domingo, 31 de julio de 2011
Una lluvia milagrosa en Santiago de Cuba
Lic. Ernesto Vera Rodríguez
Director del CEEDPA
Santiago de Cuba, 31 de julio del 2011 - La primera misa en honor a Monseñor Pedro Meurice que comenzó a las 2:00 de la tarde de ayer, sin embargo, las autoridades gubernamentales quisieron hacer coincidir el comienzo de la misa con la peregrinación que cada año realizan para conmemorar la muerte de Frank País García. Una marcha que en esta ocasión se tornaba deslucida a pesar del esfuerzo de las autoridades, pues a diferencia de otros años, la mayoría de sus participantes eran uniformados y militantes del Partido Comunista, quienes fueron movilizados para garantizar una aparente apoyo popular.
Con total irrespeto hacia lo que pasaba dentro de la iglesia, comenzó la vocinglera a través de altoparlantes, pero apenas comenzaron su ceremonia, un torrencial aguacero cayó sobre ellos y observamos con gracia e ironía del destino, como aquellos mismos oficiales que de algún modo trataban de sabotear el funeral de Pedro Meurice tuvieron que salir del Parque Céspedes y buscar refugio dentro de la propia Iglesia de la Catedral.
Al terminar la misa el obispo que la ofició hacía recordar a todos, un poco a modo de sátira: “el gran poder de la lluvia, que no sólo nos moja sino que nos sana, cura las heridas”.
En fin, que Pedro Meurice más allá de la muerte física infunda respeto en sus adversarios, en aquellos que 13 años después continúan confundiendo a una ideología con la nación cubana
A las 4:00 p.m. culminó la segunda misa realizada en honor a Monseñor Pedro Meurice Estiú, en la Iglesia de la Catedral de Santiago de Cuba.
Decenas de cubanos asistieron a la misa, a pesar de la lluvia el silencio cómplice de las autoridades, para decirle el último adiós a quien fuera el arzobispo más crítico al régimen castrista en Cuba.
La oposición hizo ya su presencia para despedir a este arzobispo que tanto ayudó a aquellos menos favorecidos, a los débiles a los marginados políticamente. Entre los presentes se encontraba la Dra. Maybell Padilla, Secretaria General de la CUTC y miembro de la corriente agramontista de abogados independientes de Cuba, así como ejecutivos del CEEDPA y directivos de la Agencia Aplopress y miembros de los Municipios de Oposicion y representantes de varias organizaciones opositoras y de la sociedad civil.
Pedro Meurice dejó su influjo en jóvenes de la ciudad cuando en 1998 pronunció un discurso de bienvenida a Juan Pablo II en la Plaza de la Revolución “Antonio Maceo”. Ese día, muy cerca de Raúl Castro, Meurice sentenció que se estaba ante un pueblo que sufría de uno y otro lado, un pueblo que sobrevaloraba lo foráneo, bloqueado, pero que también había confundido la Patria con un Partido.
Cuando lo escuché tenía sólo 18 años y me encontraba en el pre - universitario, yo que había decidido no asistir a la Misa en la plaza, pude verla a través de la televisión y sus palabras duras y a la vez llenas de amor, influyeron en mí, de tal manera que puedo decir que después de aquel día no volví a ser el mismo.
Su valentía, su amor por la patria, su apego a la palabra de Dios, pueden definir el legado de un arzobispo para el cual la Causa del hombre es la Causa de Dios.
Aunque no se han reportado hasta el momento actos represivos por parte de la Policía Política, sí constan actos de amenaza y hostigamiento contra opositores para que no asistan al lugar, a otros se les ha tratado de intimidar.
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