viernes, 5 de febrero de 2010
DE ESPALDAS AL PUEBLO
Por Ramón Dìaz MarzoPublicado Hoy
Habana Vieja, La Habana, 4 de febrero de 2010, (PD) La política cultural de la dictadura de los hermanos Castro, no sólo puede calificarse como terrorismo contra la cultura nacional e internacional por la persecución de artistas y escritores durante las primeras 4 décadas de la Revolución y la negación de la cultura de otros países, como cuando se dedicaron a perseguir a la juventud cubana e internarlos en los Campos de Concentración de Camagüey conocidos como la UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción) por el delito de poseer discos de los Beatles, sino que aún hoy actúan como si el gusto estético y ético del pueblo no existiera. Gobiernan de espalda a los intereses de la nación, como si los cubanos no existieran; como si la opinión de los cubanos, la idea que tienen los cubanos de cómo deben ser las cosas, sus aficiones, ilusiones, metas de realización, no contaran.
La buena suerte de los hermanos Castro para continuar ejerciendo una gobernabilidad disparatada no deja de asombrarme y levantar mis sospechas de que siempre fueron ayudados y aún reciben ayuda. Y no me refiero a la ayuda de sus “hermanos políticos”, sino a la ayuda de los que dicen que son sus adversarios políticos. Por mucho que he reflexionado cuál podría ser una causa que tenga SENTIDO COMÚN para justificar su modo de dirigir al país, nada encuentro. No tengo ninguna explicación lógica o real para comprender por qué llevamos 50 años en este estado de cosas.
Tomemos por ejemplo el caso de la televisión nacional cubana actual. Lo que al principio prometía ser una idea genial, como “Universidad para Todos” (fundada en el año 2001), que comenzó con cursos de literatura impartidos por los escritores y estupendos comunicadores Eduardo Heras León y Francisco López Sacha, han terminado con unas aburridas clases de primaria y secundaria elemental; programas que sólo fueron grabados una sola vez y todos los años los repiten. Estos programas de enseñanza primaria y secundaria deben de transmitirse en el interior de las escuelas y no lanzados a las ondas hertzianas para una audiencia nacional que ya no necesita saber que 2 + 2 son 4.
Conozco a varias personas que trabajan en el Canal Educativo, que es el canal 4 y los 365 días del año trasmite clases diariamente. Lo único que podría ser un poco interesante son las clases de diferentes idiomas y las de ajedrez los sábados. Estas personas me dijeron que las lecciones del Canal Educativo eran basura mal confeccionada.
La política cultural del gobierno es un desastre, pero peor es el menosprecio que las autoridades sienten por el pueblo al que le ofrecen una programación televisiva (con la excepción de las películas que un crítico de cine expone los viernes) que yo diría que es para fomentar aún más el descontento político en la conciencia del pueblo.
También se podría pensar en la ausencia de la propiedad privada, que origina que no haya competencia. Tal vez si los canales de la televisión cubana tuvieran dueños privados que no necesariamente respondieran literalmente a las consignas políticas de la dictadura, la televisión cubana, a pesar de la falta de recursos, se convertiría, como en un tiempo lo fue, en la mejor televisión del mundo.
Pero este grupo de tristes personajes que se han autodenominado los Comandantes de la Revolución, han violado impunemente todos los derechos humanos individuales de los cubanos y nadie, absolutamente nadie, le ha puesto freno a sus desmanes. Es como si Cuba (su pueblo) haya sido abandonado por la comunidad internacional y tengan (los hermanos Castro) la aprobación cómplice de las grandes potencias, aunque estas se manifiesten públicamente de un modo que parece que defienden al pueblo de Cuba.
En la actualidad ya no persiguen a los escritores y artistas hasta donde nosotros sepamos, sino a los periodistas independientes, es decir, los periodistas libres que no responden a las consignas dictatoriales. El caso es que esta Revolución, esta Dictadura, este grupo de tristes personajes autodenominados los Comandantes de la Revolución, nunca serán amigos del pueblo cubano. Ellos siempre serán así, acosadores y contrarios a la libertad del pueblo de Cuba hasta el final de sus vidas.
ramon597@correodecuba.cu
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