martes, 25 de febrero de 2014

Balseros cubanos acusan al Gobierno de Martinelli de engañarlos

Balseros cubanos acusan al Gobierno de Martinelli de engañarlos

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Inician una huelga de hambre ante el Ministerio panameño de Relaciones Exteriores. 'Estamos como perros en la calle', dicen.
Balseros cubanos asilados en Panamá iniciaron el lunes una huelga de hambre por considerar que han sido engañados por el Gobierno de Ricardo Martinelli, al que exigen que les conceda la nacionalidad panameña o los saque del país porque viven "como perros", reporta la AFP.
"Queremos la nacionalidad panameña, que fue lo que nos prometieron a nosotros y si no vamos a pedir a gritos que nos saquen de Panamá", manifestó Edelis Savón, un integrante del grupo.
"El asilo fue todo una mentira, venimos como asilados y aquí estamos como perros en la calle sin privilegios ni nada", agregó Savón.
La mañana de este lunes, siete cubanos se instalaron en un pequeño jardín en la Plaza Bolívar, frente al Ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá, en el barrio capitalino de San Felipe, equipados con catres para dormir y portando pancartas alusivas a su situación.
Iniciamos "la huelga de hambre reclamando nuestros derechos como asilados políticos en este país al que nos trajeron engañados", aseguró Eulises Benítez, uno de los siete cubanos que comenzaron la protesta.
El grupo está formado por cinco cubanos de los nueve que llegaron asilados a Panamá el 5 de septiembre pasado, tras haber sido detenidos en Bahamas, país en el que aseguran haber sufrido maltratos.
De esos cinco, dos lograron llevar posteriormente al país centroamericano a sus esposas, quienes ahora también son asiladas y protestan junto a ellos.
Los denunciantes aseguran que cuando les concedió el asilo, el Gobierno panameño les prometió que iban a tener documentos legales con los que podrían encontrar un trabajo, tener una casa y traer a sus familias.
Sin embargo, aseguran que son rechazados por los empresarios por ser extranjeros y que los documentos que tienen no les permiten encontrar empleo, alquilar una vivienda o sacar de los bancos el dinero que sus familias les envían desde Estados Unidos.
"Aquí no hay maltrato pero la guerra sicológica sigue y estamos metidos en un laberinto sin salida", dijo Yudián Chala, otro de los huelguistas.
De los nueve que llegaron a Panamá, cuatro se fueron vía terrestre a Estados Unidos.
"No aguantaron esto y prefirieron irse", dijo Chala, según el cual por viajar a Panamá el grupo perdió la oportunidad de irse a Suecia y Holanda, países que —aseguran— también les concedieron asilo.

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