Cuba actualidad, Capdevila, La Habana, (PD) Leí con atención el discurso de Miguel Díaz-Canel Bermúdez, vicepresidente del gobierno cubano, en la clausura del Primer Taller de Informatización y Ciberseguridad que se celebró los días 18, 19 y 20 de febrero y que tuvo por sedes el Palacio de las Convenciones y el Centro de Investigaciones de Tecnologías Integradas (CETI) del Instituto Superior Politécnico “Jose Antonio Echeverría”.
También leí el trabajo colectivo de tres periodistas que fue publicado por el diario Granma el 19 de febrero con el titular “Informatización de la sociedad, un motor de la economía”, y ese mismo día, en el diario Juventud Rebelde, el extenso artículo del periodista Yurisander Guevara titulado “Las bases estratégicas de la informatización cubana”.
Tanto Díaz-Canel como los autores de los dos artículos periodísticos tuvieron sumo cuidado en dejar clara su posición en lo referente a todo este propagandizado proceso de informatización de la sociedad cubana, que no hay ninguna duda de que está dirigido y tutelado por el Departamento Ideológico del Partido Comunista.
Ajustados al guión que le entregaron, Díaz-Canel y los periodistas aseguran que el Partido y el Gobierno tienen la voluntad de poner Internet al servicio de todos, con una inserción efectiva de los cubanos a esta tecnología.
Se ha hecho costumbre de los dirigentes del gobierno, y los adocenados voceros de las organizaciones satélites y verticalistas que giran en su órbita y que son eufemísticamente presentadas como Organizaciones No Gubernamentales -la autorizada sociedad civil- que no dejen de señalar que tales tareas responden a la actualización del modelo socialista, que tiene como soporte los Lineamientos Económicos, aprobados en abril de 2011 en el VI Congreso del Partido. Pero en este caso de la informatización y el despliegue masivo de Internet, llama la atención que ni Díaz-Canel ni los periodistas de los diarios Granma y Juventud Rebelde, hicieron referencia alguna a los Lineamientos Económicos.
En dichos Lineamientos, cuya implementación está envuelta en un gran secretismo, no aparece nada referido a los servicios y mucho menos a la Tecnología de la Información y las Comunicaciones (TIC).
Sin embargo, al finalizar el año 2014, la exportación de servicios especializados, las remesas, el turismo, la recaudación por el pago de los servicio telefónicos internacionales y las recargas de celulares, reportaron las mayores entradas de divisas al presupuesto nacional, muy por encima de la producción de bienes.
En su discurso, el vicepresidente Díaz-Canel expresó: “Hay una responsabilidad del Estado que presupone la convivencia con otros derechos a la información y la comunicación. El derecho de todos a Internet supone deberes en relación con su uso adecuado conforme a la ley y supone la responsabilidad de velar por la defensa del país, para que no haya duda que Internet debe ser una herramienta al servicio del desarrollo humano sostenible de la nación”.
Con tal afirmación ha quedado claro que las TIC y particularmente Internet no estará a disposición de la ciudadanía para contratarla de manera libre y utilizarla sin ninguna restricción, como ocurre en la mayoría de los países del mundo.
A aquellos que de manera eufórica se atrevieron a decir que por fin los cubanos tendrán Internet sin restricciones, les cayó encima un cubo de agua fría con el discurso del segundo hombre del gobierno y del Estado.
Como explicó Díaz-Canel, el proceso de informatización del país es dirigido por las máximas instancias del Partido, el Buro Político, el Estado y el Gobierno.
Para aplicar sus políticas restrictivas, de control y censura tienen al Consejo de Informatización y Ciberseguridad(CIC), del cual nunca se ha hablado y ahora nos enteramos que existe desde hace dos años. Su función es coordinar y controlar las políticas y estrategias integrales que hoy se aplican en el campo de las TIC.
Para el eficiente funcionamiento del CIC, el gobierno cubano cuenta con el asesoramiento y los recursos materiales que le proveen China y Rusia, como resultado de los acuerdos firmados con los mandarines orientales y los oligarcas del Kremlin. El pueblo cubano desconoce en qué consisten dichos convenios y la extensión de los mismos.
El funcionamiento del CIC copiará el diseño de control, censura y represión informática que aplica de manera implacable el gobierno chino contra los cibernautas, lo conocido como la “cibermuralla”.
Al sofisticado cortafuego que aplican en las redes informáticas los mandarines de Beijing no escapan nacionales ni extranjeros residentes o temporales.
La homóloga cubana de la Oficina de Información de Internet china es el CIC, cuyos miembros han sido bien entrenados por chinos y rusos para que aplique métodos similares a los suyos.
Foto: Díaz Canel Cuba Debate
Para Cuba actualidad: origenesmadiba@gmail.com
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