Publicado para hoy 20 de julio
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AOL Noticias
MADRID.- Los once disidentes cubanos llegados la semana pasada a Madrid dijeron sentirse "engañados" por el gobierno español, al cual acusaron el lunes de no cumplir sus compromisos.
Julio César Gálvez, uno de los ex presos liberados en virtud del acuerdo entre el gobierno y la Iglesia Católica cubana, manifestó que han dejado de recibir asesoramiento legal de las autoridades y que siguen sin tener claro su futuro.
"Habíamos firmado delante de un funcionario de la embajada española en La Habana unos compromisos", dijo Gálvez en una rueda de prensa en el hotel de Madrid donde están alojados los disidentes junto a sus familias, unas 70 personas en total. "El asesoramiento legal es lo primero que hemos dejado de recibir".
El gobierno español declinó responder el lunes a las quejas de los ex prisioneros cubanos y se remitió a las declaraciones del canciller Miguel Angel Moratinos, quien pidió comprensión al grupo liberado.
"No pido gratitud pero un poco de comprensión por parte de todos aquellos que han recibido el compromiso de este gobierno y toda la sociedad española de ayudarles en esta nueva etapa", dijo Moratinos el pasado fin de semana.
Tres organizaciones sociales se encargan de la manutención, el alojamiento y la búsqueda de empleo del grupo hasta que se resuelva su situación legal en España. En principio, el gobierno español dijo que se les concederían permisos de trabajo y residencia, pero no el estatus de refugiados políticos, una condición que algunos disidentes tenían previsto reclamar.
A la espera de que se resuelvan los trámites legales, viven en un hotel del extrarradio de la capital española, en el corazón de un barrio obrero sin comercios ni tiendas alrededor.
A algunos de los disidentes se les ha ofrecido la posibilidad de desplazarse a otra ciudad española, pero la mayoría prefiere permanecer en Madrid. Otros han expresado su deseo de salir a Estados Unidos, donde tienen familiares residiendo en Miami.
Por otro lado, Gálvez leyó una declaración conjunta de los 11 liberados en la que expresan su rechazo a la modificación de la llamada Posición Común de la UE, que defiende España. Esta política, vigente desde 1996, condiciona las relaciones plenas entre Bruselas y La Habana a cambios en el sistema comunista de la isla.
"El gobierno cubano no ha dado pasos que evidencien una clara decisión de avanzar hacia la democratización de nuestro país", afirmaron. "Nuestra salida a España no debe ser considerado un gesto de buena voluntad, sino como una acción desesperada del régimen en la búsqueda urgente de créditos de todo tipo".
En ese sentido, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, saludó el lunes las liberaciones, pero pidió un mayor compromiso con los derechos humanos al gobierno de Raúl Castro.
Los 11 disidentes son parte de los 52 presos del llamado "Grupo de los 75", arrestados en 2003, que Cuba se comprometió a liberar en el plazo de tres o cuatro meses en virtud del acuerdo entre las autoridades de La Habana y la Iglesia Católica de la isla.
El gobierno español, como acompañante del diálogo, se ofreció a acoger a los presos que deseasen salir de Cuba. La cancillería informó el lunes que un nuevo grupo de ocho disidentes, y no nueve como anunció Moratinos en un principio, aterrizará el martes en Madrid acompañado de unos 35 familiares.
El gobierno informó que los liberados serán: Manuel Ubals González, Ricardo Enrique Silva Gual, Alfredo Manuel Pulido López, Blas Giraldo Reyes Rodríguez, Jorge Luis González Tanquero, José Ubaldo Izquierdo Hernández, Arturo Pérez de Alejo Rodríguez y Antonio Ramón Díaz Sánchez.
Con esta nueva llegada, serían 19 los disidentes liberados llegados a España junto con sus familias, casi 100 personas en total.
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