viernes, 16 de julio de 2010

LOS ANUNCIOS COMERCIALES DEL PASADO

PUBLICADO PARA HOY 17 DE JULIO


Por Jorge Luís González Suárez

El Cerro, La Habana,(PD) ¿Se encuentra usted entre aquellas personas que conocieron la publicidad comercial en la República? Si tiene más de 60 años de edad, con seguridad recordará los anuncios de esa época. Todo periódico, revista, programa radial o televisivo incluía en su espacio la imprescindible promoción que necesitaba para mantener su economía.

Voy a tomar ejemplos la década del 50 del siglo anterior para exponer los principales modelos de proyección que se usaban con el fin de atraer a los posibles consumidores.

Entre los varios detergentes que existían había dos que eran los más populares. El FAB, de Crusellas y compañía, cuyo slogan era “Ropa limpia, blanca, fragante, solo con FAB súper-remojante”. El otro era ACE con su lema “ACE de todos”. Existía un programa de participación en la televisión, conducido por el inigualable locutor Germán Pinelli y patrocinado por la firma Sabatés, que se llamaba “Aquí Todos ACE de Todo”, conocido por el pueblo como el “Palo Ensebao”, donde se regalaban premios y dinero a los participantes.

Otra mercancía que alcanzaba altas cuotas de publicidad era la cerveza. Las dos preferidas eran Hatuey, “La gran cerveza de Cuba”, y Cristal, “Clara, ligera, sabrosa”.
La primera contó siempre con la mayor aceptación. Su etiqueta representaba de perfil la cabeza del emblemático cacique que murió en la hoguera. Nunca he podido entender la relación del mensaje entre el cruento hecho histórico y el placer que proporciona la cerveza. La empresa que la producía era la legendaria Bacardí que financiaba el noticiero de la TV y cuya figura estelar era el presentador Manolo Ortega. Este personaje, después de la llegada de la Revolución al poder, se convirtió en uno de los principales locutores políticos del régimen existente.

Otra manera de ganar compradores eran los pegajosos jingles, fragmentos de canciones parodiadas, cuya letra llevaba el contenido básico divulgativo. Recuerdo algunos todavía como aquel que cantaba Consuelito Vidal, otra de las grandes comunicadoras que decía: “La pasta GRAVI de rico sabor evita las caries y limpia mejor”. Esta mujer de gran talento fue una excelente animadora y actriz.

Las galletas Gilda usaron el remedo de un cuplet de Sarita Montiel en boga por aquel tiempo y la fábrica de lacteos Nela usaba uno que decía: “Leche condensada Nela siempre, siempre, siempre pura. Pura, que sabrosita, que sabrosita yo quiero Nela, ¿Nela, te gusta?”

La forma reiterativa del nombre y la calidad era algo emblemático del producto que quería venderse. Así se usó para jabones, chocolates y hasta para el café, como el famoso Pilón con la tonadilla “Café Pilón, sabroso hasta el último buchito”.

También las publicitarias utilizaron a modelos que provenían de los principales cabarets. Hubo dos muy famosas: Gladys Ziskay y Odalis Fuentes. La primera anunciaba los cigarros PARTAGÁS, la otra se convirtió en figura estelar de la radio y televisión donde representaba la ya mencionada cerveza Hatuey. Ambas, muy bellas, en su tiempo aparecieron sin mesura en el ambiente farandulero.

La vía más significativa que hubo en aquel momento fue la entrega de premios a los consumidores. Estos iban desde pequeños artículos hasta casas y automóviles que se regalaban en programas como el famoso “Reina por un Día” del canal 2 de Gaspar Pumarejo. Este señor propietario y presentador sui generis era capaz de promover cosas tan infames como el chorizo “CHORIPAN”, el cual el comía delante de la teleaudiencia con un deleite sin par.

Todo esto desapareció con la llegada al poder del Gobierno Revolucionario. Es cierto que los comerciales atiborran a las personas con sus reiterativos mensajes, que a veces aburren o cansan, pero no dejan de cumplir con su misión, por demás útil.

Hoy en Cuba solo “gozamos” de una apabullante propaganda política sin alternativas. Hay nada más que una emisora, “Radio Taíno”, la cual difunde anuncios para el turismo carentes de interés para el cubano de a pie.

¿Pudiera alguien imaginar cómo sería la publicidad en nuestro actual sistema? Tal vez aparecerían cosas así: “Compre desodorante Rexona que ahora cuesta 50 centavos más” o “Use aceite El Cocinero, el único que aparece”.

Rememorar aquellos tiempos, con sus defectos y virtudes, es siempre grato. Nunca olvidemos que la historia está formada por pequeños momentos y que nadie aunque pretenda tal cosa, podrá borrarla.

primaveradigital@gmail.com

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