jueves, 28 de febrero de 2013
POR: GÜIJE CUBA
El 28 de febrero en la Historia de Cuba
• 1914 -
- Falleció Salvador Cisneros Betancourt, Marqués de Santa Lucía en La Habana. Nació en Camagüey el 10 de febrero de 1828. De una de las familias de más brillante posición económica y social. Al estallar la guerra de los Diez Años abandonó comodidades y títulos, libertó a sus esclavos y se lanzó a la revolución, poniendo cuanto había, supo y pudo al servicio de la libertad. Asambleísta de Guáimaro, Presidente de la Cámara, Presidente de la República en Armas en las dos contiendas, constituyente en Jimaguayú y en la de 1901. Bajo la República fue senador. Fue una de las figuras más simpáticas y atractivas de la revolución, de porte y trazos finos en el semblante, en el alma y en sus actos todos. El que lea la historia patria lo encuentra a cada paso, siempre afable y suave, pero con la llama de su cubanidad encendida y llameante. Por su fe viva, por su perseverancia sin desmayos por su inquebrantable adhesión a la causa emancipadora mereció del destino el que pudiera coronar su vida ejemplar con el espectáculo de la República ya en marcha.
• 1902 -
- Se reanudaron las labores en las logias masónicas “Libertad” y “Los Puritanos” en la Ciudad de Matanzas. El Capitán General Emilio Callejas había suspendiendo las labores masónicas con motivo del levantamiento de Ibarra y Baire.
• 1898 -
- Desembarcó en Las Palizadas la expedición del Alfredito bajo la dirección de los generales Núñez y Lechuga. Esta expedición llevó a Cuba diez voluntarios y un nutrido cargamento de armas de todas clases y municiones.
• 1896 -
- Antonio Maceo en la Provincia de La Habana.
- José Miró Argenter en “Cuba Crónicas de la Guerra (La Campaña de Occidente) - Tomo II: Segunda Edición” de la Editorial Lex, 1942, páginas 100-101 describe los acontecimientos del 28 de febrero de 1896 en la Historia de Cuba:
“Trazado el itinerario por el litoral del norte, a fin de aproximarnos a Campo Florido y Guanabacoa, ocupó el general Aguirre la vanguardia (28 de Febrero). El mismo día, el coronel Roque salió para el territorio de Matanzas con objeto de unirse al general Lacret. Se le dieron instrucciones concretas acerca del camino que debía seguir en su marcha retrógrada, a fin de despistar durante cuatro o cinco días a los españoles que operaban por aquel radio; el tiempo que Maceo necesitaba para caer sobre cualquier población de la Habana y desconcertar de esa manera a la jefatura del ejército español, la que, por todos los indicios, creía a Maceo internado en la provincia de Matanzas, por la parte de Manjuarí. Pero era casi seguro que tendríamos choques, más o menos reñidos, al cruzar las líneas férreas de Güines y Matanzas, puesto que los trenes circulaban con regularidad, dedicados casi exclusivamente al transporte de tropas. El paso por la primera línea se efectuó sin tropiezo; la otra, o sea la de Regla a Matanzas, en el tramo de Bainoa a Aguacate, estaba ocupada por un tren militar, que fue auxiliado por tres más, a los pocos momentos. Desde los carros blindados, el enemigo, por medio de nutridas descargas, trató de interrumpir el paso a nuestra columna; sin embargo, se efectuó el cruce fraccionando nuestra división en tres brazos: dos de ellos, atravesaron por el centro, entre los dos blindados y la otra fracción, mientras el fuego arreciaba por aquel lado, se escurrió por la extremidad opuesta. El convoy de los españoles había establecido el contacto en aquellos momentos, y el fuego de la tropa, como es consiguiente, se dirigía en su totalidad contra las dos primeras fracciones que cruzaron la línea. Tuvimos once bajas los españoles no perdieron un solo hombre.”
• 1895 -
- El Ultimo Hombre y la Ultima Peseta.
Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 123-124 nos describe los acontecimientos del 28 de Febrero de 1895 en la Historia de Cuba:
“La noticia de que el 24 de febrero de 1895 habían ocurrido en Cuba distintos alzamientos en pos de la independencia nacional no tardó en llegar a España. Media semana después comenzó en Madrid a agitarse sin recato la conciencia pública en torno a la grave novedad. El día 28 fue de manifestaciones ostensibles en la prensa y en la zona parlamentaria. El Ministerio estaba presidido por Práxedes Mateo Sagasta. Y Antonio Cánovas del Castillo y sus parciales se creyeron obligados a mostrar su solidaridad con el Gobierno. El Liberal, de Madrid, insertó el mismo 28 declaraciones en ese sentido dictadas por Cánovas. También de Cánovas, a la vez que salían las manifestaciones públicas en El Liberal, partió para el senador Antonio María Fabié la carta contentiva de estos conceptos:
“"No podemos dejar pasar más tiempo sin interrogar al Gobierno respecto a la situación de la isla de Cuba; nuestro deber de oposición de S. M. nos obliga a ello. Hoy mismo, previos los oportunos requerimientos, haga usted la pregunta en el Senado, afirmando que el partido liberal conservador apoyará al Gabinete resueltamente y está dispuesto a sacrificar, en el empeño de mantener la soberanía española en las Antillas, el último hombre y la última peseta."
“Fabié atendió incontinenti la recomendación de Cánovas, su jefe político. En el Senado, el 28 de febrero de 1895, interpeló al Ministerio acerca de la alteración del orden público en Cuba, "parafraseando, en un breve discurso, el texto de la carta de Cánovas". Cánovas había lanzado la idea de que era menester, en el empeño de retener la soberanía española en las Antillas, llegar hasta sacrificar el último hombre y la última peseta. En los momentos en que Fabié hablaba en el apuntado tono en el Senado, el propio 28 de febrero,; Francisco Romero Robledo con Cuba relacionado por su familia, por intereses materiales y por su apego a las peores inclinaciones de los intransigentes de la Isla, a quienes podía tener por sus legítimos clientes con no menos autoridad que Cánovas levantó la voz en el Congreso de los Diputados para referirse a los sucesos de Cuba, interrogar al Gobierno y terminar con la expresión de su deseo de que lo que en la Colonia acontecía no pasase de ser "una pequeña algarada promovida por algunos insensatos y malos españoles". Lo que a Romero Robledo, el Pollo de Antequera, arrancaba palabras tan despectivas no era sino el principio real de una guerra promovida para extinguir la dominación de España en América.
“A Cánovas correspondió la paternidad del pensamiento según el cual España debía perder hasta el último hombre y gastar hasta la última peseta para evitar que las Antillas saliesen de su soberanía. Su partido, alejado del Poder, hizo suyo el magno ofrecimiento apenas comenzó a tratarse en la Península de la guerra reiniciada por los cubanos. Pero no fue patrimonio exclusivo de Cánovas ni de sus correligionarios la actitud arrogante que aquellas palabras entrañaron. En la otra orilla .de la política organizada en derredor de la dinastía borbónica, en el sector dominado por Sagasta, floreció idea semejante a la concebida por Cánovas. Poco más de una semana después de escribir Cánovas a Fabié la epístola en que consignó el designio de consagrar a la causa de la llamada integridad nacional hasta el último hombre y la última peseta, el 8 de marzo de 1895. Sagasta, discurriendo acerca de la situación en España y sus colonias, dijo en el Senado que la Nación estaba dispuesta a sacrificar hasta la última peseta de su tesoro y hasta la última gota de sangre del último español antes de consentir que se le arrebatase un pedazo siquiera de su territorio.”
1887 -
- Del Epistolario de José Martí.
Carta a Fermín Valdés Domínguez, su amigo de toda la vida, en la muerte de don Mariano Martí, padre del Apóstol.
1883 -
- Del Epistolario de José Martí.
Carta a su hermana Amelia. De las muchas cartas que escribió el Apóstol, las de su hermana Amelia son consideradas las más “emotivas”.
1879 -
- José Martí de vuelta en Cuba.
