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Por Luis Jaime Acosta
BOGOTA (Reuters) - El presidente de Colombia dijo el martes que consideraría reunirse con el máximo líder de las FARC para acelerar la negociación de paz que busca poner fin a 50 años de conflicto, pero advirtió que si los colombianos rechazan lo que se acuerde en la mesa de diálogo el país continuará en guerra.
Juan Manuel Santos, quien inició en Cuba conversaciones de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en noviembre, reiteró que el tiempo de la paz es "ahora o nunca", pero advirtió que los acuerdos de la negociación deben ser ratificados con el voto popular.
"Si hay necesidad en algún momento para que el proceso sea exitoso de tener una reunión de esa naturaleza, no lo descartaría", declaró Santos en una entrevista con W Radio.
"Pero depende también de las circunstancias y las razones, en esto no puede ser uno totalmente contundente y ser radical. No lo descarto", precisó Santos sobre un posible encuentro antes de firmar un acuerdo de paz con Rodrigo Londoño, alias "Timochenko", el máximo líder de las FARC.
Más de 30 comandantes e integrantes de las FARC se encuentran en La Habana como parte del equipo de negociadores del grupo guerrillero que busca llegar a un acuerdo con el Gobierno sobre cinco grandes temas para poner fin al conflicto interno de casi cinco décadas que ha dejado más de 200.000 muertos y millones de desplazados.
El presidente envió la semana pasada al Congreso un proyecto de ley que, de ser aprobado, permitiría ratificar a través de un referendo -que se realizaría conjuntamente con las elecciones legislativas o presidenciales del 2014- los eventuales acuerdos que se logren con la guerrilla.
Pero si los colombianos rechazan los eventuales acuerdos pactados entre las partes, el país seguiría en guerra, reconoció el mandatario, un economista de 62 años.
"Pues que no hay proceso de paz. Así de sencillo. Seguimos en la guerra", respondió Santos cuando le preguntaron sobre las consecuencias de un rechazo en las urnas de los posibles acuerdos con la guerrilla.
Aunque la mayoría de los colombianos apoya la negociación, duda de que se pueda alcanzar pronto un acuerdo.
Al mismo tiempo crecen los temores de líderes como el ex presidente Álvaro Uribe a que el Gobierno pueda hacer demasiadas concesiones, como la posibilidad de que los jefes rebeldes puedan ser elegidos congresistas sin cumplir condena por sus crímenes.
FARC EN CONTRA DEL REFERENDO
Las FARC rechazaron la iniciativa del referendo e insistieron en convocar una Asamblea Nacional Constituyente para que el pueblo valide los posibles acuerdos que se alcancen para terminar con la confrontación.
Pero el Gobierno sostiene que el mecanismo propuesto por la guerrilla no es idóneo porque abre la puerta a una reforma constitucional, y no se está negociando el modelo político ni económico del país.
Las FARC han enfrentado a una docena de gobiernos desde que se formaron en 1964 como un ejército de campesinos que luchaba por una reforma agraria y otras reivindicaciones sociales.
Pese a que se han debilitado por más de una década de ofensiva militar apoyada por Estados Unidos en la que murieron varios de sus líderes y miles de combatientes desertaron, aún tienen la capacidad de realizar ataques de gran impacto contra las Fuerzas Armadas y la infraestructura económica del país.
Recientemente, las FARC han tratado de aumentar su influencia política en las zonas rurales, apoyando una protesta de agricultores que contó con bloqueos de carreteras, incendios de vehículos y enfrentamientos con la policía que presionaron al Gobierno.
Un eventual encuentro entre Santos y Timochenko, que permanece en la clandestinidad y por quien Colombia y Estados Unidos ofrecen una millonaria recompensa, sería el primero desde que el ex presidente Andrés Pastrana se reunió con el fundador del grupo, Manuel Marulanda, durante las fallidas conversaciones de paz que colapsaron en el 2002.
Como parte de la negociación que incluye cinco grandes temas -y en la que actualmente se discute sobre las garantías para que la guerrilla deponga las armas y se transforme en un partido- las FARC propusieron que se dé al pueblo acceso directo a los entes públicos que diseñan las políticas económicas del país.
"Las definiciones acerca de la orientación estratégica del proceso económico, de la política macroeconómica, así como de la inserción de la economía colombiana en la economía mundial y en los procesos de integración, no puede ser un asunto exclusivo de élites y poderosos grupos económicos", sostuvo la guerrilla.
Las FARC pusieron el tema sobre la mesa un día después de reanudar las conversaciones tras una inesperada interrupción el viernes pasado, e ignorando la negativa del Gobierno a negociar el modelo político y económico del país sudamericano.
Bajo el principio de que "nada está acordado hasta que todo esté acordado", la negociación se lleva a cabo mientras sigue desarrollándose el conflicto armado por la negativa del Gobierno de firmar un cese bilateral del fuego, como lo propuso la guerrilla.
El Gobierno argumenta que las FARC podrían utilizarlo para sacar ventaja militar y prolongar indefinidamente el diálogo.
(Reporte de Luis Jaime Acosta, reporte adicional de Nelson Acosta en Cuba; editado por Hernán García)
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