martes, 30 de julio de 2013

La capital podría desplazarse hacia el Mariel


La capital podría desplazarse hacia el Mariel

 | Por Aleaga Pesant
LA HABANA, Cuba, julio, www.cubanet.org -“El control de la agricultura del cordón rojo habanero (Alquízar, Güira de Melena, Quivicán, Güines) se halla en manos de las 37 familias más ricas de la región. Disponen éstas de fortunas que superan los 20 millones de pesos (por cada una de ellas) depositados en cuentas bancarias (esto sin contar otros activos), fortunas que fueron acaudaladas jugando con la política de redistribución del ingreso que ha seguido el Estado cubano”.
La anterior cita no se refiere a la Cuba republicana. Es una afirmación sobre un fenómeno que ocurre en este momento. Fue tomada del libro Urbanismo, colonialidad y liberación, de Ramón García Guerra (Cárdenas, 1960), un abogado e investigador, residente en el poblado de Santa Fe, al oeste de la capital, y apegado ideológicamente al Observatorio Crítico, grupo de intelectuales y académicos de tendencia socialista, considerados polémicos y disidentes por el régimen.
El reciente encuentro de la Revista Temas (jueves 18 de julio), en el Centro Fresa y Chocolate, de El Vedado, abordó el tópico de la economía de los ingresos, de la sociedad y la ciudadanía. Entre tantos comentarios conservadores, resaltaron dos intervenciones. Una, por lo fresca, desprejuiciada y liberal, expuesta por el bloguero Agustín López Canino. Otra, por el comentario valiente del abogado e investigador Ramón García.
Conversando con algunos colegas, al concluir el encuentro, Ramón García apuntó que la información expuesta estaba en su último libro Urbanismo… Un texto de 143 páginas, aun sin imprimir, debido a esos problemas de las editoriales cubanas, que editan mucha ideología y poco pensamiento.
En soporte digital, el texto está dividido en tres partes y 7 capítulos, que van desde Prácticas, Imaginarios y Vivencias, pasa por Política del espacio, hasta Construir otras ciudades. Todo en el móvil escenario cubano y con una alta carga de cinesiología (teoría del movimiento o desplazamiento humano).
En la primera parte de la investigación se hace una introducción a las prácticas urbanas en nuestras ciudades, así como la inserción de patrones culturales. Se ubica en el caso específico de San Cristóbal de la Habana, con todo lo que tiene culturalmente su nombre, con sus paisajes étnicos, tecnológicos y mediáticos. Así como su ubicación en el imaginario popular y sus interpretaciones artísticas como el audiovisual y la artesanía.
La segunda parte está dominada por lo que Ramón García llama Metropolaridad y sale de los argumentos del desarrollo urbano a través de la economía, la política y la subsiguiente división cultural de las áreas urbanas.
La tercera parte es un acercamiento al pensamiento del intelectual, de su visión del futuro urbano de La Habana, tanto en la organización social como política e incluye algunas consideraciones o aproximaciones al movimiento de La Habana hacia el Mariel, ahora con las mega-inversiones que se hacen en ese puerto. Pero, cuidado, no es ciencia-ficción.
Una de sus afirmaciones reza: “El veinte por ciento de los habaneros recibe el 59.1 % de las remesas. (Desde luego, el ingreso por remesas es una tapadera para otros ingresos que recibe la nueva clase).  Las divisas que se reciben por esta vía, y antes de llegar a las arcas del Estado –o antes de ser advertidas por éste- integran un denso tejido de relaciones económicas informales que validan las cuotas de autonomía que muestra la sociedad ante el Estado”. Lo que es un reto para los discursos del llamado nuevo zar de la economía, Marino Murillo, y para los que en este tiempo se preocupan por la situación social cubana.
Urbanismo, colonialidad y liberación, de Ramón García Guerra, es un libro interesante desde la perspectiva socialista no gubernamental, y es también polémico, aunque de recomendable lectura para los que quieren desentrañar los densos caminos de la transición cubana a la democracia.

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