José Martí desde el 15 de enero de 1871 que salió desterrado de Cuba había regresado a la Isla sólo una vez, llegó a La Habana el 6 de enero de 1877 y el 24 de febrero de ese mismo año ya se encontraba rumbo a Guatemala. Gracias a la amnistía del Pacto del Zanjón pudo Martí regresar a Cuba, llegando de vuelta a La Habana el 31 de agoto de 1878, y establecerse. Aunque poco duró esta estancia en Cuba. Su magnífico control del idioma, su incontrolable amor a la patria, pronto lo llevaron a los púlpitos del pueblo, inauguró el Liceo Artístico y Literario de Regla y en el de Guanabacoa pronunció cuatro bellos discursos (el del 28 de febrero fue honrando a Torroella) y a cada paso y con cada palabra se hacía menos agradable el ilustre orador al gobierno español. El 24 de agosto de 1879 estalló la Guerra Chiquita y el 25 de septiembre ya salía de Cuba José Martí otra vez deportado.
• 1789 -
- Se declara libre la trata de esclavos en Cuba, por Real Cédula.
• 1590 -
- Primer bautismo que consta en La Habana, conferido a Beatriz Carrión, hija de Alonso y de Isabel Osorio, siendo el sacerdote Nicolás Jerónimo.
• 1574 -
- De las “Actas Capitulares del Ayuntamiento de La Habana” Tomo II 1566 - 1574, dirigida por Emilio Roig de Leuchsenring, Municipio de La Habana, Administración del Alcalde Dr. Antonio Beruff Mendieta, editada en 1939:
“Cabildo 28 de febrero 1569.
“En la villa de San Cristobal de la Habana en veinte é ocho dias del mes de Febrero de mil é quinientos é sesenta é nueve años se juntaron á cabildo conviene á saber el muy magnifico Señor Diego de la Rivera Gobernador por Su Magestad desta Ysla de Cuba é los Señores Francisco Dávalos, alcalde ordinario por Su Magestad desta dicha villa é Antonio de la Torre é Juan de Ynestrosa é Diego de Soto regidores é Alonso Rodriguez alguacil mayor con voz y voto en el cabildo é lo que se trató en el dicho cabildo es lo siguiente.
“Fué acordado en este cabildo que por cuanto andan alzados en término desta villa seis ó siete negros en cuadrilla por los montes é se teme que si se juntasen con ellos mas cantidad de negros seria gran escándalo é perjuicio para toda la Ysla por que estos juntan á otros en su compañia é que por evitar este daño é recoger los dichos negros á servicio de sus dueños se envien cuatro españoles y doce indios que los busquen y traigan presos á la Cárcel desta villa para que alli se les dé el castigo que merecen y la costa que en ello se hiciere la paguen los dueños de los negros que ansi andan alzados é que para los prender se ponga toda la mas diligencia que si los negros se pusieren en alguna defensa procuren para prendellos, sin que haya muerte de ninguno dellos é nombraron á Juan Guillen por cabecera para que nombre las personas indios y españoles que vayan con él é se le dé mandamiento en forma para ello. Diego de Rivera.- Alonso de Rojas.- Francisco Dávalos.- Antonio de la Torre.- Juan de Ynestrosa.- Diego de Soto.- Alonso Rodriguez.- Pasó ante mi Francisco Perez de Borroto escribano publico y cabildo.”
El 28 de febrero en la Historia de Cuba
• 1914 -
- Falleció Salvador Cisneros Betancourt, Marqués de Santa Lucía en La Habana. Nació en Camagüey el 10 de febrero de 1828. De una de las familias de más brillante posición económica y social. Al estallar la guerra de los Diez Años abandonó comodidades y títulos, libertó a sus esclavos y se lanzó a la revolución, poniendo cuanto había, supo y pudo al servicio de la libertad. Asambleísta de Guáimaro, Presidente de la Cámara, Presidente de la República en Armas en las dos contiendas, constituyente en Jimaguayú y en la de 1901. Bajo la República fue senador. Fue una de las figuras más simpáticas y atractivas de la revolución, de porte y trazos finos en el semblante, en el alma y en sus actos todos. El que lea la historia patria lo encuentra a cada paso, siempre afable y suave, pero con la llama de su cubanidad encendida y llameante. Por su fe viva, por su perseverancia sin desmayos por su inquebrantable adhesión a la causa emancipadora mereció del destino el que pudiera coronar su vida ejemplar con el espectáculo de la República ya en marcha.
• 1902 -
- Se reanudaron las labores en las logias masónicas “Libertad” y “Los Puritanos” en la Ciudad de Matanzas. El Capitán General Emilio Callejas había suspendiendo las labores masónicas con motivo del levantamiento de Ibarra y Baire.
• 1898 -
- Desembarcó en Las Palizadas la expedición del Alfredito bajo la dirección de los generales Núñez y Lechuga. Esta expedición llevó a Cuba diez voluntarios y un nutrido cargamento de armas de todas clases y municiones.
• 1896 -
- Antonio Maceo en la Provincia de La Habana.
- José Miró Argenter en “Cuba Crónicas de la Guerra (La Campaña de Occidente) - Tomo II: Segunda Edición” de la Editorial Lex, 1942, páginas 100-101 describe los acontecimientos del 28 de febrero de 1896 en la Historia de Cuba:
“Trazado el itinerario por el litoral del norte, a fin de aproximarnos a Campo Florido y Guanabacoa, ocupó el general Aguirre la vanguardia (28 de Febrero). El mismo día, el coronel Roque salió para el territorio de Matanzas con objeto de unirse al general Lacret. Se le dieron instrucciones concretas acerca del camino que debía seguir en su marcha retrógrada, a fin de despistar durante cuatro o cinco días a los españoles que operaban por aquel radio; el tiempo que Maceo necesitaba para caer sobre cualquier población de la Habana y desconcertar de esa manera a la jefatura del ejército español, la que, por todos los indicios, creía a Maceo internado en la provincia de Matanzas, por la parte de Manjuarí. Pero era casi seguro que tendríamos choques, más o menos reñidos, al cruzar las líneas férreas de Güines y Matanzas, puesto que los trenes circulaban con regularidad, dedicados casi exclusivamente al transporte de tropas. El paso por la primera línea se efectuó sin tropiezo; la otra, o sea la de Regla a Matanzas, en el tramo de Bainoa a Aguacate, estaba ocupada por un tren militar, que fue auxiliado por tres más, a los pocos momentos. Desde los carros blindados, el enemigo, por medio de nutridas descargas, trató de interrumpir el paso a nuestra columna; sin embargo, se efectuó el cruce fraccionando nuestra división en tres brazos: dos de ellos, atravesaron por el centro, entre los dos blindados y la otra fracción, mientras el fuego arreciaba por aquel lado, se escurrió por la extremidad opuesta. El convoy de los españoles había establecido el contacto en aquellos momentos, y el fuego de la tropa, como es consiguiente, se dirigía en su totalidad contra las dos primeras fracciones que cruzaron la línea. Tuvimos once bajas los españoles no perdieron un solo hombre.”
• 1895 -
- El Ultimo Hombre y la Ultima Peseta.
Emeterio S. Santovenia en “Un Día Como Hoy” de la Editorial Trópico, 1946, páginas 123-124 nos describe los acontecimientos del 28 de Febrero de 1895 en la Historia de Cuba:
“La noticia de que el 24 de febrero de 1895 habían ocurrido en Cuba distintos alzamientos en pos de la independencia nacional no tardó en llegar a España. Media semana después comenzó en Madrid a agitarse sin recato la conciencia pública en torno a la grave novedad. El día 28 fue de manifestaciones ostensibles en la prensa y en la zona parlamentaria. El Ministerio estaba presidido por Práxedes Mateo Sagasta. Y Antonio Cánovas del Castillo y sus parciales se creyeron obligados a mostrar su solidaridad con el Gobierno. El Liberal, de Madrid, insertó el mismo 28 declaraciones en ese sentido dictadas por Cánovas. También de Cánovas, a la vez que salían las manifestaciones públicas en El Liberal, partió para el senador Antonio María Fabié la carta contentiva de estos conceptos:
“"No podemos dejar pasar más tiempo sin interrogar al Gobierno respecto a la situación de la isla de Cuba; nuestro deber de oposición de S. M. nos obliga a ello. Hoy mismo, previos los oportunos requerimientos, haga usted la pregunta en el Senado, afirmando que el partido liberal conservador apoyará al Gabinete resueltamente y está dispuesto a sacrificar, en el empeño de mantener la soberanía española en las Antillas, el último hombre y la última peseta."
