] es el hombre que no toma un riesgo y no acepta un reto; que no escucha sus más hondas convicciones, su verdad interior, sino que sólo desea acomodarse, flotar en el conformismo, moviéndose a la izquierda o a la derecha según sople el viento”.    Esa prédica vivificante, reafirmada y sostenida por el Episcopado  en Polonia, galvanizó el movimiento de Solidaridad y lo transformó en una fuerza catalizadora que sobrevivió los tanques soviéticos y las persecuciones, e hizo posible la transición democrática en el país.  La prédica papal llegó también a los disidentes en los demás pueblos de Europa del Este.  Para Václav Havel y otros en Praga, ella fue un acicate moral para deslindar los campos entre la mentira comunista y la verdad que engendró pasión de libertad.
LA INTRANSIGENCIA DE CASTRO Y LA REACCIÓN DE LA IGLESIA
En Cuba, las esperanzas de una apertura fueron rápidamente tronchadas por Castro.  Para él, la máxima prioridad siguió siendo su absolutismo político, económico y social a costa del sufrimiento y de la miseria de su pueblo.  Y no queriendo arriesgar su poder, rechazó todo intento de liberalización y pluralidad.  A pesar de ello, los obispos cubanos rompieron su silencio y publicaron en septiembre de 1993 su Carta Pastoral “El Amor todo lo espera”.
En dicha carta, los prelados expusieron los graves problemas que confrontaba el país: pérdida de los valores morales y familiares; deterioro económico progresivo; sistema político unipartidista y excluyente que no toleraba el disentimiento; crisis cismática de la nación, agudizada por el éxodo.  Ante ese cuadro pavoroso, los obispos pidieron que se buscasen “caminos nuevos” para que, mediante un diálogo amplio con espíritu de reconciliación, Cuba pudiese “entrar al tercer milenio como una sociedad justa, libre, próspera y fraterna”.
A pesar del tono mesurado y constructivo de la Carta Pastoral, las tensiones aumentaron entre la Iglesia y el régimen cubano.  Castro no sólo fustigó al Episcopado y rechazó el diálogo propuesto, sino que desató una nueva ola de represión que culminó en el acoso y encarcelamiento de disidentes, incluyendo los autores de "La Patria es de Todos", y en los crímenes atroces del remolcador "13 de marzo" y de los pilotos  de Hermanos al Rescate. Años después, en lo que se denominó la Primavera Negra, el régimen encarceló y torturó a 75 gallardos defensores de los derechos humanos.
EL PEREGRINAJE DEL PAPA A CUBA
El Santo Padre no desistió de su empeño de ir a Cuba.  Sospechaba  que Castro trataría de aprovechar la visita papal para legitimar su régimen desacreditado y aumentar la presión contra el embargo norteamericano.  Pero Su Santidad, lejos de amilanarse, encaró el reto con el prestigio de su investidura, el temple de su carácter y el magnetismo de su mensaje.  Tras largas y arduas negociaciones, el viaje se produjo en enero de 1998.
Durante el vuelo a La Habana, el Santo Padre señaló inequívocamente las hondas diferencias que lo separaban del régimen comunista de Castro.  Dijo a los periodistas que lo acompañaban: "La revolución de Cristo es la del amor.  La revolución marxista es la revolución del odio, las venganzas y las víctimas".
A fin de aclarar que la Iglesia estaba en contra de todos los embargos, tanto del interno como del externo, Su Santidad pidió que Cuba se abriera al mundo y que el mundo se abriera a Cuba.  Asimismo, abogó por la reunificación de la familia, la defensa de la vida, el derecho de los padres a la educación de los hijos, la conservación de las raíces cristianas, la solidaridad con los que sufren, y la reconciliación entre todos los cubanos.
Pero lo que tuvo mayor resonancia en su prédica, lo que más conmovió a las almas henchidas, fue su defensa, sin miedo, de la verdad, y su clamor ardiente de libertad.  Secundando al Santo Padre, con vigorosa elocuencia, el Arzobispo de Santiago de Cuba, Pedro Meurice, condenó los "falsos mesianismos" que han confundido la Patria con su partido", y pidió la unión de los cubanos de la isla y del destierro, no como resultado de una regimentada uniformidad, sino como fruto de la más amplia y democrática diversidad.
El recorrido apoteósico del Papa fue más que un memorable peregrinaje pastoral.  Fue, para el pueblo cautivo y desesperanzado de Cuba, una epifanía de fe y un apostolado de dignidad.  Este apostolado quedó resumido en la vibrante exhortación del Santo Padre a los jóvenes en Camagüey:  "[…] fuertes por dentro, grandes de alma, ricos en los mejores sentimientos, [sean ustedes] valientes en la verdad, audaces en la libertad, constantes en la responsabilidad, generosos en el amor, invencibles en la esperanza".
