viernes, 2 de agosto de 2013

Paseos de verano


Paseos de verano

Aimée Cabrera
paseo-rampaCuba actualidad, Centro Habana, La Habana, (PD) La playa y el campismo son las principales opciones de los habaneros para las vacaciones de verano. Pero estas opciones se convierten en tribulaciones cuando hay que trasladarse con niños y paquetes.
Antes del Período Especial se seleccionaba un parque de ómnibus urbanos que salían de las inmediaciones del Capitolio-en pleno centro de la capital- hasta la playa Santa María del Mar.
Los veraneantes tenían la posibilidad de buscar privacidad en un área amplia donde están los centros recreativos del Mégano y Santa María, y muy cerca de esta última, Boca Ciega.
En Santa María había taquillas para el que quisiera guardar sus pertenencias, duchas para quitarse la arena, vestidores para quitarse el traje de baño, cafeterías, restaurantes y una heladería.
Ahora, si no es en auto, ya no se puede contar con Santa María del Mar. Ya no hay rutas de ómnibus que vayan allá. O se coge una guagua hasta el final de Alamar y se va a Bacuranao, que es una playa muy pequeña, o se coge el transporte que llega hasta Guanabo donde hay paradero de ómnibus y un poblado, por lo que las ofertas gastronómicas son más variadas allí que en Bacuranao.
paseo2Para el campismo se complica la llegada y la salida porque no todas las bases de campismo tienen transporte garantizado. Los choferes casi siempre lo que hacen en esos casos es dejarlos cerca. Y el calor y el sol aumentan el cansancio de la caminata.
Otros se quejan porque el día de regreso del campismo, los autobuses encargados de llevarlos hasta determinados puntos capitalinos, alegan que el vehículo está roto y los dejan a la salida del túnel. Esta variante inesperada va contra el bolsillo de quienes tienen que coger taxi, con los consabidos gastos que ignoraban iban a tener.
El campismo es una oferta dentro de lo posible para el bolsillo de quienes tienen familia y quieren disfrutar con ella, al menos un fin de semana.
La playa crea hábito diario en especial a los más chicos y sale barata en el sentido de que los adultos llevan agua, algún refresco o jugo y preparan panes. La comida se deja para la casa. Son pocos los que llevan almuerzos, neveras con bebidas de todo tipo y golosinas, o llevan el dinero para comprarlas en la playa.
Son muchas semanas de vacaciones y llega un momento que hasta el importe del pasaje del ómnibus llega a ser caro.
Pasear en la ciudad es caro. Si se deciden por un Rutas y Andares de la Habana Vieja todas las instalaciones venden en la moneda convertible y el transporte es limitado en esa zona, donde además hay muchos trabajadores que lo usan para trasladarse.
Lugares como La Rampa tienen pocas atracciones para la cantidad de paseantes que es excesiva. La heladería Copelia, el Pabellón Cuba o el cine Yara si la película son los divertimentos más económicos, y cuidado de no sobrepasarse con algún gasto innecesario.
Los rayos del sol cada vez se sienten más. Los cubanos que eran renuentes a los sombreros se los ponen en todas sus formas y abren sombrillas sin ningún complejo. Las gafas solamente son insuficientes. El frasco de agua se lleva del tiempo para que no humedezca el resto de lo que está dentro de la apretada mochila.
Mirar y soñar se llama el paseo de los más osados: los que entran en las tiendas del Hotel Habana Libre. Para casi todos es como entrar en un museo. Manos atrás o a los lados, con mucho cuidado de no disgustar al dependiente y hacer exclamaciones de todo tipo, hasta por los precios.
Para Cuba actualidad: aimeecabcu2003@yahoo.es
Fotos: Aimee Cabrera

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