“Fabié atendió incontinenti la recomendación de Cánovas, su jefe político. En el Senado, el 28 de febrero de 1895, interpeló al Ministerio acerca de la alteración del orden público en Cuba, "parafraseando, en un breve discurso, el texto de la carta de Cánovas". Cánovas había lanzado la idea de que era menester, en el empeño de retener la soberanía española en las Antillas, llegar hasta sacrificar el último hombre y la última peseta. En los momentos en que Fabié hablaba en el apuntado tono en el Senado, el propio 28 de febrero,; Francisco Romero Robledo con Cuba relacionado por su familia, por intereses materiales y por su apego a las peores inclinaciones de los intransigentes de la Isla, a quienes podía tener por sus legítimos clientes con no menos autoridad que Cánovas levantó la voz en el Congreso de los Diputados para referirse a los sucesos de Cuba, interrogar al Gobierno y terminar con la expresión de su deseo de que lo que en la Colonia acontecía no pasase de ser "una pequeña algarada promovida por algunos insensatos y malos españoles". Lo que a Romero Robledo, el Pollo de Antequera, arrancaba palabras tan despectivas no era sino el principio real de una guerra promovida para extinguir la dominación de España en América.
“A Cánovas correspondió la paternidad del pensamiento según el cual España debía perder hasta el último hombre y gastar hasta la última peseta para evitar que las Antillas saliesen de su soberanía. Su partido, alejado del Poder, hizo suyo el magno ofrecimiento apenas comenzó a tratarse en la Península de la guerra reiniciada por los cubanos. Pero no fue patrimonio exclusivo de Cánovas ni de sus correligionarios la actitud arrogante que aquellas palabras entrañaron. En la otra orilla .de la política organizada en derredor de la dinastía borbónica, en el sector dominado por Sagasta, floreció idea semejante a la concebida por Cánovas. Poco más de una semana después de escribir Cánovas a Fabié la epístola en que consignó el designio de consagrar a la causa de la llamada integridad nacional hasta el último hombre y la última peseta, el 8 de marzo de 1895. Sagasta, discurriendo acerca de la situación en España y sus colonias, dijo en el Senado que la Nación estaba dispuesta a sacrificar hasta la última peseta de su tesoro y hasta la última gota de sangre del último español antes de consentir que se le arrebatase un pedazo siquiera de su territorio.”
1887 -
- Del Epistolario de José Martí.
Carta a Fermín Valdés Domínguez, su amigo de toda la vida, en la muerte de don Mariano Martí, padre del Apóstol.
1883 -
- Del Epistolario de José Martí.
Carta a su hermana Amelia. De las muchas cartas que escribió el Apóstol, las de su hermana Amelia son consideradas las más “emotivas”.
1879 -
- José Martí de vuelta en Cuba.
José Martí desde el 15 de enero de 1871 que salió desterrado de Cuba había regresado a la Isla sólo una vez, llegó a La Habana el 6 de enero de 1877 y el 24 de febrero de ese mismo año ya se encontraba rumbo a Guatemala. Gracias a la amnistía del Pacto del Zanjón pudo Martí regresar a Cuba, llegando de vuelta a La Habana el 31 de agoto de 1878, y establecerse. Aunque poco duró esta estancia en Cuba. Su magnífico control del idioma, su incontrolable amor a la patria, pronto lo llevaron a los púlpitos del pueblo, inauguró el Liceo Artístico y Literario de Regla y en el de Guanabacoa pronunció cuatro bellos discursos (el del 28 de febrero fue honrando a Torroella) y a cada paso y con cada palabra se hacía menos agradable el ilustre orador al gobierno español. El 24 de agosto de 1879 estalló la Guerra Chiquita y el 25 de septiembre ya salía de Cuba José Martí otra vez deportado.
• 1789 -
- Se declara libre la trata de esclavos en Cuba, por Real Cédula.
• 1590 -
- Primer bautismo que consta en La Habana, conferido a Beatriz Carrión, hija de Alonso y de Isabel Osorio, siendo el sacerdote Nicolás Jerónimo.
• 1574 -
- De las “Actas Capitulares del Ayuntamiento de La Habana” Tomo II 1566 - 1574, dirigida por Emilio Roig de Leuchsenring, Municipio de La Habana, Administración del Alcalde Dr. Antonio Beruff Mendieta, editada en 1939:
“Cabildo 28 de febrero 1569.
“En la villa de San Cristobal de la Habana en veinte é ocho dias del mes de Febrero de mil é quinientos é sesenta é nueve años se juntaron á cabildo conviene á saber el muy magnifico Señor Diego de la Rivera Gobernador por Su Magestad desta Ysla de Cuba é los Señores Francisco Dávalos, alcalde ordinario por Su Magestad desta dicha villa é Antonio de la Torre é Juan de Ynestrosa é Diego de Soto regidores é Alonso Rodriguez alguacil mayor con voz y voto en el cabildo é lo que se trató en el dicho cabildo es lo siguiente.
“Fué acordado en este cabildo que por cuanto andan alzados en término desta villa seis ó siete negros en cuadrilla por los montes é se teme que si se juntasen con ellos mas cantidad de negros seria gran escándalo é perjuicio para toda la Ysla por que estos juntan á otros en su compañia é que por evitar este daño é recoger los dichos negros á servicio de sus dueños se envien cuatro españoles y doce indios que los busquen y traigan presos á la Cárcel desta villa para que alli se les dé el castigo que merecen y la costa que en ello se hiciere la paguen los dueños de los negros que ansi andan alzados é que para los prender se ponga toda la mas diligencia que si los negros se pusieren en alguna defensa procuren para prendellos, sin que haya muerte de ninguno dellos é nombraron á Juan Guillen por cabecera para que nombre las personas indios y españoles que vayan con él é se le dé mandamiento en forma para ello. Diego de Rivera.- Alonso de Rojas.- Francisco Dávalos.- Antonio de la Torre.- Juan de Ynestrosa.- Diego de Soto.- Alonso Rodriguez.- Pasó ante mi Francisco Perez de Borroto escribano publico y cabildo.”
Chakata.
Por Martín Guevara.
Por Martín Guevara.
_Ponme un chakata y un té frío con limón- dijo Lissette justo en el momento en que yo me acerqué por detrás para hincarle los dedos índices en los riñones a modo de saludo- Tras un breve respingo, se giró soriendo y me dijo:
_ ¡ Vaya, faltabas tú!-
Me pedí dos chakatas bien fríos para evitar regresar de inmediato a pedir otro, sabiendo que el primero desaparecería con la sed-calor que hacía. Fui a sentarme a la mesa. Era la sede central de la UPEC, Unión de Periodistas y Escritores de Cuba, en una de aquellas confortables casonas señoriales en el barrio de El Vedado expropiadas al principio de la Revolución a alguna familia rica y reciclada como sede de un organismo oficial, donde los periodistas de los medios cercanos y algunos curiosos como yo asistían a dirimir asuntos de actualidad, a disipar, a interrelacionarse, auxiliados por los efluvios refrescantes del chakata, un trago-infusión, compuesto de té, limón, azúcar, ron y hielo.
En la mesa estaba Reinaldo, Bruno, Danilo, Julio, Lissette y Olguita. Estaban hablando de la mala pinta que había tenido la visita del flamante jefe de Estado de la URSS, Mijaíl Gorbachov, en la cual se notó una relación con Fidel tirante, fría y dada la cual, por primera vez desde que el Che le advirtiese sobre la traición de Moscú a la causa internacionalista y este lo desoyese olímpicamente, se le escuchó hilvanar un discurso sin la obsecuencia habitual de: ¡Viva la Patria de los Soviets!, habló sobre los tiempos que estaban por llegar y sobre la relatividad de las amistades indestructibles.
Julio y Reinaldo, eran de todos ellos los más críticos con la censura en el panorama periodístico, pero no necesariamente los más entusiasmados con los sueños de aperturas económicas, sociales y políticas que llegaban promovidas, incluso desde la misma patria de Lenin.
Han pasado los años después de aquellas conversaciones en la confortable terraza de la UPEC, discutiendo animadamente y no sin recaudos sobre la actualidad de la isla, cada uno de ellos tomó su camino más o menos aciago, algunos partieron al exilio, otros publicaron sus experiencias y fueron perseguidos, otros emigraron sin discernir públicamente y alguno como Reinaldo, tomó la senda más difícil aunque más fructífera, se quedó en Cuba rodeado de su realidad, a la que día a día ha contribuído a cambiar valiente y pacíficamamente.
