jueves, 29 de noviembre de 2012

El que pueda entender que entienda
Frank Cosme Valdés Quintana
eu-en-feriaCuba actualidad, Santos Suárez, La Habana, (PD) Después de un debate de casi tres horas, por vigésima vez, la Asamblea General de las Naciones Unidas condenó de nuevo el embargo que el presidente Kennedy ordenó hace ya más de medio siglo, con 188 votos a favor, 3 en contra y 2 abstenciones.
Sería interesante conocer que fue lo que sucedió en esas tres horas, qué argumentos fueron empleados, ya que si esta condena ya resulta clásica, ¿por qué emplear tres horas en debatir lo mismo?
Acostumbrados como estamos aquí a oír o ver solo una parte del disco, resulta lamentable ver que en una organización mundial que actuó de forma casi unánime, ni siquiera en los medios internacionales se informe que pasó en ese debate de 3 horas.
La ONU se parece cada vez más a las asambleas de los centros de trabajo o de barrio en Cuba, donde tanto se ha criticado la unanimidad. Pero dejemos esto para la historia con relación a este organismo.
El argumento del embargo, bloqueo o como carajo se llame, es una bandera de combate, un chivo expiatorio que siempre ha servido desde los más altos representantes del MINREX hasta el más excelso burócrata de empresa para justificar la ineptitud del sistema y algunos de sus directivos.
Por el otro lado es bien conocido que EU es la nación más odiada, envidiada e imitada del planeta. Lo mismo sucedió con la pérfida Albión hasta principios del siglo XX. En consecuencia, se maniobra con esa envidia.
Cualquier viejo trabajador recuerda aquel vicio de "reunionitis", asambleas de producción o "relámpagos" y demás, donde los debates se prolongaban por horas. Los simples materiales necesarios para poder trabajar y que invariablemente faltaban, los trabajadores lo resumían con la frase "no se puede ir a la guerra con un tirapiedras". En pleno socialismo, con un comercio con los países de Europa del Este y ¡con el mundo capitalista! (pues no solo EU existe en el planeta), invariablemente saltaba un eléctrico con el consabido disco de que todo eso faltaba ¡por culpa del bloqueo!
El cacareado asunto de que Cuba heu-en-fera tenido pérdidas millonarias por no poder comerciar con los EU es otro argumento traído por los pelos y repetido no solo por la prensa nacional, sino también por la internacional.
Si "A" vende un objeto cualquiera y "B" no lo compra o no lo puede comprar, ¿qué pérdida o ganancia puede tener B?
Por la otra mano, si B es enemigo de A, ¿por qué rogarle al enemigo que le venda si existe C, D y el resto del alfabeto?
Hace más de una década, desde el gobierno de George W. Bush, se permitió la venta de alimentos, medicamentos, bienes agrícolas, herramientas, etc. Desde luego, pagando en efectivo y por adelantado. Se ha hecho común ver productos con el sello "made In USA" en hoteles y tiendas, que van desde comidas hasta efectos eléctricos y de ferretería. El sello "made in China" es otro bluff. ¿Quién no sabe que muchas empresas de EU se han trasladado a este país asiático? En la supertienda de la calle Carlos III hay habilitado un local de la empresa estadounidense Hunter que vende desde un candado hasta sofisticadas herramientas, todo "made in China"
Coincidiendo con la condena de la ONU, en los primeros días del año en curso 500 representantes de empresas internacionales expusieron en la Feria Internacional de la Habana. ¿Y saben quiénes estaban ahí también? Pues los muy estimados y queridos enemigos de Yanquilandia, promoviendo sus productos a diestra y siniestra. Hubo algarabía en sus stands porque regalaban chocolates, mantequilla de maní, paquetes de dulces Skittles y cubanos que sacaban turnos en la cola (ell deporte nacional) para sacarse fotos con un individuo disfrazado como una barra gigante de chocolate Hershey.
Ahora resulta que la venta de productos estadounidenses, que comenzó en el año 2000 con un humilde monto de 138 millones y llegado en el 2008 a un vértice de 710 ¡ha caído en estos últimos años!
En conclusión, las empresas cubanas, actuando como verdaderos capitalistas, firman contratos con otros países que ofrecen mayores créditos y menos molestias entre pagos y envíos. En otras palabras, firman acuerdos con otras naciones que no se quejan oficialmente por pagos atrasados".
Según se desgaja de esto, la parafernalia del bloqueo y la casi lacrimógena necesidad de comerciar con EU es pura retórica política.
No obstante, los bloqueados yankees se sienten optimistas. Richard Waltzen, de Procurement System, declara que su empresa ha crecido un 30% en la última década. Según Todd Haymec, el secretario de agricultura del estado de Virginia, las empresas de su estado han comerciado con Cuba 65 millones y Héctor Rainey, director de Intervisión Foods, en Atlanta, Georgia, asegura que Cuba se está volviendo un mercado más y más importante para las empresas de EU.
El pasado 13 de noviembre, el ministro de Relaciones Exteriores cubano denunció ante la Asamblea General de la ONU que durante los 4 años de la presidencia de Obama, "ha habido un recrudecimiento del embargo económico y comercial que impone EU a Cuba•.
Francamente, después de todo esto, solo queda decir lo que dijo Cristo en varias ocasiones en los Evangelios: "El que pueda entender que entienda".
Aquí el arroz con frijoles no da para captar tanto surrealismo mágico.
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Fotos: Osmar Laffita

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