Grand Prix de Voleibol, contra toda esperanza
LA HABANA, Cuba, agosto, www.cubanet.org -En medio del más acentuado divorcio entre voleibolistas y autoridades, Cuba se presentará con un menguado e inexperto equipo en el Grand Prix de Voleibol, previsto para celebrase en varias ciudades del mundo, a partir de hoy 2 de agosto.
El Grand Prix, que se organiza desde 1993, está considerado la versión femenina de la Liga Mundial de Voleibol. Se celebra cada año con la presencia de los mejores equipos nacionales de voleibol femenino del mundo, y ofrece grandes remuneraciones económicas. Para esta ocasión, la Isla fue incluida en la llave D, junto a los equipos de Bulgaria, China y Holanda. Este último, el menos ranqueado del grupo, será enfrentado por las caribeñas en su primera presentación, en el tabloncillo de la ciudad de Macao, China.
Contra toda esperanza, y muy lejos de aquel sello que distinguió a las otrora escuadras cubanas, bautizadas con el legendario nombre de “Las Morenas del Caribe”, se pinta el escenario para la Isla en la presente competición. La situación se ha comprometido aún más con las recientes renuncias de las dos acomodadoras principales, Lilianne Marsillán y Ana Yilian Cleger, dos retoños que prometían muchísimo, pero que al parecer no están dispuestas a ser explotadas y engañadas, como les ha ocurrida a todas las jugadoras cubanas durante muchos años.
Todas las estrellas que llevaron este deporte a la supremacía mundial durante casi 20 años, ganando tres olimpiadas, tres campeonatos del mundo y varios torneos de Gran Prix, solo recibían como obsequios, tras duro bregar, un auto de fabricación rusa, o tal vez un apartamento en un feo edificio de microbrigadas. Peor aún, mientras el régimen engrosaba sus arcas con los ingresos que ellas obtenían con sus descollantes faenas, sus victorias deportivas debían ser presentadas como logros del supremo líder de la revolución.
Y aun así, hasta hace algunos años fue inobjetable la descollante fortaleza de este deporte en las féminas de Cuba. Ya en vísperas de la olimpiada 2004, en Atenas, se dio el caso de la huida de la estelarísima Magali Carvajal, un hecho que coincidió con el retiro de varias de las legendarias estrellas nacionales. Sin embargo, en ese torneo olímpico, los nuevos relevos exhibieron una tremenda actuación para alzarse con el tercer lugar.
¿Qué sucedió cuatro años después?Evidentemente, nada ya fue igual para el voleibol femenino. Las brillantes Morenas del Caribe se fueron sin medalla en la olimpiada de Beijín, y en lo adelante, vendría el gran descalabro que dura hasta los días de hoy. Un periodo marcado por un gran éxodo de jugadoras, entre las que se encuentran las estelares Rosí Carbajal y Nancy Carrillo, quienes, decepcionadas por los engaños e incumplimientos en los pagos, decidieron buscar otras posibilidades donde no fueran esquiladas.
No es un secreto que la mentalidad de los deportistas cubanos está cambiando, y exige una brecha para que puedan codearse en certámenes de alto nivel competitivo y remunerado. Si Raúl Castro no quiere quedarse sin deportistas, tendrá que dar por terminada la estrategia de los primeros tiempos de la revolución, cuando, a través de la manipulación, se competía únicamente por la medalla, el honor patrio, y la bandera.
Hoy, bajo sus narices, aumenta el profesionalismo y la tecnología en función de la técnica, sin que el gobierno se abra a ese mundo. Tanta ceguera y mediocridad no permite que las jugadoras cubanas se fogueen en una apropiada liga para eleve su techo competitivo, razones por las que ya muchos países de la región han superado el nivel del voleibol femenino en la isla. Estas jugadoras latinoamericanas, debido a su participación en las ligas profesionales de EEUU y Europa, además de codearse con las mejores estrellas del mundo, logran ganar grandes sumas de dinero. Sin embargo, ello no impide que siempre estén dispuestas a defender los colores patrios en cualquier torneo.
Recientemente, Eugenio George, presidente de la Federación de Voleibol en Cuba, declaró: “Ninguna liga foránea va a resolver nada, tenemos que trabajar en nuestro país, deportistas, entrenadores, directivos, todos en aras de rescatar los valores que ha caracterizado nuestro deporte”. Al respecto, un integrante de la entendida peña deportiva del parque Lennon, en el Vedado, ha dicho: “Parece mentira que un hombre tan erudito en el voleibol, quien, además, es testigo de la explotación a que son sometidas las voleibolistas y los deportistas en general, se exprese como un comisario político. Sus declaraciones son soberbias y fuera de la realidad, el problema es la remuneración económica de las jugadoras que prefieren ir a otro lado donde no las estafen”.
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