En estos años formó pareja con una mujer delgada de mirada inteligente, de verbo preciso, rico, ágil, y de un coraje fuera de lo habitual, que de a poco fue conquistando un espacio vacío y vedado en Cuba, el de la opinión libre, el de la levantarse, abrir los ojos y permitir que lo que arribe al cerebro en una conjunción de sensaciones, información, deseos, fuese procesado y filtrado únicamente por el tamiz de la elocuencia, del armado del discurso, de la correlación. Un espacio que le costó salvar todos los miedos que no puede imaginar quien jamás haya intentado siquiera llevarle la contraria a los lineamientos de aquella sociedad. Reinaldo estuvo con su gran preparación intelectual y su valor al lado de Yoani y hasta tuvieron un hijo juntos.
Ella se ha convertido en famosa, luego de persistir durante largo tiempo en una sociedad vigilada por los cuatro costados, en escribir un blog que fue su seña de identidad, por la delicadeza literaria y por el atrevimiento en las temáticas, contando la vida cotidiana, el intensísimo “obstine” como llaman los habaneros al sumun del tedio, sin bajadas de línea, sin adoctrinamientos, sin posicionamientos baratos. La calificaron desde un inicio de "non grata", luego “desafecta” más tarde disidente, sencillamente porque desde aquella advertencia pública de Fidel a los intelectuales en la Biblioteca Nacional en 1961 en que advirtió: “Dentro de la Revolución todo, fuera de la Revolución nada, todo lo que no oliese a melaza revolucionaria, a sirope ideologizado o a fritura militante, era focalizado inmediatamente y luego reprimido según el grado de desacuerdo o abulia que se atreviese a manifestar.
A Yoani le tocó un clima de medidas menos drásticas y trágicas con la variedad de puntos de vista, que antes de la desaparición del campo socialista, por diversos motivos , que van desde la erosión misma de toda etapa, hasta por el cambio de época que obligó a Cuba a aggiornarse de cara a la opinión pública internacional, toda vez que se quedó sin la custodia de sus otrora mentores estalinistas y debió agenciarse otra índole de simpatías internacionales. Pero no por ello un tiempo más fácil para salir adelante con la tozudez y la temeridad que demostró al mundo entero.
Acosada por doquier, defenestrada, violentada incluso junto a su esposo Reynaldo, con mayor o menos temor, la bloguera de aspecto frágil y delicado siguió adelante con paso ejemplar, formando grupos de blogueros, amalgamando embriones de movimientos de artistas contestatarios, insuflándoles ánimos, valor, esperanzas y sacándolas también para sí, de quien sabe donde, reclamando derechos de la ciudadanía a la tecnología de cara a la información como acceso a la verdadera "integración", que no pasa por obedecer ciegamente, sino por participar en las decisiones del entorno. Yoani en estos años ha estado creando país, ciudadanía, conciencia, a la vez que creciendo en el plano individual intelectual y humanamente,
La mayoría de la gente le reconoce este esfuerzo, pero aún hay de un lado y de otro quienes no le permiten hablar cuando lo único que ha pedido es el derecho a expresarse con libertad, dentro de las mismas filas de los cubanos emigrados, existe un familiar pero nada atesorado acto reflejo de menospreciar y en cierta forma incluso atacarla, por el hecho de que hoy tenga un nada envidiable éxito, labrado con una determinación y temeridad tomados del panteón de las virtudes reservadas al más recalcitrante y atávico machismo latino, eso hace menos fácil el reconocimiento.
Gente que se fue de Cuba hace muchos años por las mismas causas que a ella la llevaron a quedarse para modificar, le critica que reciba unas presuntas cantidades de emolumentos desde el exterior. Y pienso que aún cuando yo decidiese transformarme en un nacionalista a ultranza, y le exigiese demencialmente a Yoani que sólo trabajase para medios dentro de un perímetro determinado, una vez que las autoridades le negasen subvención para su actividad, al contrario que a los propagandistas del régimen, que al partido único, que a los espontáneos manifestantes de dentro y de fuera de Cuba, entonces le concedería la gracia de que procurase el sustento de su proyecto y el suyo personal en la frontera que lo hiciese posible.
Y en mi interior Intentaría dejar fluir con libertad ese torrente que porta la admiración al valor ajeno, el reconocimiento al sacrificio, a lo obtenido en beneficio de todos.
Y si pudiese me sentaría como otrora con Reinaldo, trataría de que me contase de donde sacaron fuerzas estos años, que me narrase anécdotas de esa cotidianeidad, que me aceptase invitarlos a dos chakatas a cada uno. Más por la comodidad que por el calor.
YOANI SÁNCHEZ: UN HURACÁN CUBANO EN BRASIL (PARTE 2).
Por Jorge Hernández Fonseca.
27 de Febrero de 2012
La mañana del 18 de Febrero pasado amaneció en todo Brasil la foto sonriente de la cubana Yoani Sánchez estampada en la primera plana de la mayoría de los periódicos brasileños de gran circulación, así como en una buena cantidad de los más de cinco mil periódicos regionales y municipales. La recepción simple que los amigos brasileños y cubanos prepararon para la bloguera, se convirtió en noticia nacional por obra y gracia de la conspiración del embajador cubano en Brasilia, del escándalo nacional destapado por la revista VEJA --al publicar parte del dossier lleno de calumnias contra la cubanita-- y la serenidad y la paz de espíritu, acompañado de la sonrisa permanente de Yoani Sánchez y su proverbial cabello largo al frente de su figura.
Después de dar sus primeras tres entrevistas en la madrugada, poco después de su llegada a tierras sudamericanas y lejos de mostrar el agotamiento de un largo viaje desde Cuba --con escala en Ciudad Panamá-- la bloguera cubana recibió la primera de una larga serie de muestras de solidaridad de brasileños que no estaban entre los que organizaron su llegada, muchos que ni siquiera habían escuchado antes hablar de su Blog. En una sala VIP, providenciada por la línea aérea que la había traído desde la Habana, dio sus primeras entrevistas, con respuestas que aparecieron el la primera plana de los principales diarios brasileños y que iniciaron una larga saga de descorrimiento de velo castrista que hasta ese momento cubría la realidad cubana ante la sociedad brasileña, que la convirtió en una heroína.
De la sala VIP fuimos trasladados, atravesando pasillos interiores de las dependencias administrativas del aeropuerto de Recife --por el temor a que en los pasillos convencionales del aeropuerto hubiera manifestantes pagados por la embajada cubana-- a la sala de operaciones de la línea aérea que nos llevaría desde Recife hasta la ciudad de Salvador, capital del estado brasileño de la Bahía, palco de la primera comparecencia pública de la ya famosa bloguera cubana. El espacio de la sala operativa de la aerolínea brasileña era pequeño, suficiente para albergar algunas mesas de trabajo, equipos de comunicación y computadores, donde fuimos atendidos “a cuerpo de rey” por los trabajadores operativos de la empresa, que nos ofrecían las facilidades a su alcance. Yoani, que había traído desde la Habana su “Lap-Top”, se apresuró a entrar en la Internet, sorprendida de la velocidad de la conexión, no paraba navegar extasiada.
Casi al amanecer, fuimos llevados por los trabajadores de la línea aérea hasta el avión, no sin antes pedir a Yoani un rito que se iría a repetir hasta el cansancio en toda la geografía del gigante sudamericano, la correspondiente foto con cada uno de los funcionarios y trabajadores de la aerolínea que tan bien nos había atendido. No fue necesario comparecer al “check-in” del vuelo a Salvador. Todo fue resuelto sin nuestra participación, por la ayuda efectiva de los funcionarios de la línea aérea ‘amiga’, facilitado por el hecho que en un vuelo interno, como el que efectuaríamos, sólo los trabajadores de la aerolínea tienen que resolver esos detalles.
Rafael Velame, periodista bahiano y representante del grupo de la ciudad de “Feria de Santana”, que había participado de la recepción de Yoani en Recife y que junto a Dado Galvão, el bloguero brasileño Arlen --internauta amigo de Yoani-- y yo, habíamos protegido a la bloguera cubana de la turba pagada por el embajada cubana, se comunicó con los brasileños que en el aeropuerto de Salvador nos esperaban en un micrómnibus, alertándolos de la probable presencia de manifestantes a la salida de la sala de desembarque. Como ese temor se materializó, los amigos que nos esperaban prepararon un esquema que nos permitió la salida de la sala de desembarque hacia el micrómnibus por una puerta lateral y a su vez, la salida del vehículo del aeropuerto, que nos conduciría a “Feria de Santana” por un portón trasero, que de forma tardía llegó a ser identificado por los manifestantes sin efectos prácticos. Llegamos a ver, desde el micrómnibus, los manifestantes en tropel hacia la puerta que liberó nuestro camino hacia la ciudad donde se efectuarían las primeras presentaciones públicas de Yoani.
