Un d铆a como hoy, abril 29, en nuestra lucha contra el castrismo.
Dedicado a aquellos que dicen que en Cuba no se combati贸 el comunismo.
Comparta estas efem茅rides. Gracias.
PROHIBIDO OLVIDAR.
1959
Julio Fern谩ndez Riquer teniente del Ej茅rcito Constitucional de Cuba pre-Castro originalmente sentenciado a 30 a帽os de prisi贸n por un Tribunal Revolucionario en la ciudad de Pinar del R铆o. Todos los jueces fueron detenidos posteriormente como contrarrevolucionarios y fue condenado a muerte sin nuevo juicio. Despu茅s de sufrir un infarto en prisi贸n y no poder caminar, lo ataron a un poste y lo ejecutaron. Julio era el segundo de los once hijos de Mateo Fern谩ndez Torres, quien hab铆a sido teniente del ej茅rcito independentista al mando del general Pedro Betancourt.
[Some of the following sources report the date of death as 4/29/1959: Ru铆z, 1965, pp. 90, 243 and 240. Beruvides, 1993, p. 114 and 165. United States Information Agency, 1993, Year 1959. Cuban American National Foundation, Quilt of Fidel Castro's Genocide, 1994. / Archivo Cuba]
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Un tribunal castrista de la provincia de Oriente conden贸 a la pena de treinta a帽os de prisi贸n al teniente del ej茅rcito Pedro Creme, quien hab铆a sido jefe del puesto militar de Jiguan铆, durante el r茅gimen de Fulgencio Batista. El Tribunal de Apelaci贸n de Bayamo, Ie confirm贸 la sentencia, pero un tercer tribunal de REVISION, anul贸 el fallo y lo conden贸 a muerte. A las pocas horas era ejecutado sin que el sentenciado conociera la modificaci贸n de su sentencia.
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Angel Mar铆a Clausell Garc铆a sargento de la Polic铆a Nacional. Hab铆a sido condenado a treinta a帽os de prisi贸n, pero la noche antes de ser trasladado a la c谩rcel de Isla de Pinos, lo sacaron de su celda y lo ejecutaron por fusilamiento.
[Source: Written testimony of son; Written testimony of cousin, Memorial Cubano, Miami, 22 February 26, 2006, and February 18, 2007. Written and telephone testimony of another cousin, February 7, 2005. Ru铆z, 1965, p. 240. Beruvides, 1993, p. 103. / Archivo Cuba]
1960
Miembros de la oposici贸n al r茅gimen castrista prendieron fuego a la puerta de la oficina provincial del Partido Socialista Popular (comunista). situada en la calle de Estrada Palma esquina a Maceo, en la ciudad de La Habana. Los da帽os fueron de consideraci贸n, aunque no se registraron desgracias personales.
Ra煤l Garc铆a Menocal Fowler miembro de la Brigada 2506 de exiliados cubanos que intent贸 liberar a Cuba del comunismo en la Invasi贸n de Bah铆a de Cochinos con el apoyo del gobierno de los Estados Unidos (CIA). Fue una de 10 v铆ctimas fatales de una odisea de 16 d铆as en alta mar (19 de abril a 5 de mayo de 1961) por un grupo de 22 que escap贸 de Cuba en el barco pesquero 'Celia' de 20 pies al haber fracasado la invasi贸n. Doce sobrevivientes fueron rescatados por el buque de carga estadounidense Atlanta Seaman cien millas al sur de la desembocadura del r铆o Mississippi; dos murieron poco despu茅s. R谩ul hab铆a estudiado leyes en la Universidad de La Salle, jugaba muy bien b茅isbol y era nieto del presidente cubano Mario Garc铆a Menocal.
[Source: Testimony of Perlita Garc铆a Menocal Fowler (sister), 23 December 1997. E.Bovo, Brigade 2506 Association, 2011. / Archivo Cuba]
1963
Los alzados Humberto Sagarribay y Lorenzo Trujillo Garc铆a mueren en combate en el Guayabo, provincia de Camag眉ey.
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El insurgente Sergio Iglesias Hern谩ndez muere en combate contra las tropas castristas en Jag眉ey Grande, provincia de Matanzas.
1964
El delator Alberto Delgado Delgado, conocido como “el hombre Maisinic煤” es ajusticiado por la guerrilla al mando del jefe guerrillero Jos茅 “Che铆to” Le贸n. Delgado fue quien traicion贸 a la guerrilla de Julio Emilio Carretero haci茅ndole creer que los iba a sacar del Escambray hacia los EU en una embarcaci贸n que result贸 estar tripulada por agentes del r茅gimen.
