MIÉRCOLES, 25 DE DICIEMBRE DE 2013 00:00
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Cuba actualidad, Habana Vieja, La Habana, (PD) Recientemente vi el programa que la Mesa Redonda le dedicó al tema de la Banca cubana, y la divulgación de un torrente de quejas y sugerencias de parte de la población. Me quedé perturbado cuando supe, por el propio canal oficialista, lo mal que funciona en Cuba el mecanismo interno de la Banca.
Entonces entendí el mal camino de nuestro tesoro público y por qué no es necesario en Cuba ser licenciado en economía para medir el daño que los brothers de Birán le han ocasionado a la economía desde que secuestraron el poder político.
Me asombré cuando un cómplice de la Mesa Redonda reconoció ante los televidentes que miles de jubilados en meses pasados se han quedado sin cobrar sus pensiones porque la Banca cubana no ha tenido liquidez para pagarles o se ha interpuesto entre el Estado y los pensionados un mecanismo burocrático.
También me sorprendió favorablemente que la Mesa Redonda decidiera dedicar los viernes de cada semana a reflexionar sobre nuestra crisis nacional, y darle vacaciones a la crisis del euro, el problema de Grecia y España, y recientemente a las desigualdades arancelarias entre la Unión Europea y Ucrania, pueblo a quien Stalin ordenó exterminar por hambre en el año 1934 con un saldo de 7 millones de muertos.
Para mejor exponer el fracaso del modelo socialista de la revolución de los brothers de Birán no necesariamente se le puede achacar al embargo y las políticas norteamericanas toda la culpa.
El actual Gobierno cubano tiene que volver sus ojos hacia el interior de nuestra economía y no estar tan pendiente de lo que hacen nuestros vecinos o en otros países del mundo, y redescubrir o reconocer que hay grandes sectores de nuestra población que viven en absoluta miseria, y que ahora mismo son las personas de la tercera edad las más golpeadas por una administración infame de nuestros recursos nacionales.
Después de todo, precisamente muchos miembros de la tercera edad sacrificaron su juventud para ayudar a mantener y fortalecer hasta nuestros días la actual miseria nacional en la que vivimos casi todos, y ahora, como un castigo de la providencia, están pagando su error. El error de haberse creído que algún día harían de la sociedad cubana un mundo mejor.
En este programa especial personalidades participantes reconocieron ante las cámaras de la televisión que muchos cubanos no le tienen confianza a la Banca Cubana y prefieren guardar su dinero en sus casas.
Pero no seamos del todo pesimistas. El hecho de que la oficialista Mesa Redonda haya comenzado a abordar temas internos de nuestra sociedad es una buena noticia después de tantos años de ser manipulados por la dictadura del silencio.
Ahora los que se tienen que poner los patines son el Noticiero Nacional Cañero de nuestra Revolución que no tiene un oponente público que saque la cara por nuestro pueblo.
Aunque en honor a la verdad estos infortunados periodistas y voceros del régimen sólo se limitan a leer los mensajes dirigidos al pueblo desde la más alta dirección del país, y por eso la dictadura les paga y les permite tener cierto nivel de vida muy superior al resto del pueblo.
Uno de sus privilegios es que no son perseguidos ni acosados por las fuerzas represivas del Ministerio del Interior cubano. Y es muy cómodo poder escribir sin acoso, aunque... ¿tendrá algún valor lo que escriben? Pero pienso que algunos de estos periodistas sufren quizás un acoso peor que el de los periodistas independientes: el de sus propias conciencias.
El día que el Gobierno consienta un programa de televisión independiente de los criterios del Partido Comunista de Cuba, será porque se sentirá más seguro en su política, pero los niveles de audiencia del único noticiero que ahora tenemos disminuirán, y finalmente ya no tendremos que ver todos los días de nuestra vida el mostacho histórico de su conductor, el Sr. Rafael Serrano; cuyo rostro se endurece a medida que los acontecimientos nacionales anuncian el inevitable cambio cubano, la expresión de sus ojos grita desabrimiento, y sus movimientos ante las cámaras han dejado de ser naturales para encartonarse antipáticamente.
No es para menos. Este locutor fue el que tuvo que anunciarle al pueblo de Cuba el fusilamiento del ex general Ochoa y otros tantos importantes oficiales del Ministerio del Interior. Ahora sólo Dios sabrá cuántas noticias más aterradoras tendrá que ofrecer al pueblo. A mí no me gustaría estar en su pellejo.
Creo que me fui del tema de la Banca Cubana. La telaraña de nuestra vida nacional es tan complicada que tocar un tema necesariamente significa hurgar en otros.
Para Cuba actualidad: ramon597@correodecuba.cu
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