Cuba actualidad, Matanzas, (PD) El 71, del ensayista Jorge Fornet (Editorial Letras Cubanas 2013), es algo así como un recuento histórico de todo lo negativo que sucedió ese año en Cuba. Eso sí, lo hizo con mesura y elegancia, para no remover demasiado las heridas que permanecen semi-abiertas y recordar las deudas pendientes que todavía muchos reclaman.
En ‘El 71’, Fornet describe, comenta, analiza someramente, saca a relucir con nombres y apellidos a algunos de los causantes de los hechos – que no fueron los únicos ni los principales- del llamado ‘Quinquenio Gris’.
Se sabe que el reconocimiento de cualquier error necesita del visto bueno del mismo gobierno que lo cometió, antes de que salga a la luz pública.
En esos años del Quinquenio Gris –algunos, como el cineasta Enrique Pineda Barnet, una de sus víctimas, lo oscurecen aún más y lo llaman Negro- emergieron arrecifes desconocidos en nuestro suelo, a veces desconcertantes opuestos a nuestra idiosincrasia, con ribetes de un estalinismo tropical.
En ese período, Gris, la cultura cubana sufrió lo que nadie pudo concebir. Como resultado, muchos intelectuales y artistas optaron por el exilio y otros, aun los que apoyaban al gobierno, trataron de pasar desapercibidos hasta ver qué pasaba. Algunos, desesperados, hasta atentaron contra sus vidas.
La lista de víctimas sería demasiado larga. Muchos de los afectados aún viven en Cuba y han sido rehabilitados. Ahora, hasta algunos de los que se exiliaron son reconocidos como “hijos de la Patria”, a pesar de cuanto los martirizaron. Pero las manchas perduran y no han podido borrarlas.
Muchos escritores y artistas fueron víctimas de los ataques lanzados desde Verde Olivo, la revista de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, por el misterioso personaje que firmaba como Leopoldo Ávila. Aun hoy no se sabe quién era. Se supone fuera algún escritor ‘más que revolucionario’. ¿Se conocerá algún día quién fue el personaje que hizo tanto daño?
Tal vez ya no importe tanto. Leopoldo Ávila no fue el único culpable. Hubo muchos otros culpables.
Tal vez ya no importe tanto. Leopoldo Ávila no fue el único culpable. Hubo muchos otros culpables.
Oportuno y necesario el libro de Jorge Fornet para recordar todo lo aborrecible de ese Quinquenio. Se agradecen las verdades que cuenta sobre lo que sucedió. Que sirva de alerta contra aquellos que sueñan con la vuelta del Quinquenio Gris.