miércoles, 6 de abril de 2016

El agridulce camino del sirope a granel


ECONOMÍA

VICENTE MORÍN AGUADO | La Habana | 5 Abr 2016 - 6:38 am. | 1

Punto de venta de sirope. (V. MORÍN AGUADO)
Recorremos una porción significativa de los vericuetos por donde transita día a día el sirope de esencia de frutas, "extracto" le llaman también, un producto vendido a granel, de gran demanda.
"Vienen los muchachos de la escuela, hambrientos por la edad y porque la merienda escolar es poca cosa. Entonces ¿cómo los lleno?, pues les pongo el 'pepino' de sirope, agua fría, unos panes con lo que sea adentro y ya está", dice una compradora.
"Bien frío, dulce, ahorramos azúcar de la poca que dan en la cuota, es un salvavidas diario, no solo para los muchachos, también para nosotros los mayores", añade. "Lo malo es que no alcanza, se acaba pronto porque están los compradores con sus tanques de hasta 50 litros y a veces pasan días sin que surtan".
Visitamos seis puntos de venta en los municipios Centro Habana y La Habana Vieja: Salud entre Campanario y Lealtad; Árbol Seco, complejo de mini mercados; Sol y Muralla; Agramonte y Corrales y, Villegas entre Muralla y Teniente Rey.
Además del plato fuerte llamado sirope, ofertan indistintamente refresco con leve contenido de gas, el cual se esfuma escasos segundos después de servido porque los enormes tanques de almacenamiento carecen de condiciones para preservar el CO2. Los sabores frecuentes son Piña, Naranja, Cola y Limón. Adicionalmente hay vino dulce moscatel y una combinación de alcohol con limón y azúcar que llaman Daiquirí.
Los dependientes repiten, cansados, la misma explicación cuando el público requiere el producto en falta: "En la fábrica no hay azúcar; cuando entra, un buchito, nos avisan y viene la pipa".
Hace 70 años éramos en primer exportador mundial, ahora somos importadores con destino a la demanda nacional.
Así y todo, hay puntos más surtidos, como el de la calle Salud, debido a que algunos administradores gestionan mejor y logran que les provean primero. Definitivamente es un negocio, porque la mercancía a granel se mide en aproximados, lo cual permite a los vendedores sacar dividendos.
El cliente debe llevar su envase. Predominan los "pepinos", pomos plásticos de litro y medio, originalmente empleados en refrescos gaseados vendidos a 1.50 CUC en las llamadas tiendas recaudadoras de divisas.
La medida cuesta 10 pesos moneda nacional si es sirope y dos pesos cuando se trata del refresco. El equivalente a una botella de ron, en vino o daiquirí, se vende a 12 pesos.
La higiene deja mucho que desear porque en los puntos de venta no hay condiciones mínimas; se trata de antiguos derrumbes habilitados para esas funciones, algún caserón antiguo deshabitado o tal vez lo que fuera el portal de una industria venida a menos.
La nueva modalidad son los compradores al por mayor. Hay quiénes se llevan de una vez seis tanques de  50 litros cada uno, ante la mirada ansiosa del vecindario que espera su turno para comprar tal vez dos "pepinos" destinados a su hogar.
Un dependiente le replica al cliente molesto por la demora y la posibilidad de que se acabe el sirope: "No estamos en el derecho de hacer nada al respecto, la venta es libre, son trabajadores por cuenta propia".
Desde el público critican: "Compran el extracto para hacer refresco gaseado y lo venden en sus cafeterías".
Requerido por los que esperan, uno de los eventuales revendedores se defiende: "No existe comercio mayorista para nosotros, si queremos vender refrescos, tenemos que comprar aquí. Además, el azúcar está muy cara en la calle".
El gaseado que venden los cuentapropistas, de mejor calidad, cuesta dos pesos el vaso. El sirope se multiplica por cuatro al ligarlo con agua. La pregunta es ¿de dónde sacan el dióxido de carbono? La única respuesta está en el mercado negro porque la fabricación de gases industriales es monopolio estatal.
Tal y como suele ser norma en Cuba, estamos ante una rara combinación de lo legal con lo ilegal, de la vista fina con la vista gorda. Monopolios estatales, gente desesperada por un alimento energético relativamente barato dentro de un mercado cada día más caro. Definitivamente estos productos no son tan deliciosamente azucarados, más bien combinan, al estilo chino, el agridulce.

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