viernes, 27 de mayo de 2011
Tras la pista de Carlos Otero
Han pasado tres meses y no se ha vuelto a saber de él, ni si salió del hueco - o se pellizcó por fin - de ese sueño a lo Alicia persiguiendo un conejo en este mundo americano de las maravillas.
Pilar Ayuso 27 de mayo de 2011
Carlos Otero en "Pellízcame que estoy soñando"
“Siempre pienso que las cosas suceden porque después viene algo mejor”
¿Dónde está Carlos Otero que no aparece ya ni en los centros espirituales?
La suplencia temporal de la que hablaba el dueño del canal AméricaTevé que lo contrató se ha convertido en permanente. Hasta hoy sabemos que su programa Pellízcame que estoy soñando, que duró tres años, fue reemplazado por sus colegas Carlucho y Omar Moinello y que mientras esperaban el regreso de su figura principal con esperanzas cada vez más remotas, fueron distanciándose del formato original, y apareció ¡Ke fuerte!, sin previo aviso a los televidentes, donde diariamente se notaba la improvisación y el experimento de nuevas fórmulas que no acaban aún de cuajar para lograr un programa con personalidad propia. Y Carlos seguía sin aparecer, su imagen se envolvía de intriga.
Numerosos rumores circularon en torno a la sorpresiva ausencia de Otero, los medios aseguraron que se trataba de un mal momento emocional, se habló de depresión que luego se hizo evidente en desafortunada entrevista a Cary Bernal, donde se le vio francamente triste y devastado, reconociendo su crisis.
Otras fuentes rectificaron que su verdadera crisis no era otra que el descenso en los niveles de audiencia. Rumores callejeros afirmaron que su problema era el gorrión que sufre el emigrante en nueva tierra, o que había alcanzado las alturas de la fama en Miami demasiado rápido, sin faltar las malas lenguas que desenredaron la pita, asegurando que, simplemente, la causa de su mal era su esposa que lo había dejado, o que la bella Eloísa le había roto el corazón…
Poco después, en entrevista con el periodista Pedro Sevcec, quien sustituía a Oscar Haza en A mano limpia, aparece un Otero más centrado. “Yo he tenido que hacer de tripas corazón para salir de este hueco muy solo”, declaró el animador. “Encontré en ese mundo oscuro en el cual me metí, que todavía estoy vivo y tengo muchas cosas por qué
luchar.”
Entonces sí que se perdió… de los pasillos de los medios. Ya no sale en los periódicos, en las entrevistas, en la internet, y ni siquiera sus colegas de la tele han vuelto a pronunciar una palabra de él.
Se busca por todas partes, en los centros espirituales de Hialeah, en Canadá otra vez – huyendo del bochorno (léase calor) miamense-, o tal vez en Sao Paulo buscando brasileira sustituta en clases de samba y bossa nova, pero nada de esto ha sido confirmado.
Lo último que anda por ahí es que Otero ha recibido un menú de jugosas ofertas para animarlo a volver a divertir a su gente y parece que se encuentra, por ahora, “cocinándolas” en el barbecue de su jardín.
“Siempre pienso que las cosas suceden porque después viene algo mejor”, ha dicho el famoso presentador.
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