Cuba actualidad, Santa Clara (PD) La llamada revolución energética trajo consigo un número elevado de transformaciones relacionadas con la generación y consumo de corriente eléctrica.
Lo primero que implementó el Estado fue subir el precio del kilowatt a consumir, tanto en el sector estatal como particular.
Lo primero que implementó el Estado fue subir el precio del kilowatt a consumir, tanto en el sector estatal como particular.
De la noche a la mañana, los cubanos comenzamos a pagar el doble, el triple y hasta más por la corriente que normalmente consumían mensualmente.
Comenzaba una nueva era para las familias cubanas, la era de la electrificación en la cocción de alimentos, la cual comenzó con el pie izquierdo para todos.
Fuimos obligados a comprar desde un calentador de agua hasta un refrigerador.
Los chinos hicieron un buen negocio: vendieron a Cuba cuanta chatarra eléctrica pudieron.
Solo el fallecido presidente de Venezuela Hugo Chávez Frías se atrevió a decirle al ex presidente Fidel Castro que era una locura generar electricidad con diesel para que el pueblo elaborara sus alimentos.
Como siempre, Castro hizo caso omiso a las reflexiones de Chávez y condujo una vez más a los cubanos a un laberinto sin salida.
Hoy, la mayoría de los cubanos están endeudados con el banco, es decir, con el Estado. La deuda es millonaria.
Lo más triste es que existen efectos eléctricos inservibles por su mala calidad y el propietario tiene que pagarlo.
Lo que tiene bien claro Raúl Castro, sucesor de su hermano en el poder, es que hay que pagar cada centavo que se le debe.
Como la cuerda se rompe por el lado más débil, los trabajadores del sector bancario, excepto los directivos de primer nivel, están obligados a visitar a cada persona deudora que no esté pagando.
El mecanismo es simple: cada trabajador del banco está obligado a visitar, fuera del horario de trabajo, a 20 deudores mensualmente para poder cobrar la estimulación en divisa que les pagan (de 10 a 15 cuc). Quien no asuma o realice la acción no cobra estimulación salarial aunque cumpla a la perfección su jornada laboral. La medida no tiene gran aceptación en el sector, pero nadie se atreve a protestar.
En la provincia Villa Clara, con algo más de 800 000 habitantes, según datos del Censo de Población y Vivienda del año 2012, un total de 52 183 villaclareños no puede asumir el sustento familiar, incluso ni el de ellos mismos.
La revolución energética, lejos de mejorar la vida cotidiana de los cubanos, les creó un problema cuya solución no se avizora a corto plazo.
Para Cuba actualidad: yoelito001973@gmail.com
Fotos: Yoel Espinosa Medrano
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