miércoles, 28 de enero de 2015

Bueyes cornetas


Yo quiero que la ley primera de la República, sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre. José Martí
Cuba actualidad, Guanajay, Artemisa, (PD) En Cuba existe una élite blanca a la que desde sus parámetros políticos le molesta compartir su espacio y la patria con sus connacionales afrodescendientes.
En este sentido, el compartir la patria significa el compartimiento de los derechos y oportunidades en igualdad de condiciones y bajo el concepto martiano de equidad social y justicia plena: una patria con todos y para el bien de todos.
No es gratuita la inmovilidad de estos principios para una sociedad como la cubana. Negros y mulatos llegaron a una revolución que removió toda la injusta ingeniería política, económica y social de una nación parcelada por clases sociales y color de la piel, y orquestó nuevos parámetros en la mentalidad de los cubanos, dentro de una macro cultura diversa y concatenada por la historia. Pero negros y mulatos llegaron en total desigualdad de condiciones por la segregación a que han sido sometidos de forma reiterada.
Los cambios son difíciles en la conciencia social de los individuos y más complejos cada vez que se trate de implementarlos mediante sistemas de gobiernos, ideologías o cuando se exponen discursos aparentemente antisegregacionistas que solo sirven para exacerbar los racismos y las diferencias sociales, mantener el statu quo que los dignifica y los hace sentirse fuertes.
En un mundo que se globaliza de forma práctica y espontánea, las fuerzas naturales de la vida son las que arrastran a cambios irreversibles. Frente a eso, es necesario tener una mentalidad abierta.
El hombre, también como constructor de clases sociales, no deja de ser un gran simulador.
Hay mucho disimulo en la política cubana y en sus actores fundamentales para emprender una verdadera cruzada contra el racismos y la exclusión. De seguir en ascenso, se tornarán inalterables los conflictos y la discriminación, tanto de género como por el color de la piel.
Un análisis sistemático de la historia del racismo en Cuba, demuestra que ha sido el castrismo quien más logros ha tenido en cuanto a la eliminación de estos prejuicios. Pero este régimen cerrado y totalitario es el que más ha prosperado en la usurpación de derechos civiles y políticos. Se ha mantenido gracias a su proyecto de unipartidismo violatorio de todas las normas de una sociedad moderna, apoyado constantemente en formas de segregación política de nuevo tipo, lo que le ha costado críticas y rechazos en foros y eventos internacionales.
Lograr la equidad y buena convivencia entre los individuos depende fundamentalmente de buenas políticas de inclusión total, no de los que se pliegan a la injusticia para defender sus propios intereses y ser reconocidos por el poder, esos que nunca faltan, y son bueyes corneta, que según el refranero gaucho, son los bueyes que quieren bramar como toros, pero siguen siendo bueyes.
Para Cuba actualidad: mal26755@gmail.com

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