| La Habana | 6 Mar 2016 - 10:58 am. | 9
Consultorio. (EL BLOG DE MEDICINA CUBANA)
Decenas de médicos de la familia esperan la revisión de sus títulos por no tener los papeles de sus pacientes actualizados, o por prácticas que los inspectores, quienes no siempre son médicos, consideran dudosas.
Funcionarios de las direcciones municipales de Salud Pública agobian a los médicos de la familia, exigiéndoles trámites burocráticos. El modo de protestar de los médicos se expresa en el ausentismo y la petición de traslados a centros de salud pública con menos responsabilidad.
"Todos los días tenemos que hacer terreno, acompañar a los fumigadores, entregar un informe sobre los casos de fiebre, ir a reuniones con la campaña antivectorial del municipio, atender la consulta y atender en sus casas a los pacientes habituales que no pueden desplazarse. Entonces calcula qué tiempo tenemos para llenar papeles", enumera una doctora MGI.
"La médico de aquí explotó", cuenta María, quien debe acudir con frecuencia a su consultorio para renovar el tarjetón suyo y de su esposo. "Nunca la había visto así. El miércoles la sacaron del consultorio porque debía ir a una reunión en el policlínico. El jueves éramos el doble de pacientes y entonces llegó la inspección del municipio y empezó a revisar papeles. En una de esas ella salió y nos dijo a los que quedábamos que no vendría al día siguiente ni al otro día tampoco."
El doctor Ray se graduó pensando que la especialidad en MGI le daría una casa en consultorio y la posibilidad de acomodar "más o menos a mi familia", pero tuvo que dejar la práctica en el municipio Playa porque según declara la funcionaria del policlínico no lo dejaba en paz.
"Cada vez que nos veíamos era una exigencia nueva. Me vi convertido en un represor de las embarazadas, de los lactantes y del resto de la población que atendía. Me exigía por los que no querían donar sangre, por los ancianos y sus familias irresponsables. Antes de perder los estribos, decidí que era mejor olvidarme de la posibilidad de tener casa un día."
Y termina acotando: "pero eso no era conmigo nada más. Eso es con todos los médicos de este país, lo que algunos están más dispuestos a bajar la cabeza que otros".
En Alamar, otra doctora fue revisada sin previo aviso y resultó que unos de sus pacientes, a quien había diagnosticado con amigdalitis, también tenía dengue.
"A nadie le importó que el virus haya mutado lo suficiente como para que se confundan los síntomas con otras dolencias. Al paciente no le pasó nada, pero ellos quieren ver la sangre correr", comenta una colega en práctica, por lo que prefirió permanecer en el más absoluto anonimato.
"Nos están haciendo la vida leña. Con nosotros los médicos se ensañan. Y aquí en Alamar los supuestos especialistas que nos controlan a nosotros son sicólogos."
La campaña contra el mosquito agrava la situación. Una vecina del Vedado cuenta que al ver cómo fallaba la fumigación llamó al Partido Municipal y al parecer no fue la única, porque la doctora de su cuadra fue "regañada".
"Pasé tremenda pena con la doctora, me contó que la llamaron para preguntarle por qué la gente los estaba llamando. Y yo me imagino en el tono que lo hicieron, pero si no es con ellos, con quién nos quejamos."
No hay comentarios:
Publicar un comentario