1985
Juan Barrientos estaba herido y sangrando cuando fue fusilado en la fortaleza de La Caba帽a de La Habana.
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EL COMUNISMO
Sus 茅xitos y posibilidades
Byron Miguel
El marxismo a pesar de todo su aparato filos贸fico y pretensiones cient铆ficas ha pecado de iluso y ha servido de pretexto para experimentos de tr谩gicos resultados. Su aplicaci贸n ha resultado un fracaso en los diferentes tiempos y lugares en que se ha establecido; en pueblos con etnias, religiones e historias tan diferentes como los eslavos ortodoxos de la Uni贸n Sovi茅tica, los asi谩ticos tao-budistas de China y los ibero-africanos de la Cuba tropical. Habr铆a que a帽adir adem谩s la diversidad de estructuras sociales como la Rusia avasallada y agr铆cola en la 茅poca de la primera Guerra Mundial, una China atrasada y oprimida, y la isla de Cuba, que a pesar de todas sus carencias y defectos, estaba entre los pa铆ses m谩s pr贸speros y socialmente m谩s justos y escolarizados de la Am茅rica Latina.
Parad贸jicamente los 煤nicos ejemplos exitosos de una vida comunitaria se han logrado a trav茅s de lo que Marx llamaba el “opio de los pueblos”.
Desde los albores del cristianismo han existido comunidades religiosas que han vivido bajo estrictas reglas mon谩sticas y que haciendo voluntariamente votos de castidad, pobreza y obediencia han logrado llevar a t茅rmino notables obras en los campos de la educaci贸n, la cultura y la asistencia social. Todo esto conlleva enormes sacrificios a los que no est谩n dispuestos la inmensa mayor铆a de los mortales. Se hace adem谩s por motivos extraterrenales.
En los conventos no existe la propiedad privada y la igualdad entre sus miembros se hace patente. En un convento de monjas la Madre Superiora se viste, come y calza como las hermanas encargadas de la limpieza y la cocina; en un convento de hombres el Abad tambi茅n come, viste y calza como el hermano portero.
Todos trabajan seg煤n su capacidad y son recompensados seg煤n sus necesidades.
Este tipo de instituciones no s贸lo han surgido en el cristianismo, tambi茅n las hay en otras creencias como el budismo.
Podemos hablar adem谩s de otra experiencia en la que no hubo necesidad de los tres votos antes mencionados. En 1610 comienza la instauraci贸n de las reducciones jesu铆ticas de Am茅rica del Sur; este experimento de vida comunitaria para los indios guaran铆es termina m谩s de ciento cincuenta a帽os m谩s tarde. En su primera etapa se estableci贸 solamente la propiedad comunal; los indios sal铆an temprano en la ma帽ana para el trabajo cantando himnos religiosos despu茅s de haber asistido a misa, no ganaban sueldos, los productos de consumo se repart铆an equitativamente; no exist铆a moneda alguna para que nadie pudiera capitalizar, s贸lo se permit铆a hacer trueques. La autoridad civil era compartida con los sacerdotes designados por la Compa帽铆a.
Con el tiempo hubo un cambio importante y significativo pues se repartieron terrenos privados a los reci茅n casados para que cada familia se alimentara por cuenta propia, pero los hijos no pod铆an heredar la propiedad¹. Se ha hablado de la indolencia de los ind铆genas para explicar la reforma, pero ha habido pueblos que no tienen nada de indolentes, (chinos, cubanos, rusos etc.) cuyos gobiernos han tenido que renunciar al marxismo ortodoxo y hacer modificaciones llamadas “actualizaciones”, “perfeccionamientos”, “cuentapropismos” etc. para no reconocer lo inoperante del sistema y por supuesto seguir manteniendo un poder absoluto y su brutal represi贸n.
Las reducciones fueron para su 茅poca y comparadas con otras poblaciones coloniales, lo mejor que pod铆an obtener los guaran铆es, pero resultaron v铆ctimas de la avaricia y ambici贸n de otras potencias coloniales europeas que quer铆an adue帽arse de esos territorios habitados por indios ya alfabetizados, con oficios artesanales, disciplina laboral y principios cristianos.
Las misiones con su “econom铆a privada hogare帽a” y su insistencia de “amar al pr贸jimo como a s铆 mismo” pudieron sobrevivir, pero recibieron un golpe de gracia con la desaparici贸n del contenido religioso que realmente las manten铆a al hacerse oficial la supresi贸n de la orden jesu铆tica en 1767.
El experimento hab铆a comenzado m谩s de dos siglos antes de que naciera Carlos Marx.
