miércoles, 29 de junio de 2011

Una para PSOE, que viva España y que baile el gordo


Escrito por Juan Gonzalez Febles


Lawton, La Habana


29 de junio de 2011


(PD) Juan Antonio Yáñez-Barnuevo, secretario de Estado de Asuntos Exteriores e Iberoamericanos, miembro de PSOE y segunda figura de la cancillería española hizo a Granma despotricar y rasgar sus vestiduras.

Interpelado por un diputado de PP, expresó que la situación de falta de respeto de los derechos humanos en Cuba sigue siendo "preocupante", si bien, hubo "avances significativos" en los últimos meses. Esto parece haber sido suficiente para que Granma la emprendiera contra el funcionario y para que quede constancia de que "no todo el PSOE es tan malo" como pudiera pensarse Cuba adentro.

Sobre un PSOE malo o menos malo existen múltiples opiniones en La Habana. Tanto los miembros de la sociedad civil, opositores, blogueros, periodistas, como analistas anónimos indecisos o definitivamente en contra de hacer pronunciamientos públicos, acumulan una experiencia que por su carácter negativo les hace desconfiados. Estas personas creen ver maniobras políticas o juegos de espías en todo o casi todo lo que ven.

Para estos "paranoicos" el PSOE habría lavado su cara de complicidad con el régimen cubano (en completo acuerdo con éste) a partir de las declaraciones de Yáñez-Barnuevo. Luego de que un miembro prominente del gobierno español y de su partido gobernante (PSOE) expusiera la conducta vil del cardenal Ortega y el carácter colaboracionista y cómplice en los últimos eventos sobre destierros y supuestas excarcelaciones humanitarias, todo sería asunto de errores de funcionarios con nombre y apellido, personalizados e individualizados y no el horror o la complicidad del error de toda una organización de socialistas españoles.

Así es. La convivencia durante décadas con un régimen como el cubano, crea escépticos y descreídos. Personas formadas o deformadas por la convivencia con la policía de Seguridad del Estado, sus inescrupulosos miembros, las maniobras del Comandante y el chivatazo de cada día, comulgan con la paranoia. Es tanta la desconfianza, que ya se está a la espera del próximo Moratinos, a pesar del buen hacer de Yáñez-Barnuevo.

Otro condimento para las cábalas domésticas está dado en la posibilidad que el aliado venezolano muera de "repentina enfermedad" y la curia verdeolivo se quede colgada de la brocha, otra vez. Como la primera información sobre su ingreso hospitalario en Cuba, llegó en una forma que remedó aquella ocasión en que su mentor el Comandante, se operó la rodilla, nadie prestó atención. Los sesudos de por acá atribuyeron su presencia a conversaciones muy secretas o a que quizás gozaba la papeleta con alguna mulata o alguna blanca despampanante. Es un revolucionario, se ha sacrificado mucho y bueno, se lo merece. En fin, nada del otro jueves. Pero el caso es que los más recientes eventos han disparado las apuestas.

¿Qué pasará si se muere Chávez? ¿Vendrá otro Felipe González redivivo a salvar a la gerontocracia? ¿Serán chinos, rusos o musulmanes los salvadores?

Las apuestas llueven. Aunque PSOE tiene una a su favor, no basta. Habría que ver lo que viene después. Aunque para entonces, quizás sea el turno de PP y las aguas tomen su nivel otra vez por España. Una vuelta a lo normal, a pesar de 15M y toda la más reciente parafernalia izquierdizante.

Por aquello de ver el vaso medio lleno, enhorabuena Yáñez-Barnuevo y que haya una para PSOE. Para concluir, crucemos los dedos para que el cardenal Ortega descanse por allá lejos en Roma, que se muera Chávez, que viva España y que baile el gordo.

juanchogonzal@gmail.com

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