Un mes de trabajo para comprar un jean
La Habana; Cuba. 27 de septiembre de 2013. José Antonio no tiene familia afuera que le envíe dólares, por lo que tuvo que trabajar más de un mes en un paladar para poder comprarse un pantalón.
Juntando salario y propina, reunió algo más de 40 dólares y se dirigió a una tienda de la marca Fariani, de la militarizada cadena estatal Caracol S.A., situada en el habanero Hotel Comodoro, para escoger un jean.
No compró el jean que quería sino el que encontró. Pero no más salió a la calle con su jean ¨nuevo¨ se le fue por las costuras. Estaban podridas.
La odisea de José Antonio es común en Cuba. Este reportero la ha sufrido. No pudo recobrar el dinero invertido, no es costumbre entre varones guardar el recibo de compra. Y, además, temía exponerse al ridículo al presentarse en la tienda con semejante despojo.
Caracol, en 1ra y 20 del barrio Miramar, surte su cadena de tiendas con proveedores como la panameña Ariela S.A., dirigida por Miguel Alonso. La marca Fariani es una oferta más.
Básicamente ofertan prendas pasadas de moda, envejecidas y deterioradas, adquiridas en lotes de ganga por los militares cubanos, que por su mal gusto son apodados “Manchas de Plátanos” por sus subordinados.
Marcas como United Colors of Benetton, Rifle, Paul and Shark, son vendidas a los cubanos a precios deboutiques europeas. ¡Pero atención! Son prendas pasadas de moda, con años en almacenes. Prendas que se han quedado sin vender en el mercado internacional.
Camisetas con letreros enormes, pantalones a punto de rajarse por cualquier costura. La marca Adidas es, tal vez, excepción porque exige que sus compradores en el exterior sean los mismos vendedores que dan la cara al público.
Cuba es un mercado cautivo. A los cubanos nos les queda otra que comprar en las tiendas de los generales.
Las autoridades impusieron una penalización aduanal de 10 dólares por cada libra adicional de ropa importada. Ahora el Ministerio del Trabajo acaba de dictar una resolución que, a partir del día primero del próximo mes, dejarán de existir los timbiriches de cuentapropistas que escudados en licencias de sastres o modistas, vendían ropa actual y barata, que adquirían de personas que viajan al exterior sin equipaje, para regresar cargados como mulas.
El desabastecimiento del mercado estatal no es nuevo como pretenden hacer ver las autoridades. Desde la llegada al poder del actual régimen, en 1959, ni siquiera es posible mantener el uso de una sola marca de papel higiénico por lo que la población suele usar el Órgano Oficial del Partido Comunista, el periódico Granma, como sustitutivo recurrente.
El sistema cubano absurdo y cargado de prohibiciones– a pesar de ciertos cambios– donde algunos profesionales como los veterinarios se ven obligados a abrir negocios fachadas como peluqueros de perros, por no existir licencias para ejercer su profesión privadamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario