miércoles, 16 de marzo de 2011
Crisis financiera y bancaria
Escrito por Osmar Laffita
Capdevila, La Habana
16 de marzo de 2011
(PD) Desde el año 2008 la crisis financiera y bancaria se torna más crítica. A consecuencia de la falta de liquidez monetaria, el gobierno se ha visto obligado a congelar los pocos fondos de divisas que dispone y en contra de los compromisos contraídos, ha decidido retener los pagos de sus acreedores de Europa y Japón.
Las operaciones como cartas de créditos, trasferencias y depósitos, se han ralentizado a tal extremo, que los impagos ya rondan los 1 000 millones de dólares.
Este desfase financiero no fue originado por el retiro de los ahorros de la población depositados en los bancos en las diferentes monedas, ni las operaciones de las Casas de Cambios (CADECA). Todo esto funciona normalmente. Esta crisis hay que localizarla en la devaluación del CUC, el cual pierde lo que hacía meritorio su apellido “convertible”. Ahí está la explicación de la retención de los pagos a los empresarios extranjeros.
Las cuentas depositadas en CUC, al no disponer este de cobertura internacional de divisa fuerte, no se puede autorizar la operación de repatriación de capital. Esto se originó por la descontrolada emisión de CUC, por encima de las divisas que lo respaldaban internacionalmente, lo que dio lugar a que este haya perdido su convertibilidad y provocó que el sistema de pago de los bancos haya dejado de funcionar normalmente.
Los ministerios le asignan las divisas a sus empresas, que reciben de la Cuenta Única de Ingresos en Divisas del Estado para que estas puedan hacer operaciones de compra y pago con firmas extranjeras o solicitar permisos de importación. Para ello tienen que tener el Certificado de Liquidez CL, que indica qué CUC es convertible.
Los CUC que no estén avalados por el CL, están en el mismo plano que el peso cubano, solo sirven para hacer operaciones internas, con ellos no se puede respaldar contratos de importación, exportar capitales y menos honrar los compromisos de la deuda externa.
Esto ha obligado a la retención de las cuentas millonarias en dólares, euros y otras divisas de las empresas extranjeras radicadas en Cuba., lo que indica que estamos en presencia de una doble crisis, cambiaria y bancaria, que se origina en un entorno macroeconómico internacional desfavorable reflejado en los desequilibrios externo e interno y multiplicado por los errores de la actual política económica cubana.
Las dificultades del sistema bancario se reflejan en los créditos, los flujos de inversiones extranjeras y el comercio exterior. Una muestra de ello es el desabastecimiento de productos importados en las redes de comercio mayorista y minorista, debido al retiro de los suministradores internacionales del mercado cubano.
La economía en el bienio 2009-2010 sufrió una abrupta caída del Producto Interno Bruto PIB, solo creció en este periodo un promedio de 1,3%, originado por la baja producción de bienes que cayó un -3,6%. Lo que detuvo esa caída fueron los ingresos por la exportación de servicios, que representaron el 80% del crecimiento total.
Este crecimiento tiene más componentes negativos que lo que puede representar como efecto multiplicador de la economía. En ese bienio hubo un incremento del endeudamiento y de la dependencia externa por el retroceso de la producción de bienes, principalmente en la agricultura y la producción de níquel.
En el quinquenio 2005-2009 se consolidó la contrarreforma iniciada en 1996. En ese periodo se liquidaron los espacios a la iniciativa privada, se reforzó el estatismo y la centralización, se terminó con la autonomía de las empresas (a muchas de ellas se les prohibió exportar o importar directamente), se creó la Cuenta Única y el Comité de Aprobación de Divisa y se rescindieron los contratos de decenas de empresas extranjeras.
Los economistas hablan de cambios estructurales, el gobierno cubano de “actualización del modelo”; lo cierto es que para que se produzcan las trasformaciones que demanda la economía cubana, hay que empezar en el punto que comenzó aplicarse la contrarreforma hace 15 años.
Los diputados reunidos en la Asamblea Nacional del Poder Popular en la segunda quincena de diciembre de 2010, en un hecho inédito en los 34 años de constituido este órgano legislativo, pusieron al desnudo las deficiencias estructurales y los graves errores de la política económica que se aplicó en el citado quinquenio.
En el bienio 2008-2009 la economía sufrió una caída en los términos de intercambio de un -37%, aunque en menor medida que en el año 2009, que fue de un -6%. Esto se debió a la elevación de los precios del petróleo y los alimentos, así como la caída del precio del níquel, el principal producto cubano de exportación. A lo anterior hay que sumar toda la estela de destrucción dejada a su paso por los tres huracanes de agosto y septiembre de 2008. Los enormes daños que ocasionaron a la agricultura y el fondo habitacional, sobrepasaron los 10 000 millones de dólares.
La deuda externa ya ronda los 20 532 millones de dólares, lo que representa el 152% de las exportaciones. Su adeudo desglosado entre los 11 millones de habitantes, indican que a cada cubano le corresponde pagar 1866 dólares. A medida que pasa el tiempo, la deuda se incrementa y se hace más gravosa.
Cualquier paso dirigido a dar un vuelco favorable a la actual crisis de las finanzas y del sistema bancario, tendrá que comenzar por poner término al ineficiente modelo económico vigente hoy en Cuba.
ramsetgandhi@yahoo.com
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