PUBLICADO PARA HOY 28 DE AGOSTO
Por Manuel Aguirre Lavarrere (Mackandal)
Guanajay, La Habana,(PD) Aunque para la revolución ninguna constitución de las creadas en Cuba antes de la actual es digna de tenerse en cuenta, es bueno, para refrescarle la mente a los que así piensan, recordar que la Constitución de 1940 fue promulgada después de amplias deliberaciones y debates de la Asamblea Constituyente, que realizó sus sesiones en el hemiciclo de la Cámara de Representantes en el Capitolio Nacional y que en ella participaron todos los partidos políticos de la época, incluso el comunista.
He aquí los artículos de la Constitución de 1940 que hacen referencia al delito de discriminación racial:
“Título ΙV– Derechos fundamentales. Sesión Primera. De los derechos individuales.20-Se declara ilegal y punible toda discriminación por motivo de sexo, raza, color o clase y cualquiera otra lasciva a la dignidad humana. La Ley establecerá las sanciones en que incurran los infractores de este proyecto.”
“Título. VI- Del trabajo y de la propiedad .Sesión primera. Trabajo. 74.- El Ministerio del Trabajo cuidará, como parte esencial entre otras, de su política social permanente, de que en la distribución de oportunidades de trabajo en la industria y en el comercio, no prevalezcan prácticas discriminatorias de ninguna clase. En las remociones de personal y en la creación de nuevas plazas, así como en las nuevas fábricas, industrias o comercios que se establecieren, será obligatorio distribuir las oportunidades de trabajo sin distingos de raza o color, siempre que se satisfagan los requisitos de idoneidad. La Ley establecerá que toda otra practica será punible y perseguible de oficio o a instancias de la parte afectada.”
El régimen revolucionario cometió el grave error de rechazar la que era en aquel momento la más avanzada Constitución del continente americano y no aceptarla como Carta Magna que rigiera los destinos del país. No sólo por lo que planteaba sobre el racismo y la segregación racial, un problema aún sin resolver, sino porque no daba cabida a otra opción que no fuera la democracia pluripartidista.
El régimen dictatorial cubano derogó esta Constitución porque no le permitía convertir a Cuba en un feudo, como ocurre en la actualidad, que un minúsculo grupo dirige los destinos de todo un pueblo y viola sus derechos más elementales bajo el pretexto de la discordia con el vecino del norte.
En una democracia partidista y participativa, el pueblo determina y elige quien será el próximo empleado en la casa de gobierno. Porque eso deben ser los gobiernos, empleados al servicio de la voluntad popular y cumplidores de los anhelos y sueños de sus pueblos.
Ningún gobierno que se precie de decente pone intereses políticos y personales por encima de los derechos de la ciudadanía como ocurre en Cuba, sometida al voluntarismo partidista y la ambición de poder de los que se han adueñado de la nación.
makandalmm@yahoo.com
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