Fabio Prieto Llorente, prisionero de conciencia
22 de diciembre de 2009
Prisión El Guayabo, Isla de Pinos, Cuba – www.PayoLibre.com – Funcionarios truecan la botella de ron casero por 15 jabones la unidad en los destacamentos de la prisión El Guayabo, obteniendo pingues ganancias. También hacen otros negocios con los presos y los jefes hacen la vista gorda, pues ellos usan sus formas de “defenderse”.
El ron conocido por Guachi se expende ilegalmente en las calles a $12.00 la botella. Los funcionarios la introducen en prisión y las entregan a algunos mandantes quienes a su vez se encargan de la venta. Así acaparan principalmente jabones, los cuales comercializan en la calle a $ 10.00 cada uno.
Tal contrabando deja en crisis al penal cada vez que entra un lote de Guachi. El argumento para justificar el trapicheo lo sustentan los policías en las necesidades que pasan en la calle pues sus salarios no les alcanza, aun siendo uno de los más altos del país, más de $500.00 al mes, es decir unos $20.00 CUC (pesos convertibles cubanos).
Otra forma que usan para “resolver” consiste en vender llamadas por teléfono nocturnas.
La oficialidad por su parte recibe diferentes pagos por conseguir beneficios a los presos, como pabellones conyugales.
En múltiples ocasiones los presos han denunciado que pasan hambre, que los reos que sirven sus alimentos lo recortan para llenar las cubetas de sancocho de los militares. El mismo modus operandi se ha observado en las celdas de la prisión.
A pesar de alardear de que El Guayabo es una prisión modelo, en una ocasión un funcionario declaró ante este reportero que el jefe de la prisión, Mayor Julio Ondares Anache, era el más corrupto de los militares. Algo que no niegan otros policías.
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