martes, 5 de febrero de 2013


Julio César Álvarez
pan-con-lechonCuba actualidad, Santos Suárez, La Habana, (PD) Resta poco para que empiece la 22ª Feria Internacional del Libro de La Habana. Aunque es verdad cuando dicen que no sólo de pan vive el hombre, no es menos cierto tampoco que el pan aventajó a los libros en la pasada 21ª Feria.
Con una posición estratégica mucho más ventajosa que la de los libros, y sin ninguna regulación de seguridad que molestara al visitante, los alimentos fueron sin dudas los Reyes Magos de La Cabaña en esa Feria.
La antigua fortaleza fue sitiada día tras día por quioscos humeantes de techos multicolores. Desde bien temprano en la mañana, el aroma a pollo frito, a lomo de cerdo ahumado, a arroz frito y a rositas de maíz imponía una tiranía al olfato. El público que no se decidía a picar algo antes de entrar accedía al interior de la fortaleza con más deseo de comer que de leer.
Una vez dentro, y en el mismo foso donde fusilaron a más de un cubano en épocas pasadas y presentes, otra celada bien montada esperaba al visitante: un mini parque de diversiones para atraer a los niños, y otra batería de quioscos con mini restaurantes incluidos.
Dentro de los pabellones de los libros, el aroma del papel y la tinta no tentó a tantos a meter la mano en el bolsillo como el de la grasa, sobre todo en las áreas de venta en divisas. Algunos de estos locales, como el que ocupaba la editorial extranjera Pathfinder, se mantuvieron muy poco visitados.
Las ofertas trasnochadas de lecturas políticas de esa editorial, como el libro "Los cinco cubanos" (sobre los cinco espías cubanos presos en los EE.UU.), y "¿Es posible una revolución socialista en Estados Unidos?", no satisfizo a los cubanos.
Tampoco lo hizo la presentación de otro libro manido, "Enemigo", del informante de la policía política Raúl Antonio Capote. Fueron libros como el "Diccionario Básico Escolar", de la Editorial Oriente, y la colección de cuentos, poemas y adivinanzas "Había una vez...", seleccionados por Herminio Almendros, de la editorial Gente Nueva, los que parecieron complacer a los lectores.
Ya de retirada, los aromas iniciales de las carnes ahumadas y los pollos fritos acechaban nuevamente al visitante. Muchos de los que no sucumbieron a ellos en la entrada lo hicieron en la salida. Algunos comían y bebían mientras hacían la cola para entrar, y otros hacían picnics fuera de las murallas.
Me decía un amigo con el que no concuerdo, que dado el escaso alcance del bolsillo de los cubanos, quizás no es una buena estrategia en una feria de libros como la nuestra que la oferta de alimentos supere a la literaria en precio y sabor. De ser así, en esta que se aproxima el pan volverá a reinar sobre los libros.
Para Cuba actualidad: ajuliocesar68@gmail.com
Foto: Julio Cesar

No hay comentarios:

Publicar un comentario