viernes, 16 de julio de 2010

NI PASEAR

PUBLICADO PARA HOY 17 DE JULIO


Por Moisés Leonardo Rodríguez

Cabañas, Habana,(PD) Pasear es una de las formas de empleo sano del tiempo libre y alivio de tensiones al alcance de cualquier mortal. El ejercicio de caminar estimula la circulación sanguínea y el pensamiento, según han demostrado estudios científicos.

Pero en Cuba, el pasear no provee todo el placer que potencialmente es capaz de brindar. El disfrute del paisaje campestre o urbano es una de las delicias durante los paseos. Pero pasear por muchas ciudades cubanas, en particular por La Habana, activa mecanismos que inhiben el pleno disfrute de los paseos.

Edificios y casas sin pintar, grietas y desconchados en las paredes, cables eléctricos que cuelgan desordenadamente como si fueran guirnaldas navideñas envejecidas, salideros de aguas albañales y otras deficiencias estructurales, constituyen un deprimente paisaje.

Las calles con baches a lo largo y ancho, basura por doquier a pesar de la publicitada última ofensiva de los trabajadores de Servicios Comunales, montones de escombros por doquier, huecos enormes donde hubo edificaciones que se derrumbaron o fueron demolidas porque las venció el tiempo y la falta de mantenimiento, también atentan contra el placer de pasear.

Las otrora flamantes vitrinas de las tiendas son generalmente ejemplos de la negación de las reglas del buen gusto. La suciedad y lo cursi prevalecen en casi todas ellas. Algunas tienen cartones o maderas en lugar de los antiguos cristales. Repulsión es lo que hacen sentir.

La despreocupación no es un lujo permitido a los paseantes dado el mal estado de las aceras y los potenciales derrumbes de balcones, portales y otros elementos de los viejos y descuidados inmuebles. Esto último explica que muchos transeúntes caminen por las calles y no por las aceras en nuestras ciudades. Ello les impide relajarse al caminar por tener que evitar los vehículos automotores, las bicicletas y bici taxis, un pelotazo, un empujón de los jugadores callejeros o pisar una caca de perro.


Otro factor que atenta contra la relajación al pasear son las conductas ciudadanas aberradas como la música a niveles insoportables en casas particulares, la gritería de grupos sobre todo de jóvenes, la cantidad de alcohólicos, vagabundos desvalidos, locos y perros callejeros que llenan nuestras calles.

En las noches se unen a las anteriores causas de desazón al pasear el temor a ser atacado por ladrones en muchos lugares desolados y sin iluminación. Las mujeres son víctimas preferentes en estos casos por el acoso de exhibicionistas, violadores y enfermos mentales.

La depauperada calidad de vida de los residentes de la isla incluye la pérdida de motivos para disfrutar del más barato de los pasatiempos: pasear.

corrientemartiana2004@yahoo.com

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