Llegamos a la ciudad de “Feria de Santana”, a una hora de camino desde Salvador, cerca del mediodía y fuimos instalados confortablemente. A la llegada del micrómnibus al hotel de la pequeña ciudad bahiana, ya había un batallón de periodistas nacionales e internacionales aguardándonos. Yoani descendió del micrómnibus e inmediatamente aquel ejército de fotógrafos, camarógrafos y periodistas la rodearon. Mientras nosotros hacíamos los trámites de hospedaje, los amigos de “Feria de Santana” llevaron a Yoani a un espacio del lobby del hotel donde fue rodeada por camarógrafos, periodistas y fotógrafos que le preguntaban las cosas más disímiles sobre su Blog, su vida, Cuba y la embajada cubana. De este contacto inicial y la cercanía con la bloguera cubana, la mayoría de los periodistas y fotógrafos hicieron amistad con Yoani y una buena parte de ellos, turnándose, pasaron a viajar con nosotros en el ómnibus.
La actividad principal por la cual Yoani había sido convidada al Brasil, era la presentación del documental “Conexión Cuba-Honduras”, del cineasta brasileño Dado Galvão, en tierras de la Bahía, específicamente en la ciudad de “Feria de Santana”. La actividad fue programada para las 7 de la noche del mismo día de llegada de Yoani y contaría con la participación del senador brasileño y fundador del PT, Partido del Trabajo, Eduardo Suplicy, al cual pertenecen el ex presidente Lula da Silva y la actual presidenta Dilma Rousseff. A ser avisados que el senador Suplicy ya había llegado a la sala de la presentación del documental, salimos del hotel con Yoani en el pequeño ómnibus hacia la primera actividad pública programada durante su visita.
A pocos metros del local de la presentación, nuestro micrómnibus se detuvo y fuimos avisados que el local había sido “tomado por los manifestantes” y que deberíamos esperar porque el senador Suplicy entablaba negociaciones con la masa descontrolada, que gritaba en forma agresiva, incluso contra el propio senador. Cuando el ambiente se calmó un poco, fuimos avisados para llegar al local y descender del ómnibus. Yo me situé al lado derecho de Yoani abrazándola por sus hombros. Los manifestantes, al ver su figura --ya conocida por los diarios de esa mañana-- irrumpieron en gritos y alaridos. Nosotros, flaqueados por amigos brasileños y periodistas, caminamos y entramos en un pequeño gimnasio y nos dirigimos hacia la izquierda. Yo, intentando proteger a Yoani a mi izquierda. Un batallón de fotógrafos frente a nosotros formaba un par de anillos protectores, caminando ellos de espalda y fotografiando continuamente. Divisé casi al fondo del gimnasio una puerta de vidrio en la que entré con Yoani.
En la salita había algunos periodistas y fotógrafos además de unas pocas personas, entre ellas, las autoridades locales. El alcalde (prefeito en Brasil) de “Feria de Santana” recibió a Yoani con mucho afecto y le dio la bienvenida en tan complejas circunstancias. Nos sentamos de espaldas a la pared lateral, junto a la mesa donde se colocó el alcalde. Yoani contestó preguntas sobre la multitud que le gritaba: “yo estoy acostumbrada a eso; el primer ‘acto de repudio’ de mi vida, lo vi a los 4 años de edad en el solar que nací, en la Habana, contra un vecino nuestro que había decido emigrar. Entonces no comprendí que sucedía, pero fue una experiencia que se gravó en mi mente hasta hoy”. El alcalde, bastante apenado y confuso, desconversaba.
Entró en la sala de repente uno de los militantes del PT ataviado con una boina verde olivo, con una estrella roja gigante y dirigiéndose a nosotros nos intimó. “Deben salir, el senador Suplicy dice que salgan”. Yo le riposté directamente y en el mismo tono intimidante, “Yoani no va a salir de esta sala en las condiciones actuales; no hay seguridad para ella”. El petista nos dijo, “deben salir, porque el senador quiere que salgan”. Yoani continuaba callada, pero sin demostrar absolutamente ningún miedo. Yo le contesté de manera casi descompuesta, “si el senador Suplicy quiere que Yoani salga, que venga ante nosotros a decírnoslo”. El hombre salió de la salita y al abrir la puerta escuchamos que el ruido de los gritos e improperios era ensordecedor.
A cabo de algún tiempo, entró en la sala el senador, pidiéndole a Yoani que saliera. Yo le expliqué que “en esas circunstancias no había garantías para ella salir a enfrentar los manifestantes”. El senador dijo que “ellos” se habían comprometido a respetar a la bloguera. Ante la insistencia, le dije: “senador, Yoani y yo vamos a ir hasta la puerta detrás de Ud., cuando la puerta se abra, Ud. le dice que Yoani sólo sale de la sala, si ellos se comprometen a respetarla físicamente”. Suplicy aceptó la sugerencia y caminamos hacia la puerta, Suplicy delante y nosotros dos detrás. El senador pasó un poco de trabajo, desde la puerta abierta, para conseguir la atención de los manifestantes y a gritos consiguió el consenso para salir.
Yo, que abrazaba a Yoani del lado de la pared lateral para protegerla de las turbas, salimos y nos dirigimos, ya casi sin gritos, a una mesa organizada frente a los asistentes. La mesa fue improvisada con varias mesas plásticas juntas, detrás de las cuales nos sentamos, el senador Suplicy al medio, en su lateral derecho Yoani, yo a seguir y Dado Galvão a mi lado. La platea estaba compuesta por unos 50 brasileños interesados en ver el documental y conocer la bloguera, todos sentados, y unos 15-20 manifestantes, todos de pie, vociferando consignas de inicios de la revolución. Suplicy tomó la palabra y de inmediato la dio el micrófono a Yoani.
Yoani se puso en pie y habló que no tenía ningún miedo a someterse a preguntas (aludiendo indirectamente a su falta de miedo con los manifestantes), que si eso era una demostración de democracia ella estaba dispuesta a aceptar; habló sobre el parecido de los cubanos y los brasileños, habló sobre su Blog y de otros aspectos generales, dándoles a los manifestantes la palabra para preguntas. La seguridad de Yoani era muy precaria en esas circunstancias. Había una mesa plástica entre los enardecidos manifestantes, de pie y a menos de un metro de distancia, y nosotros, de manera que no resultaría difícil una agresión física. Yo le pedí a Yoani que retirara el máximo la silla hacia la parte trasera, donde había policías del cuerpo especial.
Comenzaron las preguntas, típicas. Que Yoani era miembro de la CIA, que ella no se manifestaba sobre el “bloqueo”, ni sobre la cárcel de Guantánamo, ni sobre “los 5” espías cubanos presos en EUA. La procedencia de los recursos para su extenso viaje internacional, entre otras. Los manifestantes tenían –todos-- un papel impreso en colores, probablemente por la embajada cubana, con las “orientaciones” escritas de las consignas y las acusaciones que deberían formulársele a la bloguera cubana. Yoani contesto con paciencia, humor e ironía, todas las preguntas e infundios sobre su Blog y su vida. Cuando más Yoani desmontaba las mentiras de la dictadura castrista contra ella, más se enardecían los manifestantes por la falta de base de las acusaciones. Uno de los líderes del circo romano quiso que Yoani firmara un hoja de papel escrita a mano por él diciendo que estaba en contra del “bloqueo” y que pedía la liberación de “los 5” espías cubanos. Yoani se negó a semejante propuesta, después de lo cual terminamos la reunión, con una nota promedio para Yoani de 100 puntos y con una nota 0 para la turba.
Salimos protegidos por un círculo de 6 policías del cuerpo especial, rodeándonos a Yoani y a mí, que la mantuve abrazada, esta vez por mi parte izquierda, en función de la posición de la pared lateral protectora. En la salida hubo gritos, pero no intentos de agredirla, en parte por el cordón policiaco alrededor nuestro y en parte por la paliza que Yoani les propinó esa noche.
(continuará)...
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Por Jorge Hernández Fonseca.