A los pocos días de su regreso al Vaticano, el Santo Padre les envió el siguiente mensaje a los cubanos: "Les deseo a mis hermanos y hermanas de aquella bella isla que los frutos de esta peregrinación sean similares a los frutos de la peregrinación…  a Polonia".  No desconocía el Papa las diferencias innegables que existían entre las dos peregrinaciones y los dos pueblos.  Lo que quiso fue subrayar que el objetivo era el mismo: ganar espacios, no sólo para que la Iglesia pudiese cumplir su misión pastoral y gestión humanitaria, sino también para que el pueblo pudiese despertar y eventualmente asumir su protagonismo en la lucha por la libertad.
Lamentablemente, ni el entonces Cardenal de Cuba, Jaime Ortega, ya fallecido, ni el actual Papa Francisco, le dieron seguimiento a la prédica de Juan Pablo II. Ambos apoyaron la política del Presidente Obama de concesiones unilaterales al régimen de Castro, incluyendo la exoneración de Cuba como país promotor de terrorismo. La isla bajo Trump fue reinsertada en la lista estadounidense de países terroristas con las consiguientes sanciones, y ha  permanecido en ella hasta ahora bajo Biden.
Pero ha faltado una política consistente y efectiva, tanto de Washington como del Vaticano, que promueva una verdadera apertura en nuestra Patria, sojuzgada con el apoyo de potencias enemigas que ponen en peligro la seguridad no sólo de Cuba, sino de todo el  hemisferio. Ha faltado liderazgo, estrategia y recursos adecuados de Estados Unidos y sus aliados para contrarrestar la alarmante penetración de China, Rusia e Irán en las Américas.
TERAPIA DE FE
Sin minimizar las tremendas dificultades que se interponen en el camino, permítanme concluir mis palabras con algunas sugerencias para abordar esta gran pregunta: ¿Qué podría y debería hacer la Iglesia en Cuba en las actuales circunstancias?  Aparte de intensificar, conjuntamente con la diáspora, ayuda humanitaria para tratar de aliviar el hambre y la miseria que estremecen a la población, considero que la situación en Cuba requiere una terapia intensiva de aliento en pro de la única solución real que existe: la libertad.  El régimen de Castro está hoy vacío de ideología, de mística y de credibilidad.  Ya pocos toman en serio sus consignas manidas y promesas incumplidas. El régimen se apoya en su poder tiránico y en el escepticismo de gran parte del pueblo, que piensa que nada se puede hacer como no sea sobrevivir o escapar.
La Iglesia, con su prédica de fe, puede y debe contribuir a contrarrestar este fatalismo enervante para ir creando la conciencia de una sociedad civil que reclame sus derechos y no se someta abyectamente a los ukases del Estado. Al pueblo cubano no le ha faltado valor para reclamar sus derechos. Lo demostró con las armas en la mano en la etapa bélica de los ‘60, así como en la protesta espontánea del Maleconazo el 5 de agosto de 1994, y en el alzamiento cívico masivo a lo largo de la isla el 11 de julio del 2021. Pero hoy necesita, más que nunca, una terapia iluminadora y estimulante. 
Con ese fin, la Iglesia debería revivir el mensaje de Juan Pablo II en pastorales, homilías y seminarios privados; difundir revistas edificantes como Convivencia, dirigida por Dagoberto Valdés, y estimular  pronunciamientos claros, incisivos y previsores como los emitidos por el Padre José Conrado Rodríguez y otros sacerdotes.
Urge también lograr que circulen en Cuba, aunque fuese subrepticiamente, libros que evoquen la memoria de nuestros históricos adalides y exalten sus valores patrios.  El brillante periodista y poeta disidente, Raúl Rivero (ya fallecido), se refirió a uno de esos libros antes de caer preso durante la Primavera Negra: “Está circulando ahora en Cuba”, escribió Rivero, “subterráneo, enmascarado y en silencio, un libro fundamental, un espléndido fogonazo de luz sobre la historia. Es una edición facsimilar de Próceres de Néstor Carbonell Rivero”.  “¿Cuál es el contenido de esa obra, que obliga a la discreción y al camuflaje? Son 36 ensayos biográficos sobre los creadores de la nación.  Lo que puede tener de subversivo en la Cuba actual es la honestidad, la anchura y el desenfado con que se abordan figuras que, en las últimas décadas, han sido sepultadas bajo una montaña de marxismo”.  Y concluye Rivero: “Con Próceres” me sentí más libre y cercano a mi país”.
REBATIR MENTIRAS Y REITERAR VERDADES
La Iglesia haría bien en rebatir mitos y falacias del régimen, despejar confusas percepciones, y difundir verdades esenciales. Muchos fuera de Cuba desconocen que detrás del  pregonado éxito de la alfabetización en la isla está el malhadado adoctrinamiento comunista que degrada la educación y envenena las conciencias. Y bajo el celebrado Sistema de Salud Pública, hay clínicas bien abastecidas para funcionarios privilegiados y extranjeros dolarizados, pero sólo hospitales empobrecidos, sin higiene y sin medicinas, para el pueblo discriminado y desvalido.
