Cuba actualidad, Centro Habana, (PD) "Señor Arco Iris, vamos a robar/ los lindos billetes del Banco Nacional/ Se lanza una piedra por ese cristal/ se mete la mano se saca el dineral/ para así los niños podernos comprar/ las cosas más ricas del mundo"...Así reza una canción que suele escucharse últimamente a los niños de primaria.
Profesores y directores conocen esta y otras parodias que tararean los infantes con alegría e inocencia a la hora del receso.
Ahora mismo hay otra nueva parodia referente a la incapacidad económica de los padres para garantizar los regalos del Día de los Reyes Magos, que el socialismo cubano en los años 70 y 80 satanizó como "rezagos del capitalismo" y "diversionismo ideológico". En esta canción, los niños culpan a Santa Clauss, a quien en el estribillo lo incluyen en la nómina de dirigentes corruptos. Dice: "Santa Claus, Santa Claus, viejo descara´o/ te robaste los juguetes del año pasa´o."
La desnaturalización y el deseo de emigrar ya se manifiesta a esta temprana edad. Los niños muestran admiración por todo aquel que emigra y por los extranjeros. Con ironía, en otra parodia enfrentan la autoridad de sus mayores y destacan la competitividad con que se vive en el hogar: "El niño robot, le dijo a la abuela/ que le diera cuerda para irse pa' afuera/ la abuela le dijo con mucho respeto/ primero la abuela y después el nieto/Track track, track".
Hay una marcada diferencia con respecto a la picaresca en las parodias musicales de los niños de los años 60 y 70. A aquellos niños se les inculcó que el socialismo era la confianza del futuro. Ellos serían el hombre nuevo profetizado por Ernesto Guevara, que sacaría a Cuba del subdesarrollo.
Los niños de hoy son ya los nietos de aquellos niños de los años 60 que vieron frustrados sus sueños. Estos abuelos, que con su ingenuidad contribuyeron a un cúmulo interminable de errores y disparates, son presos de una sociedad que se les ha vuelto irreconocible, a una edad que apenas les permite marcharse al exterior para comenzar una nueva vida porque esta ya se les escapa, en un mundo que cada día se desarrolla más y del cual la Revolución los divorció por varias décadas.
Hoy, esos abuelos, ninguneados, tienen que sentarse y sonreír ante lo razonable de los cánticos de los más pequeños del hogar y suspirar por la añoranza de una Eva María que "con su bikini de rayas, tomaba el sol en la playa".
Para Cuba actualidad: lizama1961@gmail.com
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