27 de Febrero de 2012
La mañana del 18 de Febrero pasado amaneció en todo Brasil la foto sonriente de la cubana Yoani Sánchez estampada en la primera plana de la mayoría de los periódicos brasileños de gran circulación, así como en una buena cantidad de los más de cinco mil periódicos regionales y municipales. La recepción simple que los amigos brasileños y cubanos prepararon para la bloguera, se convirtió en noticia nacional por obra y gracia de la conspiración del embajador cubano en Brasilia, del escándalo nacional destapado por la revista VEJA --al publicar parte del dossier lleno de calumnias contra la cubanita-- y la serenidad y la paz de espíritu, acompañado de la sonrisa permanente de Yoani Sánchez y su proverbial cabello largo al frente de su figura.
Después de dar sus primeras tres entrevistas en la madrugada, poco después de su llegada a tierras sudamericanas y lejos de mostrar el agotamiento de un largo viaje desde Cuba --con escala en Ciudad Panamá-- la bloguera cubana recibió la primera de una larga serie de muestras de solidaridad de brasileños que no estaban entre los que organizaron su llegada, muchos que ni siquiera habían escuchado antes hablar de su Blog. En una sala VIP, providenciada por la línea aérea que la había traído desde la Habana, dio sus primeras entrevistas, con respuestas que aparecieron el la primera plana de los principales diarios brasileños y que iniciaron una larga saga de descorrimiento de velo castrista que hasta ese momento cubría la realidad cubana ante la sociedad brasileña, que la convirtió en una heroína.
De la sala VIP fuimos trasladados, atravesando pasillos interiores de las dependencias administrativas del aeropuerto de Recife --por el temor a que en los pasillos convencionales del aeropuerto hubiera manifestantes pagados por la embajada cubana-- a la sala de operaciones de la línea aérea que nos llevaría desde Recife hasta la ciudad de Salvador, capital del estado brasileño de la Bahía, palco de la primera comparecencia pública de la ya famosa bloguera cubana. El espacio de la sala operativa de la aerolínea brasileña era pequeño, suficiente para albergar algunas mesas de trabajo, equipos de comunicación y computadores, donde fuimos atendidos “a cuerpo de rey” por los trabajadores operativos de la empresa, que nos ofrecían las facilidades a su alcance. Yoani, que había traído desde la Habana su “Lap-Top”, se apresuró a entrar en la Internet, sorprendida de la velocidad de la conexión, no paraba navegar extasiada.
Casi al amanecer, fuimos llevados por los trabajadores de la línea aérea hasta el avión, no sin antes pedir a Yoani un rito que se iría a repetir hasta el cansancio en toda la geografía del gigante sudamericano, la correspondiente foto con cada uno de los funcionarios y trabajadores de la aerolínea que tan bien nos había atendido. No fue necesario comparecer al “check-in” del vuelo a Salvador. Todo fue resuelto sin nuestra participación, por la ayuda efectiva de los funcionarios de la línea aérea ‘amiga’, facilitado por el hecho que en un vuelo interno, como el que efectuaríamos, sólo los trabajadores de la aerolínea tienen que resolver esos detalles.
Rafael Velame, periodista bahiano y representante del grupo de la ciudad de “Feria de Santana”, que había participado de la recepción de Yoani en Recife y que junto a Dado Galvão, el bloguero brasileño Arlen --internauta amigo de Yoani-- y yo, habíamos protegido a la bloguera cubana de la turba pagada por el embajada cubana, se comunicó con los brasileños que en el aeropuerto de Salvador nos esperaban en un micrómnibus, alertándolos de la probable presencia de manifestantes a la salida de la sala de desembarque. Como ese temor se materializó, los amigos que nos esperaban prepararon un esquema que nos permitió la salida de la sala de desembarque hacia el micrómnibus por una puerta lateral y a su vez, la salida del vehículo del aeropuerto, que nos conduciría a “Feria de Santana” por un portón trasero, que de forma tardía llegó a ser identificado por los manifestantes sin efectos prácticos. Llegamos a ver, desde el micrómnibus, los manifestantes en tropel hacia la puerta que liberó nuestro camino hacia la ciudad donde se efectuarían las primeras presentaciones públicas de Yoani.
Llegamos a la ciudad de “Feria de Santana”, a una hora de camino desde Salvador, cerca del mediodía y fuimos instalados confortablemente. A la llegada del micrómnibus al hotel de la pequeña ciudad bahiana, ya había un batallón de periodistas nacionales e internacionales aguardándonos. Yoani descendió del micrómnibus e inmediatamente aquel ejército de fotógrafos, camarógrafos y periodistas la rodearon. Mientras nosotros hacíamos los trámites de hospedaje, los amigos de “Feria de Santana” llevaron a Yoani a un espacio del lobby del hotel donde fue rodeada por camarógrafos, periodistas y fotógrafos que le preguntaban las cosas más disímiles sobre su Blog, su vida, Cuba y la embajada cubana. De este contacto inicial y la cercanía con la bloguera cubana, la mayoría de los periodistas y fotógrafos hicieron amistad con Yoani y una buena parte de ellos, turnándose, pasaron a viajar con nosotros en el ómnibus.
La actividad principal por la cual Yoani había sido convidada al Brasil, era la presentación del documental “Conexión Cuba-Honduras”, del cineasta brasileño Dado Galvão, en tierras de la Bahía, específicamente en la ciudad de “Feria de Santana”. La actividad fue programada para las 7 de la noche del mismo día de llegada de Yoani y contaría con la participación del senador brasileño y fundador del PT, Partido del Trabajo, Eduardo Suplicy, al cual pertenecen el ex presidente Lula da Silva y la actual presidenta Dilma Rousseff. A ser avisados que el senador Suplicy ya había llegado a la sala de la presentación del documental, salimos del hotel con Yoani en el pequeño ómnibus hacia la primera actividad pública programada durante su visita.
A pocos metros del local de la presentación, nuestro micrómnibus se detuvo y fuimos avisados que el local había sido “tomado por los manifestantes” y que deberíamos esperar porque el senador Suplicy entablaba negociaciones con la masa descontrolada, que gritaba en forma agresiva, incluso contra el propio senador. Cuando el ambiente se calmó un poco, fuimos avisados para llegar al local y descender del ómnibus. Yo me situé al lado derecho de Yoani abrazándola por sus hombros. Los manifestantes, al ver su figura --ya conocida por los diarios de esa mañana-- irrumpieron en gritos y alaridos. Nosotros, flaqueados por amigos brasileños y periodistas, caminamos y entramos en un pequeño gimnasio y nos dirigimos hacia la izquierda. Yo, intentando proteger a Yoani a mi izquierda. Un batallón de fotógrafos frente a nosotros formaba un par de anillos protectores, caminando ellos de espalda y fotografiando continuamente. Divisé casi al fondo del gimnasio una puerta de vidrio en la que entré con Yoani.
En la salita había algunos periodistas y fotógrafos además de unas pocas personas, entre ellas, las autoridades locales. El alcalde (prefeito en Brasil) de “Feria de Santana” recibió a Yoani con mucho afecto y le dio la bienvenida en tan complejas circunstancias. Nos sentamos de espaldas a la pared lateral, junto a la mesa donde se colocó el alcalde. Yoani contestó preguntas sobre la multitud que le gritaba: “yo estoy acostumbrada a eso; el primer ‘acto de repudio’ de mi vida, lo vi a los 4 años de edad en el solar que nací, en la Habana, contra un vecino nuestro que había decido emigrar. Entonces no comprendí que sucedía, pero fue una experiencia que se gravó en mi mente hasta hoy”. El alcalde, bastante apenado y confuso, desconversaba.
Entró en la sala de repente uno de los militantes del PT ataviado con una boina verde olivo, con una estrella roja gigante y dirigiéndose a nosotros nos intimó. “Deben salir, el senador Suplicy dice que salgan”. Yo le riposté directamente y en el mismo tono intimidante, “Yoani no va a salir de esta sala en las condiciones actuales; no hay seguridad para ella”. El petista nos dijo, “deben salir, porque el senador quiere que salgan”. Yoani continuaba callada, pero sin demostrar absolutamente ningún miedo. Yo le contesté de manera casi descompuesta, “si el senador Suplicy quiere que Yoani salga, que venga ante nosotros a decírnoslo”. El hombre salió de la salita y al abrir la puerta escuchamos que el ruido de los gritos e improperios era ensordecedor.
A cabo de algún tiempo, entró en la sala el senador, pidiéndole a Yoani que saliera. Yo le expliqué que “en esas circunstancias no había garantías para ella salir a enfrentar los manifestantes”. El senador dijo que “ellos” se habían comprometido a respetar a la bloguera. Ante la insistencia, le dije: “senador, Yoani y yo vamos a ir hasta la puerta detrás de Ud., cuando la puerta se abra, Ud. le dice que Yoani sólo sale de la sala, si ellos se comprometen a respetarla físicamente”. Suplicy aceptó la sugerencia y caminamos hacia la puerta, Suplicy delante y nosotros dos detrás. El senador pasó un poco de trabajo, desde la puerta abierta, para conseguir la atención de los manifestantes y a gritos consiguió el consenso para salir.
