¿Dónde están los molinos de Cruces?
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -Dos notables emblemas a la entrada del municipio de Cruces, en la central provincia cubana de Cienfuegos, reciben a forasteros y a cruceños de regreso. Uno recuerda la Batalla de Mal Tiempo, el 15 de diciembre de 1895, importante acción de armas ganada en ese territorio por los insurrectos cubanos contra el dominio español. El otro, un molino de viento, recuerda la prosperidad económica de antaño y la abundancia de esos artefactos mecánicos por los que, desde tiempos muy lejanos, Cruces obtuvo el merecido título de Villa de los Molinos.
Sin embargo, para quienes conocieron a la antigua Cruces, este título les trasmite apenas nostalgia y tristeza. Carlos Reyes Consuegra, cruceño de pura cepa, cuenta:
“Antes de 1959, más de 80% de la viviendas rurales y urbanas tenían molinos de viento, especialmente para la extracción y acarreo de agua potable subterránea, destinada al uso doméstico y agrícola. Representaban seguridad, economía y protección del medioambiente, cuando ni en Cuba ni en el resto de mundo se manejaban los conceptos actuales de cambio climático y defensa de la naturaleza. Cruces se adelantó medio siglo”.
La tradición de los molinos de viento en Cruces llegó incluso a generar un exitoso movimiento en el comercio local. Reyes comenta:
“Teníamos la ventaja de la fundición del español Don Mamerto, dedicada a la fabricación de todo tipo de hojalatería y piezas como aspas para molinos, ejes, pernos, termos, cubos. Garantizaba esos y otros muchos insumos domésticos y agrícolas. Ningún molino dejaba de funcionar. También, siempre surtida, estaba la Ferretería de Secades, con sucursal en Sagua la Grande, que comercializaba piezas de repuesto para los molinos y otros medios agrícolas y caseros, con facilidades de pago, muchos importados de los Estados Unidos, otros de producción nacional”.
Pero todo cayó en picada a partir de 1959. Pronto se dejaron de importar molinos y sus partes, así como piezas y herramientas para la ferretería, confiscada y arruinada por el Estado. La fundición, también confiscada, presentó serias dificultades con materiales. Los encargos de trabajos, estatales principalmente, eran para centrales azucareros y empresas agrícolas, en detrimento de los pedidos para molinos de particulares o pequeñas empresas, dejados a un lado. “Se calcula que solo en el municipio y sus alrededores existían alrededor de diez mil molinos de viento en uso, y en la Isla, decenas de miles”, puntualiza Reyes.
En ¿Bioenergías cubanas?, suplemento del diario Juventud Rebelde (21-07-2013), en una de sus partes expone:
“De los 7 210 molinos de vientos reportados en existencia, el 9,9% no se encuentra en uso, siendo las provincias de Santiago de Cuba, Artemisa, Mayabeque y Pinar del Río las de mayor incidencia, con 449 molinos fuera de uso”.
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