Cuba está apoyando el incremento de la represión en Venezuela. Y lo más asombroso, ante los oídos casi sordos de la comunidad internacional, incluyendo a Estados Unidos
martes, febrero 24, 2015 | Jorge Ros | 0 Comentarios
MIAMI, Florida — Indudablemente que los problemas más serios y difíciles de manejar para Estados Unidos como país, son sus relaciones diplomáticas con Cuba y Venezuela. Esto se ve como un jeroglífico, porque es muy difícil separar los tratos y contactos entre los tres países.
Estados Unidos desea normalizar sus relaciones con Cuba para cambiar una política que por décadas no funcionó. El ofrecimiento a Cuba ha sido generoso, pero para Cuba no es suficiente. Públicamente, y en escenarios que no son los adecuados, Cuba ha hecho exigencias adicionales a las que se hablaron el 17 de diciembre. Si lo hizo como bravuconada, va a ser difícil que se retracte después aunque con Cuba todo es posible.
El principal problema es cómo se van a normalizar las relaciones diplomáticas con el “enemigo común” de Cuba y Venezuela. Es un absurdo que mientras Cuba apoya a Venezuela en la radicalización y en el anti-yanquismo, negocie con el supuesto enemigo común. Esas dos situaciones parecen ser mutuamente excluyentes; o sea, si se da una, no se puede dar la otra.
Pero las señales son mixtas y mientras Cuba reduce las tarifas de acceso a Internet en un 50% y el “número dos” Miguel Díaz Canel declara que se incrementará y facilitará el acceso a la Internet (que es uno de los acuerdos iniciales del 17 de diciembre) por otro lado se arrecia la represión, y en un solo día Cuba encarcela más cubanos que los que liberó de acuerdo a las negociaciones previas. Desde luego, oficialmente los derechos humanos no forman parte de ningún acuerdo.
Es indiscutible que el convenio Cuba-Estados Unidos, implica que Cuba haga una serie de cambios que sobrepasan la naturaleza propia de Raúl Castro y excede lo que puede digerir. Por eso las negociaciones se van a atorar muchas veces y salvo que Estados Unidos realice concesiones que no están programadas, se harán interminables. De todas formas, Raúl Castro no tiene prisa y como bien decía el expresidente español José María Aznar, su interés principal es conservar el poder mientras viva. Por eso coincido, y ya lo he expresado anteriormente, en que la Biología juega un papel fundamental en lo que pueda pasar en Cuba, y la mejor estrategia sería preparar el camino para cuando ocurra un relevo generacional, que confiemos que se dé, y que el mando no pase a un Castro Jr.
Lo principal que se iba a obtener de los acuerdos ya está en camino. El pueblo se sacudió y cambió sus expectativas. Habrá más contactos de pueblo a pueblo. Estados Unidos eliminó restricciones a la venta de numerosos productos y quitará a Cuba de la lista de naciones que promueven el terrorismo. O sea, movió la pelota a la cancha de Cuba y si se logra ampliar el acceso a la Internet todavía mejor. Restablecer o no relaciones y abrir o no una embajada es algo circunstancial. Es solo cambiarle de nombre al edificio. Los contactos pueblo a pueblo tendrán un impacto sin duda será beneficioso.
Pero paralelamente, Cuba está apoyando el incremento de la represión en Venezuela. Y lo más asombroso es que todo está sucediendo ante los oídos casi sordos de la comunidad internacional, incluyendo a Estados Unidos.
Lo creamos o no, hoy Venezuela registra una escasez de productos comparable y quizás hasta mayor que la de Cuba. Hay venezolanos que piden a amigos cubanos que les compren en Cuba productos de primera necesidad. Venezuela no tiene suficientes dólares y no se ve que una recuperación que pueda ser rápida.
La escasez venezolana provoca protestas, y las protestas provocan un incremento de la represión. Por eso no creo que las elecciones legislativas se lleven a cabo, pues el actual gobierno, con una popularidad del orden del 22% no se jugará a perder el control legislativo con las implicaciones que eso traería. Por eso la receta es mayor represión, y hasta un auto-golpe de estado que reemplace a Maduro sin que el Chavismo ceda el poder. Mientras tanto, Maduro le echa la culpa de todos los males a las empresas y a los norteamericanos. Más expropiaciones, más represión y más acusaciones e insultos a los norteamericanos podrían llevar a un rompimiento de las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Estados Unidos.
Sería incoherente que mientras Estados Unidos busca restablecer relaciones con Cuba, al mismo tiempo se rompieran las relaciones diplomáticas con Venezuela que es el principal socio de Cuba, y que depende de la dirección logística cubana en los temas de seguridad interior y represión a la oposición, pero es uno de los escenarios posibles.
Si es casi imposible predecir lo que va a suceder en las negociaciones Estados Unidos – Cuba, todo lo que se ve en el horizonte para Venezuela es negro. Venezuela va de mal en peor, y no se ve como esa tendencia pueda revertirse.
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