Yo, que abrazaba a Yoani del lado de la pared lateral para protegerla de las turbas, salimos y nos dirigimos, ya casi sin gritos, a una mesa organizada frente a los asistentes. La mesa fue improvisada con varias mesas plásticas juntas, detrás de las cuales nos sentamos, el senador Suplicy al medio, en su lateral derecho Yoani, yo a seguir y Dado Galvão a mi lado. La platea estaba compuesta por unos 50 brasileños interesados en ver el documental y conocer la bloguera, todos sentados, y unos 15-20 manifestantes, todos de pie, vociferando consignas de inicios de la revolución. Suplicy tomó la palabra y de inmediato la dio el micrófono a Yoani.
Yoani se puso en pie y habló que no tenía ningún miedo a someterse a preguntas (aludiendo indirectamente a su falta de miedo con los manifestantes), que si eso era una demostración de democracia ella estaba dispuesta a aceptar; habló sobre el parecido de los cubanos y los brasileños, habló sobre su Blog y de otros aspectos generales, dándoles a los manifestantes la palabra para preguntas. La seguridad de Yoani era muy precaria en esas circunstancias. Había una mesa plástica entre los enardecidos manifestantes, de pie y a menos de un metro de distancia, y nosotros, de manera que no resultaría difícil una agresión física. Yo le pedí a Yoani que retirara el máximo la silla hacia la parte trasera, donde había policías del cuerpo especial.
Comenzaron las preguntas, típicas. Que Yoani era miembro de la CIA, que ella no se manifestaba sobre el “bloqueo”, ni sobre la cárcel de Guantánamo, ni sobre “los 5” espías cubanos presos en EUA. La procedencia de los recursos para su extenso viaje internacional, entre otras. Los manifestantes tenían –todos-- un papel impreso en colores, probablemente por la embajada cubana, con las “orientaciones” escritas de las consignas y las acusaciones que deberían formulársele a la bloguera cubana. Yoani contesto con paciencia, humor e ironía, todas las preguntas e infundios sobre su Blog y su vida. Cuando más Yoani desmontaba las mentiras de la dictadura castrista contra ella, más se enardecían los manifestantes por la falta de base de las acusaciones. Uno de los líderes del circo romano quiso que Yoani firmara un hoja de papel escrita a mano por él diciendo que estaba en contra del “bloqueo” y que pedía la liberación de “los 5” espías cubanos. Yoani se negó a semejante propuesta, después de lo cual terminamos la reunión, con una nota promedio para Yoani de 100 puntos y con una nota 0 para la turba.
Salimos protegidos por un círculo de 6 policías del cuerpo especial, rodeándonos a Yoani y a mí, que la mantuve abrazada, esta vez por mi parte izquierda, en función de la posición de la pared lateral protectora. En la salida hubo gritos, pero no intentos de agredirla, en parte por el cordón policiaco alrededor nuestro y en parte por la paliza que Yoani les propinó esa noche.
(continuará)...
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Inmunidad parlamentaria para Fidel Castro, por si acaso
Jueves, Febrero 28, 2013 | Por Aleaga Pesant
LA HABANA, Cuba, febrero, www.cubanet.org -Era explicable la nominación de Fidel Castro a la Asamblea Nacional, porque ciertamente, son muchos los incapaces reunidos para legislar en ese parlamento de mentiritas. Un barrendero cantinflesco de Bayamo, un ponchero del ingenio azucarero Mella, son solo ejemplos. Más altos o más bajos en la escala social, pero unidos por una incapacidad para legislar en la República, nacida de la esclerosis geriátrica o la falta de estudios.
A ese coro se unió nuevamente Fidel Castro Ruz, luego de un periodo de siete años. Impensable era el regreso del cada vez más deteriorado dictador, que hizo sonreír a medio mundo con sus dislates, aparecidos recientemente en el periódico Granma, pero que aun así, impopular, medio loco y senil, fue nominado por un pequeño reparto donde viven miembros del ejército y el partido comunista. ¿Cuál era la intención?
¿La imposición de un ego enfermo y maltrecho que lo llevó a postularse, como dicen los que creen que aún está al mando? ¿Los dimes y diretes de su esposa, con tal de mantener a sus hijos en el primer nivel del Estado, tal como expresan los que se dedican a intrigas de palacio? ¿La necesidad de Raúl Castro Ruz de mantenerlo en escena para consensuar sus políticas? Poco probable por cuanto la transición de mando se hizo desde hace tiempo, y Raúl impone su agenda, como le gusta decir, “sin prisa, pero sin pausa”.
Si esas no son las razones, exhorto a los lectores a que envíen sus opiniones. Probablemente la razón de su proposición a ser parlamentario debe ser una maniobra protectora contra posibles intentos de juzgarlo de cara a cambios más profundos en la economía, las relaciones internacionales y la política.
Raúl Castro, más visionario y estratega que él, por mucho que se diga lo contrario, en el discurso de clausura en la sesión constitutiva de la 8va. legislatura, el pasado 24 de febrero, habló de los cambios en el liderazgo, con la incorporación de Miguel Díaz-Canel como Primer Vicepresidente; Esteban Lazo como Presidente del Parlmaneto, y de un nuevo Ministro del Interior (que se especula sea su hijo el General de Brigada Alejandro Castro Espín). Pero también habló de la posibilidad de una constituyente que asuma los cambios necesarios a la Ley de leyes.
Es este último punto el que crea suspicacias, toda vez que se podría abrir la posibilidad de la repatriación de exiliados y emigrados, quienes regresarán con sus dineros, sus conocimientos y sus dolores. En un marco de legalidad y de legitimidad, es probable que comiencen los pedidos de juicios contra los violadores de los Derechos Humanos y… ya se sabe en qué puede terminar el asunto. Por lo que tener un escaño en el Parlamento, daría a Fidel Castro la posibilidad de evadirlos en lo que le llega la muerte.
Algo así hizo el General chileno Augusto Pinochet Ugarte, quien antes de comenzar la democratización de su país, extendió su mandato como Jefe de las Fuerzas Armadas (hasta 1998) y se nombró Senador Vitalicio. Pretendió impedir, y lo logró, ser juzgado por los crímenes cometidos durante la dictadura que presidió entre 1973 y 1990.
Si esta lectura es correcta, vaticino un acelerón en las reformas y la búsqueda de mejores relaciones con la emigración (exilio) y los Estados Unidos.
A Dios rogando y con el mazo dando
Jueves, Febrero 28, 2013 | Por Ibis Pascual
CORRALILLO, Cuba, febrero, www.cubanet.org – Están proliferando en Cuba las llamadas Casas de Culto, templos religiosos que permiten el sano comportamiento de las personas que, afines a un credo, se reúnen para rezar, entonar cánticos espirituales y organizar ayudas a la comunidad.
Las Casas de Culto han llegado a adquirir un gran prestigio, sobre todo en las zonas rurales de la Isla, logrando en muchas ocasiones intervenir favorablemente en problemas sociales en los que el gobierno no hace voto ni acto para no verse involucrado en compromisos que no puede ni quiere cumplir.
La autonomía, el respeto a la pluralidad de ideas, el culto a la hermandad, la amistad y la alianza, que imparten estos templos entre la ciudadanía, debe traer mortificado al régimen y muy ocupadas a sus fuerzas represivas.
Sobre todo, en algunos pueblos del interior de Cuba es un imperativo que los amantes de la democracia y el progreso enfaticen que la existencia de estas Casas de Culto nada tienen que ver con la ridícula acusación del régimen de que son empleados a sueldo del “enemigo”, que sólo defienden intereses personales y foráneos.
La mayoría de estos creyentes son gente educada, y bien conocido es que por lo general proceden de los estratos más pobres de nuestra sociedad. Son simples ciudadanos que desde sus creencias personales, y no más que eso, pretenden resguardar el espíritu de sus semejantes ante el torbellino de corrupción moral y espiritual y ante el desastre económico en que los envuelve el régimen.