Al oponerse al supuesto bloqueo externo del embargo norteamericano, la Iglesia en Cuba a veces silencia el verdadero bloqueo interno del régimen totalitario. Debería el Episcopado invocar consistentemente su propia Pastoral del 5 de junio de 1998, que postula que la apertura externa [sin el embargo] “debe ir normalmente precedida y acompañada de una apertura interna de la sociedad cubana”.
El objetivo de la reconciliación y la paz es loable como noble aspiración cristiana. Pero debe abordarse con precaución para no hacerle el juego a los que oprimen al país sin enmienda ni arrepentimiento. La verdadera y amplia reconciliación es la que surgirá en una Patria libre. Ella deberá afincarse en la justicia, templada por la caridad, a fin de evitar los extremos nefastos de la vendetta y de la impunidad.
Pero el anhelo de una solución pacífica, es decir, sin derramamiento de sangre, no debe llevarnos sumisamente al pacifismo. Porque hoy en Cuba no hay paz, como no sea la paz del terror o del cementerio.  Lo que hay es un régimen totalitario, que no es más que la violencia institucionalizada.  Ejercer presiones o resistir para que cese ese régimen de oprobio y de fuerza no implica, pues, quebrantar la paz, sino restablecerla bajo un estado de derecho.
Como sentenciara Su Santidad Juan Pablo II en 1984, "la paz no es auténtica si no es fruto de la justicia […].  Y una sociedad no es justa ni humana si no respeta los derechos fundamentales de la persona […]".  Y agrega el Santo Padre: “Por muy paradójico que parezca, el que desea profundamente la paz rechaza toda forma de pacifismo que se reduzca a cobardía o simple mantenimiento de la tranquilidad.  Efectivamente, los que están tentados de imponer su dominio, encontrarán siempre la resistencia de hombres y mujeres inteligentes y valientes, dispuestos a defender la libertad para promover la justicia".
Finalmente, quisiera tocar el tema fundamental de la solidaridad con los que siguen el ejemplo patriótico de los que han sido fusilados o vilmente asesinados por el régimen, como el propulsor del Proyecto Varela, Oswaldo Payá.  Solidaridad con los presos políticos indoblegables que resisten tortura, entre los que sobresale por su insigne historial, José Daniel Ferrer. Y solidaridad con los altivos líderes cívicos que padecen amenazas y hostigamiento por su valerosa y continuada defensa de los derechos humanos, como las Damas de Blanco y el Dr. Oscar Elías Biscet.
Cuando la disyuntiva es totalitarismo o libertad, la Iglesia no puede mantenerse marginada o adoptar una postura neutral.  Su misión en estos casos ha de ser ayudar a los desvalidos y alentar a los que se sacuden el conformismo y luchan en pro de los derechos humanos y de la democracia con tesón y dignidad.
A la luz de la caída estrepitosa del comunismo en Europa del Este, el Santo Padre, San Juan Pablo II, en el discurso que pronunció en las Naciones Unidas el 5 de octubre de 1995, afirmó lo siguiente:
“Un factor decisivo del éxito de esas revoluciones no violentas fue la experiencia de la solidaridad social de cara a regímenes que se apoyaban en el poder de la propaganda y el terror.  Esa solidaridad fue el sostén moral de los indefensos, un faro de esperanza y un constante recordatorio de que es posible, en la jornada histórica del hombre, seguir un camino que conduce a las aspiraciones más altas del espíritu humano”.
Esa solidaridad que evocaba el Santo Padre es la que necesitan hoy en Cuba los abanderados de los derechos humanos y en general todos los disidentes que hablan por la mayoría callada.  Y esa solidaridad es la que ellos esperan de la Iglesia.
Considerando los enormes obstáculos en el camino, bastante ha hecho el Episcopado en Cuba en su misión pastoral y en sus programas educativos y humanitarios con la ayuda de la Orden de Malta, de Cáritas y otras instituciones benéficas. Pero por ser la Iglesia la única organización independiente que hoy existe en la patria aherrojada, su responsabilidad histórica es mayor.  Consiste en orientar y estimular, con el acicate de la fe, las reservas patrióticas latentes del pueblo cubano para ponerle fin a la tiranía, instaurar un estado de derecho basado en la Constitución legítima de 1940, promover la reconciliación anclada en la justicia y la caridad, y emprender la gran tarea de la reconstrucción económica y la regeneración moral.
Romper el presente impasse es tarea ingente, pero no imposible.  La historia tiene sus imponderables, y los regímenes totalitarios, como el actual en Cuba, no son tan sólidos como parecen.  Sus cimientos son endebles y se derrumban con presiones sostenidas, fisuras verdaderas, y fuertes soplos de aire fresco.
Levantemos el ánimo, y evocando el recuerdo de Félix Varela e impetrando la bendición de nuestra Virgen de la Caridad, cumplamos nuestro deber como lo quiso el Santo Padre, San Juan Pablo II: “valientes en la verdad, audaces en la libertad, constantes en la responsabilidad, generosos en el amor, invencibles en la esperanza”.

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