Economistas cubanos muestran pesimismo en cuanto a ley sobre vivienda

La Gaceta Oficial de la isla ha difundido los detalles de un conjunto de leyes y normas que regulan la transmisión de bienes raíces.

martinoticias.com 03 de noviembre de 2011

Foto: (EPA) EFE

Economistas cubanos han mostrado este jueves cierto escepticismo ante la entrada en vigor de una resolución que permite en Cuba la compra-venta de casas.

Los cubanos podrán comprar y vender sus viviendas o realizar la transferencia de sus propiedades sin tener que contar con autorización estatal a partir del 10 de noviembre, aunque deberán pagar un impuesto.


La Gaceta Oficial de la isla ha difundido este jueves los detalles de un conjunto de leyes --en especial una firmada por el gobernante Raúl Castro-- y normas que regulan la transmisión de bienes raíces, unas horas después de que el periódico Granma lo anunciara.

Oscar Espinosa Chepe, economista y exprisionero político del Grupo de los 75, ha opinado que tomando en consideración las concepciones que han primado hasta ahora en las reformas, que son cambios muy insuficientes, no hay mucho que esperar, pues, se mantienen excesivas limitaciones y el estados sigue teniendo el control de todas y cada una de las transacciones, aunque en las calles las medidas han sido bien vistas por la población.

Las normas "reconocen la compraventa, permuta, donación y adjudicación --por divorcio, fallecimiento o salida definitiva del país del propietario-- de viviendas entre personas naturales cubanas con domicilio en el país y extranjeros residentes permanentes en la isla", ha explicado el diario oficialista Granma.

El también economista y expreso político, Arnaldo Ramos Lauzurique, ha expresado que conociendo la resolución sobre la compra-venta de automóviles que, en su opinión, no es más que un truco, con el caso de la vivienda: un problema más agudo, de más envergadura, tampoco tendrá solución con esta mínima reforma.

Según las nuevas leyes las operaciones estarán sujetas a un impuesto de 8% del valor declarado de la vivienda, un 4% pagadero por el comprador y la otra mitad por el vendedor.

También deberán pagar impuestos quienes reciban la transmisión de viviendas por parte del Estado, por ejemplo cuando el antiguo propietario salga del país y ésta sea reclamada por parientes o convivientes --en este caso con al menos cinco años de residencia legal-- o en caso de fallecimiento de éste.

Las nuevas leyes incluso reconocen las permutas con compensación, o sea una legalización de lo que sucede actualmente cuando una persona entrega una propiedad grande y recibe otra pequeña con una diferencia monetaria.

En caso de que medie dinero en las operaciones no se usará efectivo, sino que el pago se realizará con un cheque previamente emitido por un banco en el cual el adquirente pondrá el dinero a favor del vendedor.

Se eliminan también el requisito de conseguir una autorización de la Dirección Municipal de la Vivienda, pero se deberá inscribir el inmueble en el Registro de Propiedad.

Para formalizar la transmisión de las casas solo será necesario un acta notarial.

La medida forma parte de un paquete puesto en marcha por Castro a finales de 2010 para actualizar el modelo cubano, flexibilizar el trabajo independiente del Estado y levantar trabas que tenían los cubanos en su vida diaria o para algunas operaciones comerciales.

El mercado abierto de bienes raíces estaba prohibido desde el triunfo de la revolución, cuando Fidel Castro impulsó una reforma urbana y entregó las viviendas a quienes residían en ellas.

La Oficina Nacional de Estadísticas reportó para 2010 que se habían concluido 33.900 viviendas. El 63% edificadas mediante aportes del Estado y el resto con esfuerzo de la población.

La construcción de casas cayó a pique desde 2006, cuando se reportó la edificación de unas 110.000 viviendas.

Un reporte gubernamental, a mediados de la pasada década indica que había un déficit de unas 500.000 viviendas y un fondo habitacional deteriorado por la falta de mantenimiento, el clima tropical y los ciclones.