Quizás en el municipio de Sagua la Grande, provincia de Villa Clara, esta historia hubiera podido pasar casi inadvertida, como en otros sitios, si no fuera porque elementos ajenos y contrarios a los propósitos de la Casa de Culto situada en la calle central del poblado de Sitiecito, no hubieran resuelto mostrar sus malévolos instintos agrediendo duramente a los feligreses que allí se reúnen para intercambiar oraciones y buenos votos ciudadanos.
Y no una sola vez, sino noche tras noche, siempre que la Casa Culto de Sitiecito convoca a los pobladores, estos adeptos al régimen lanzan pedradas al local, acompañadas por groseros gritos, música a muy altos decibeles y golpes en las paredes, destinados a impedir la misión espiritual.
Consternados y llenos de angustia, el líder y muchos de sus seguidores en Sitiecito se han reunido para presentar a las oficinas del gobierno municipal las quejas sobre las ofensas de las que están siendo víctimas. Casi con la común confianza que sienten por su Dios, se han propuesto conversar con fe ante los jerarcas políticos del municipio, pidiendo de favor que los ayuden a superar la crisis, con la imposición del cese de este tipo de agresiones que ellos ni remotamente han querido provocar.
Ahora sólo les queda esperar por una respuesta oficial que presumiblemente no les llegará nunca. Su otra perspectiva, que no sería sagrada pero al menos sí más práctica, es que ellos mismos apliquen el viejo y sabio refrán “A Dios rogando y con el mazo dando”.
Jueves, Febrero 28, 2013 | Por Ibis Pascual
CORRALILLO, Cuba, febrero, www.cubanet.org – Están proliferando en Cuba las llamadas Casas de Culto, templos religiosos que permiten el sano comportamiento de las personas que, afines a un credo, se reúnen para rezar, entonar cánticos espirituales y organizar ayudas a la comunidad.
Las Casas de Culto han llegado a adquirir un gran prestigio, sobre todo en las zonas rurales de la Isla, logrando en muchas ocasiones intervenir favorablemente en problemas sociales en los que el gobierno no hace voto ni acto para no verse involucrado en compromisos que no puede ni quiere cumplir.
La autonomía, el respeto a la pluralidad de ideas, el culto a la hermandad, la amistad y la alianza, que imparten estos templos entre la ciudadanía, debe traer mortificado al régimen y muy ocupadas a sus fuerzas represivas.
Sobre todo, en algunos pueblos del interior de Cuba es un imperativo que los amantes de la democracia y el progreso enfaticen que la existencia de estas Casas de Culto nada tienen que ver con la ridícula acusación del régimen de que son empleados a sueldo del “enemigo”, que sólo defienden intereses personales y foráneos.
La mayoría de estos creyentes son gente educada, y bien conocido es que por lo general proceden de los estratos más pobres de nuestra sociedad. Son simples ciudadanos que desde sus creencias personales, y no más que eso, pretenden resguardar el espíritu de sus semejantes ante el torbellino de corrupción moral y espiritual y ante el desastre económico en que los envuelve el régimen.
Quizás en el municipio de Sagua la Grande, provincia de Villa Clara, esta historia hubiera podido pasar casi inadvertida, como en otros sitios, si no fuera porque elementos ajenos y contrarios a los propósitos de la Casa de Culto situada en la calle central del poblado de Sitiecito, no hubieran resuelto mostrar sus malévolos instintos agrediendo duramente a los feligreses que allí se reúnen para intercambiar oraciones y buenos votos ciudadanos.
Y no una sola vez, sino noche tras noche, siempre que la Casa Culto de Sitiecito convoca a los pobladores, estos adeptos al régimen lanzan pedradas al local, acompañadas por groseros gritos, música a muy altos decibeles y golpes en las paredes, destinados a impedir la misión espiritual.
Consternados y llenos de angustia, el líder y muchos de sus seguidores en Sitiecito se han reunido para presentar a las oficinas del gobierno municipal las quejas sobre las ofensas de las que están siendo víctimas. Casi con la común confianza que sienten por su Dios, se han propuesto conversar con fe ante los jerarcas políticos del municipio, pidiendo de favor que los ayuden a superar la crisis, con la imposición del cese de este tipo de agresiones que ellos ni remotamente han querido provocar.
Ahora sólo les queda esperar por una respuesta oficial que presumiblemente no les llegará nunca. Su otra perspectiva, que no sería sagrada pero al menos sí más práctica, es que ellos mismos apliquen el viejo y sabio refrán “A Dios rogando y con el mazo dando”.
Transmitíamos desde un teléfono fijo
Jueves, Febrero 28, 2013 | Por Jorge Olivera Castillo
LA HABANA, Cuba, febrero, www.cubanet.org -En las cercanías de otro aniversario de la Primavera Negra, de 2003, no puedo soslayar otro acontecimiento que también marca mi existencia, pues nací el 8 de septiembre de 1961, aproximadamente dos años y 7 meses después del período estalinista que surgió tras el derrocamiento del dictador Fulgencio Batista, en enero de 1959.
También en marzo se cumplen 20 años desde que decidí pasarme a las filas del movimiento contestatario. Recuerdo mis primeros trabajos en la Confederación de Trabajadores Democráticos de Cuba (CTDC), dirigida por Juan Guarino Martínez Guillén, un tenaz luchador por los derechos sindicales, que murió en el exilio, tras sufrir una implacable persecución que incluyó decenas de detenciones, golpizas y encarcelamiento.
De servir como editor de la televisión nacional durante una década, me situaba en un terreno desconocido con una mezcla de ingenuidad e incertidumbre. No tenía las claves para comprender, en profundidad, las consecuencias de mi decisión. Era como un niño que aprendía a caminar sin preocuparme mucho por los tropezones y las caídas.
Poco a poco, en el fragor de las nuevas responsabilidades, llegó la madurez y la consolidación de los principios que me llevaron a soltar las máscaras y los disfraces que la mayoría de los cubanos usan para no buscarse problemas con el poder.
Después de un arduo trabajo en la referida entidad sindical, decidí pasarme a las filas del periodismo independiente, desde 1995. Ser parte de la agencia de prensa Habana Press, encabezada por Rafael Solano Morales, resultó otra prueba de fuego. En aquella época no había internet, ni teléfonos celulares. Las noticias las transmitíamos a través de un teléfono fijo, a merced del boicot de la policía política. Suspensión del servicio por varios días, cortes imprevistos que dejaban inconclusa la nota informativa, se sucedían de manera cotidiana.
Una vez fuimos torturados por espacio de varios días, con el incesante timbrar del teléfono. Era imposible distinguir entre las llamadas verdaderas y las falsas. Solano y su familia apenas podían conciliar el sueño en las noches, por causa de la letanía monocorde.
En 1999, asumí la dirección de la agencia, hasta el 2003, año en que se desató la ira gubernamental contra 75 líderes opositores e integrantes de la sociedad civil alternativa. Me apresaron el 18 de marzo, y el 5 de abril fui sancionado, junto a tres colegas, en un juicio amañado, con la presencia de numerosos agentes y al que solo pudieron asistir dos familiares por cada uno de nosotros.
Recibí una condena a 18 años de cárcel. Como “regalo” adicional, me enviaron a la prisión de Guantánamo, situada a más de 900 kilómetros de mi lugar de residencia. Estuve cerca de un año en una celda de aislamiento, en condiciones deplorables. Posteriormente, me trasladaron a un cubículo ocupado por delincuentes comunes de alta peligrosidad.
Más adelante, me convertí en un huésped de la prisión de Agüica, ubicada en el municipio de Colón, de la provincia de Matanzas, a 100 kilómetros al este de La Habana. Un centro penitenciario también de mayor rigor y famoso por la brutalidad de los carceleros.
El 6 de diciembre de 2004, me fue concedida una Licencia Extrapenal por motivos de salud. Es decir, que aunque no continúe tras las rejas, técnicamente sigo formando parte de la población penitenciaria. Puedo ser devuelto a prisión sin necesidad de un nuevo juicio.
Me place recordar esta coincidencia donde se une la tragedia y el regocijo. En marzo de 1993 inicié está carrera hacia adelante, y sin pausas, por la libertad de Cuba, postura que me hubiese gustado tomar mucho antes. En marzo de 2003, por voluntad de Fidel Castro, inicié mi recorrido por el siniestro mundo carcelario.
En marzo de 2013 sigo en Cuba, sin ocultar mis discrepancias con el régimen de partido único, saltando las barreras de los miedos y decidido a no declinar en mis esfuerzos por refundar una república sin las taras de las unanimidades y las intolerancias.
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