Parad贸jicamente la doctrina marxista es la que se ha convertido en opio para los pueblos alucinando con falacias a las multitudes. Al conmemorarse el centenario de la revoluci贸n de octubre en el 2017 no hab铆a habido nunca un gobierno marxista democr谩tico ni una econom铆a estatal eficiente y por supuesto nada ni remotamente semejante al “hombre nuevo”.
Hay que reconocer sin embargo un 茅xito innegable al marxismo-leninismo: su asombrosa capacidad para mantenerse en el poder; pues como el objetivo final se hace imposible, el pretexto para perpetuar la dictadura del “proletariado” se hace eterno.
La imposici贸n de un r茅gimen comunista va en contra de la naturaleza humana.
Los miembros del g茅nero humano son y seguir谩n siendo b谩sicamente desiguales, y no s贸lo f铆sicamente; lo mismo ocurre con nuestras reacciones y comportamiento, pues a las infinitas combinaciones gen茅ticas hay que a帽adir las diferentes circunstancias en que se desarrollan y viven los seres humanos. No hay igualdad posible; ni los gemelos univitelinos llegan a ser iguales en sus reacciones y conducta.
El fil贸sofo alem谩n Odo Marquard ha enfocado el problema aclarando que: “Igualdad significa que todos pueden ser diferentes sin temor”. Es decir: sin temor a que un hijo no pueda hacer los estudios universitarios que anhela por falta de recursos, sin temor a no poder seguir un tratamiento m茅dico por no poder pagar los gastos. Sin temor a sufrir discriminaciones ni opresi贸n alguna. Sin temor de tener que rendir vasallaje a nadie. La diversidad por s铆 misma no tiene porqu茅 traer problemas ni temores.
Milton Friedman, el Premio Novel de Econom铆a 1976, explica: “Una sociedad que pone la igualdad –en el sentido de igualdad de resultados– delante de la libertad, terminar谩 sin igualdad ni libertad; por otra parte una sociedad que pone primero la libertad terminar谩, como consecuencia, con ambas cosas: mayor libertad y mayor igualdad”.
Arnold Toynbee concluye: “El t茅rmino democracia es una cortina de humo que esconde el conflicto real entre los ideales de libertad e igualdad. La 煤nica y genuina reconciliaci贸n entre estos dos ideales en conflicto podr铆a encontrarse mediante el ideal de la fraternidad, pero este logro est谩 m谩s all谩 del alcance humano mientras los hombres sigan confiando s贸lo en sus propias fuerzas. La fraternidad humana florece de la paternidad de Dios”.
Parad贸jicamente un r茅gimen marxista-leninista trae una incre铆ble desigualdad pol铆tica cuando se afianza en el gobierno, pues el estatus social, el poder econ贸mico y de decisi贸n de la clase dirigente son sin duda muy superiores al resto de la poblaci贸n. No aparecen fotos ni informaci贸n en la prensa sobre los niveles de vida de los l铆deres ni de sus reuniones y festejos, pero sin duda pasan menos trabajos y viven mucho mejor que el resto de la poblaci贸n.
El Homo Sapiens se ha distanciado de los simios y ha logrado una civilizaci贸n que hoy consideramos t茅cnicamente maravillosa, pero todav铆a injusta; en muchos lugares sigue imperando la ley del m谩s fuerte y sigue habiendo, en mayor o menor grado, opresores y oprimidos, explotadores y explotados. Porque una cosa es la inevitable desigualdad natural entre los hombres y otra la desigualdad artificialmente creada para dominar y explotar a los dem谩s.
La b煤squeda de una sociedad igualitaria del hombre moderno se ha agotado en el fracaso, porque su objetivo va en contra de la naturaleza humana y se ha perdido la esperanza. Para los creyentes en otra vida esto, te贸ricamente, no tiene muchos problemas, s贸lo hay que seguir las normas reveladas por el Creador y esperar el Para铆so; para el no creyente la cosa se complica porque lo 煤nico que tiene es la ilusi贸n de que en este mundo, al cabo de miles de a帽os, ocurran las mutaciones gen茅ticas adecuadas para que surja un “homo casi perfecto” que establezca en la tierra algo parecido a un para铆so; si no ocurre antes una cat谩strofe sideral.
Pero mientras tanto unos y otros tienen que vivir al d铆a, sin buscar perfecciones y soluciones definitivas; porque ni lo sabemos todo, ni somos iguales y perfectos. Hay que poner a trabajar lo que tenemos m谩s a mano: nuestro instinto de conservaci贸n y tener presente que en nuestra lucha para vivir mejor y m谩s seguros dentro de nuestras limitaciones 茅ticas e intelectuales hay que, ante todo, procurar que los dem谩s tengan la posibilidad de hacer lo mismo.