Un análisis de la segregación turística por razones económicas que padecen los cubanos en su propio país.
martinoticias.com 01 de julio de 2011
Foto: (EPA) EFE Para sobrevivir al calor y reponer fuerzas con unas vacaciones, las familias cubanas se acogen al llamado campismo popular como la opción más asequible y confortable, frente al elevado costo de los hoteles, vedados hasta 2008 para ciudadanos nacionales residentes en el país, ha escrito Patricia Grogg en al página digital Havana Times.
Creado hace tres décadas y convertido en 2008 en el Grupo Empresarial Campismo Popular, -continua Grogg- esta oferta recreativa del Ministerio del Turismo de Cuba, que se define como ecológica, acogió el pasado año a 730.000 turistas nacionales en las 84 instalaciones de su tipo en todo el país, según la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).
"Si se compara con las opciones en moneda libremente convertible (CUC), es más económico, porque es en pesos cubanos. Pero, si se mira el salario promedio, indiscutiblemente es un gasto que la familia tiene que planificar", explicó a IPS Luis Alberto Valdés, un biólogo de 32 años.
"Llega a ser rentable, pero no económico. No se puede acudir a esta opción con lo que queda del salario de un mes", opinó y ejemplificó este profesional, que no sin cierta nostalgia recuerda la primera vez que se vistió de campista, en 1991, durante una temporada junto a sus amistades de la enseñanza secundaria.
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